'Descubriendo a los clásicos: A Tribe Called Quest dieron la bienvenida a los noventa con ritmo, humor y espíritu de aventura'

Blog - Un blog para melómanos - Jesús Martínez Sevilla - Jueves, 3 de Septiembre de 2020
A Tribe Called Quest – People’s Instinctive Travels and the Paths of Rhythm
Portada de 'People’s Instinctive Travels and the Paths of Rhythm'
Portada de 'People’s Instinctive Travels and the Paths of Rhythm'

Esta semana en “Descubriendo a los clásicos” os hablo sobre el debut de uno de los grupos más importantes de la historia del hip hop, A Tribe Called Quest. Tras comentar el punto en que se encontraba la evolución de género en aquel momento, examino lo que hacía especial a este grupo único, cuya huella en la música popular estadounidense es indeleble: su mensaje positivo, su imaginación y su “devoción por el arte de mover culos”.

Es poco probable que la gente se fuera a dormir el 10 de abril de 1990 sintiendo que habían vivido un día histórico, pero así fue. Ese día salieron al mercado dos obras maestras del hip hop: 'Fear of a Black Planet', de Public Enemy, y 'People’s Instinctive Travels and the Paths of Rhythm', de A Tribe Called Quest.

Hay días cuya trascendencia para la historia solo se hace evidente tiempo después. Es poco probable que la gente se fuera a dormir el 10 de abril de 1990 sintiendo que habían vivido un día histórico, pero así fue. Ese día salieron al mercado dos obras maestras del hip hop: Fear of a Black Planet, de Public Enemy, y People’s Instinctive Travels and the Paths of Rhythm, de A Tribe Called Quest. Aunque ambos discos tenían importantes elementos en común, los grupos que los lanzaban estaban en momentos muy diferentes. Mientras que para Public Enemy era su tercer disco, y llegaba para suceder a su primera obra maestra, It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back (1988), aquel era el primer LP de Tribe. De hecho, el líder de estos últimos, Q-Tip, se queja en “Youthful Expression” de que no conseguían organizar conciertos debido a que aún no eran conocidos, y en cambio ellos mismos titularon una de las canciones del álbum en referencia a Public Enemy. Pero antes de entrar en esa cuestión hablemos del estado del hip hop en 1990.

Los años ochenta habían contemplado el ascenso del hip hop de pequeño fenómeno local en el Bronx a género comercialmente viable. Run-DMC habían liderado dicho giro, convirtiéndose en las primeras estrellas de este estilo musical. El cambio había empezado por el sonido: el minimalismo de sus producciones y la química y carisma de sus dos MCs dejaron atrás la era de los grupos gigantescos y los instrumentales influidos por la música disco, y aparecía así la nueva escuela del hip hop. Surgieron varios sellos especializados, entre los que destacaban Def Jam Recordings (que editó Fear of a Black Planet) y Jive Records (donde apareció People’s Instinctive Travels…). El público no dejaba de aumentar, y esto permitió al género obtener su primer número uno en las listas de discos: Licensed to Ill (1986), de los Beastie Boys. Las convenciones historiográficas marcan ese momento como el inicio de la edad dorada del hip hop, una era de una creatividad colectiva envidiable, en la que unos artistas bebían de otros y las innovaciones fueron constantes. Algo así como los años 1964 a 1971 para el rock (estos años son, como todo, debatibles y en parte arbitrarios).

