Matarile al maricón

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 4 de Noviembre de 2016
IndeGranada

Todavía resuena en mis oídos aquella canción que hizo famosa el grupo mexicano Molotov en cuya letra destacaba un contundente “Matarile al maricón”; y pese a la polémica que suscitó, lo cierto es que sonó durante meses en las radios de toda España. Tal vez el objetivo de los autores no fuera ofender, pero muchas personas así lo sintieron sin que eso impidiera que la composición musical se escuchara sin cesar. Todos, aún hoy, nos reímos con chistes sobre gays y no por eso nos consideramos homófobos y si alguien pone de manifiesto alguna crítica al respeto, siempre tendrá enfrente a otro que le tildará de aguafiestas o de carecer de sentido del humor.

Claro que no mucha gente se percata de que la discriminación hacia los homosexuales, a pesar de las leyes que hayan mejorado sus vidas en los últimos años en España, sigue latente. Los periódicos informan estos días de que dos chicas adolescentes de 16 y 17 años han sido detenidas en Marrakech por besarse atendiendo al código penal marroquí que sanciona “los actos licenciosos y contra natura con personas del mismo sexo” con condenas de seis meses a tres años además de multas de entre 20 y 100 euros. En este caso les ha denunciado alguien de su entorno. Repito: únicamente por darse un beso. Y ha ocurrido a dos pasos de nuestro país.

Aunque no es fácil conocer exactamente los datos, hay informes de asociaciones de gays, lesbianas, trans e intersex que señalan a 10 países en el mundo donde mantener relaciones sexuales con alguien del mismo sexo se castiga con la pena de muerte, la mayoría musulmanes. Hasta hace unos años se les decapitaba, pero ahora es más frecuente que se utilice el método de la lapidación, es decir, apedrearles hasta morir. En enero de 2015 dos jóvenes fueron juzgados por el Estado Islámico por sodomía y poco después, arrojados con los ojos tapados por una cornisa de Mosul, en Irak, hasta una plaza repleta de vecinos ansiosos de aplaudir el acto. Las imágenes fueron