En esta evolución, uno de los desarrollos más interesantes estaba teniendo lugar a nivel de la producción. La aparición de nueva tecnología a precios asequibles permitió que se popularizara el uso masivo de samples, es decir, utilizar partes de otras canciones para construir una canción nueva. Aunque esto era en cierto modo parte de la esencia del hip hop desde sus inicios, las nuevas facilidades proporcionadas por las máquinas de samples baratas, junto con el refinamiento técnico de los productores, llevaron a que su empleo pudiese multiplicarse, creando densas y complejas combinaciones de sonidos extraídos de otros lugares que, en su nuevo contexto, creaban texturas nuevas y fascinantes. Así apareció la llamada sampledelia, en referencia a la psicodelia: álbumes como el mencionado It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back, Paul’s Boutique (1989) de los Beastie Boys o 3 Feet High and Rising (1989) de De La Soul producían una sensación cercana a la ebriedad al crear castillos sonoros sorprendentes y originales. Esta es la tradición en la que se enmarcan los dos discos lanzados el 10 de abril de 1990.

Al mismo tiempo, a nivel estético y lírico gran parte de la cultura hip hop estaba virando hacia el afrocentrismo. Este movimiento, originalmente académico, se tradujo para esa comunidad y en ese momento de plena hegemonía del reaganismo en un renovado énfasis en las cuestiones políticas que afectaban a los afroestadounidenses

Al mismo tiempo, a nivel estético y lírico gran parte de la cultura hip hop estaba virando hacia el afrocentrismo. Este movimiento, originalmente académico, se tradujo para esa comunidad y en ese momento de plena hegemonía del reaganismo en un renovado énfasis en las cuestiones políticas que afectaban a los afroestadounidenses, la adopción de indumentarias africanas o inspiradas en estilo africanos, y un mensaje de unión frente al opresor. Aunque su época dominante apenas duró un lustro, siendo rebasado a principios de los noventa como la voz principal del hip hop por el estilo gangsta frente al que se definía, el afrocentrismo dejó una cantidad importante de discos esenciales, entre los cuales se cuentan Fear of a Black Planet y People’s Instinctive Travels… Pero entonces, ¿en qué se diferencian estos discos? Podríamos decir que cada uno de ellos es paradigmático de una vertiente concreta del afrocentrismo y de la sampledelia, dos maneras de entender esas corrientes que sin ser contrarias entre sí, sí que contrastan de manera clara.

Por un lado tenemos el afroncentrismo militante y beligerante de Public Enemy, del que también fueran exponentes KRS-One y sus Boogie Down Productions. El grupo liderado por Chuck D adoptaba la estética militarizada de los Black Panthers y no tenía miedo a herir la sensibilidad de los oyentes blancos con sus mensajes directos contra el poder establecido y su representación de la violencia como instrumento para la liberación en videoclips y presentaciones en vivo. En coherencia, el sonido diseñado por su equipo de producción, The Bomb Squad, era agresivo y estruendoso, como ejemplifica desde un inicio la caótica “Brothers Gonna Work It Out” con su sample de guitarra distorsionada repetido en bucle. Las capas y más capas de samples producían una sensación de caos que evocaba los sonidos de una revuelta. El objetivo de Public Enemy siempre fue llamar a las armas a sus seguidores; Fear of a Black Planet era la llamada más fuerte y vigorosa hasta el momento.

Esta agrupación amplia y diversa de artistas optaba por un afrocentrismo más relajado, aunque no por ello menos político; más creativo que confrontacional

A Tribe Called Quest, en cambio, pertenecían al colectivo Native Tongues. Esta agrupación amplia y diversa de artistas optaba por un afrocentrismo más relajado, aunque no por ello menos político; más creativo que confrontacional. Iniciado por los Jungle Brothers con Straight out the Jungle (1988) y continuado después por los mencionados De La Soul y Queen Latifah con su All Hail the Queen (1989), el movimiento completó su presentación en sociedad cuando Tribe lanzaron su debut. Paradójicamente, aunque eran algo más jóvenes que sus colegas (Q-Tip cumplió veinte años el día que salió el álbum, y el resto de miembros seguían siendo adolescentes) y en cierto modo eran los “hermanos pequeños” del colectivo, acabarían por trascenderlo y convertirse en leyendas. En cualquier caso, en este momento, las claves del estilo de Tribe y sus colegas eran un mensaje político afrocéntrico expresado en positivo, el rechazo de la imagen de “tíos duros” común al resto de artistas de hip hop de éxito en ese momento en favor del humor, el ingenio y temáticas más abstractas, y un sonido juguetón que se basaba en innovadoras combinaciones sampledélicas de los diversos géneros musicales afroestadounidenses, en especial el funk y el jazz.

Aquí podríamos, para terminar de ilustrar el contraste entre los dos discos que venimos comparando, hablar sobre “Pubic Enemy”, la absurdista sexta canción de People’s Instinctive Travels… Titulada en referencia clara a uno de los grupos del momento, la canción habla sin embargo sobre la necesidad de usar preservativos para evitar la difusión de infecciones de transmisión sexual. Solo un grupo como Tribe podía usar el nombre de otro grupo, y uno mucho más conocido que ellos, para hacer un chiste fácil y mandar un mensaje al mismo tiempo. Además, el carácter de este mensaje (centrado en la vida cotidiana, explorando las dinámicas de género en la comunidad afroestadounidense) también difiere de las consignas más marciales y apocalípticas de los de Chuck D. En resumen: mientras que Public Enemy quería incitar a la revolución, A Tribe Called Quest preferían concienciar a su público través del humor y la creatividad, transmitiendo buenas vibras y un mensaje positivo. En las palabras de Q-Tip en “Youthful Expression”: “Bustin’ caps, finger snaps/I prefer the second for ghetto tracks” (es decir, que prefiere el sonido de los dedos al chasquear al ritmo de la música que el de las balas al ser disparadas).

Por supuesto, nada de ello habría servido de gran cosa de no haber sido los enormes artistas que eran. People’s Instinctive Travels… es un disco repleto de vitalidad, inventiva y alegría, y su música emociona y sorprende a partes iguales aun treinta años después. “Push It Along”, la primera canción, ya contiene todo lo mejor de una de las carreras más inolvidables del hip hop: un inicio épico en el que se oye, literalmente, el primer llanto de un bebé recién nacido; una batería crujiente a la que pronto se suman una extraordinaria línea de bajo, una guitarra juguetona y un sencillo órgano extraídos de una canción de smooth jazz de Grover Washington Jr.; rimas ingeniosas; una imagen de aventura y una sensación de compañerismo infecciosas; y, al final, una presentación de todos los miembros que ya lo dice todo. En aquel momento, Tribe era la criatura de Q-Tip, y como tal es descrito: “the top of the pyramid, the leader”. Rapero principal y encargado de los samples y la mezcla, este primer álbum fue la plasmación de su ambiciosa visión estética.

Su futuro aliado en el micro, Phife Dawg, aparece afortunadamente en esa primera canción, pero apenas lo escuchamos en otros tres cortes

Su futuro aliado en el micro, Phife Dawg, aparece afortunadamente en esa primera canción, pero apenas lo escuchamos en otros tres cortes. De hecho, ni siquiera se consideraba a sí mismo miembro durante esta época. Para él Tribe era cosa de Q-Tip y Ali Shaheed Muhammad, DJ y programador, y en realidad no estaba bajo contrato cuando grababan el disco, por lo que su asistencia a las sesiones de grabación fue esporádica. Fue más adelante cuando se convirtió en el compañero perfecto de Tip, dando lugar a uno de los dúos vocales más vibrantes de la historia del hip hop. Aquí llaman tanto la atención sus ausencias (Tip lo menciona en “After Hours” y parece que intenta darle paso para que intervenga… pero nunca lo hace) como sus presencias, por la energía que aporta. Esto es especialmente notorio en “Ham ‘N’ Eggs”, donde consiguen transmitir la energía de una jam session entre amigos al intercambiar líneas sobre ¡lo importante que es comer sano! (cruel ironía: Phife murió en 2016 a los 45 años por una diabetes que nunca se cuidó).

Incluso canciones aparentemente ridículas como “Pubic Hair” o “Luck of Lucien”, que trata sobre Lucien Revolucien, un rapero francés miembro de los Native Tongues, y que explota todos los tópicos sobre Francia habidos y por haber, presentan ideas musicales innovadoras. Pero sin duda un elemento esencial que convirtió a los Tribe en iconos fue la capacidad para transmitir que el mundo que ellos exploraban en sus canciones era más grande y asombroso que la realidad común y corriente. Ya desde el nombre del grupo (traducible como “Una tribu llamada búsqueda/expedición”), el viaje fue siempre una imagen fundacional para el grupo, y el primer single del disco, “I Left My Wallet in El Segundo”, detalla precisamente un recorrido en coche cruzando los Estados Unidos de punta a punta. “Footprints” se adentra en las dimensiones espirituales del viaje, invitando a sus oyentes a acompañarles en el mismo. En “Go Ahead in the Rain”, a su vez, animan a seguir adelante en esta expedición, en la lucha contra las dificultades e injusticias, a atravesar las tormentas guiados por el ritmo.

Para ello resulta esencial la presencia de un Phife Dawg estelar, ingenioso y enérgico, a la altura de su compañero

Por si faltaran argumentos para considerar inmortal este disco, en las pistas siete y ocho se suceden sus otros dos singles, dos canciones míticas. “Bonita Applebum” es una declaración de amor sexy y cómica a partes iguales (“Satisfaction, I have the right tactics/And if you need 'em, I got crazy prophylactics”) que se queda grabada en el cerebelo. No es de extrañar que alguien como Pharrell Williams la escuchara a diario. A continuación, “Can I Kick It?” emplea un sample de la mítica “Take a Walk on the Wild Side”, de Lou Reed, para crear la que posiblemente sea la canción más optimista e inspiradora de la historia del hip hop. Para ello resulta esencial la presencia de un Phife Dawg estelar, ingenioso y enérgico, a la altura de su compañero. El efecto de escuchar estas dos canciones encadenadas es que se te dibuje una sonrisa en los labios de las que son difíciles de borrar.

Como señala Q-Tip en “Rhythm (Devoted to the Art of Moving Butts)”, al crear People’s Instinctive Travels… los integrantes de A Tribe Called Quest eran muy conscientes de que con la entrada en los años noventa, se avecinaba otra era para el hip hop, y querían estar preparados. Pasadas las décadas, nadie puede cuestionar que lo estaban, y no solo por este impresionante debut. Su sonido evolucionaría en su segundo disco, The Low End Theory (1991), eliminando capas de samples, usando más instrumentación grabada en vivo y pasando del eclecticismo a un sonido más basado en el jazz. Esto acabaría siendo profético: la era de la sampledelia se acabó ese mismo año cuando De La Soul tuvieron que pagar más de millón y medio de dólares a The Turtles por usar un sample de una canción de estos últimos sin su permiso. La legislación de copyright que se desarrolló desde entonces hizo que fuera imposiblemente caro producir música así. Pero nada de ello impediría que A Tribe Called Quest se convirtieran en el grupo más transversal a todos los subgéneros y todas las eras del hip hop, en los pioneros del hip hop alternativo que llegaba, sin embargo, a las masas. Y el principio de esa historia está aquí, en estas catorce canciones de puro goce y diversión que garantizaron que nunca más tuvieran problemas para organizar conciertos.

Si quieres escucharlo, pincha en el siguiente enlace: A Tribe Called Quest – People’s Instinctive Travels and the Paths of Rhythm

Imagen de Jesús Martínez Sevilla

(Osuna, 1992) Ursaonense de nacimiento, granaíno de toda la vida. Doctor por la Universidad de Granada, estudia la salud mental desde perspectivas despatologizadoras y transformadoras. Aficionado a la música desde la adolescencia, siempre está investigando nuevos grupos y sonidos. Contacto: jesus.martinez.sevilla@gmail.com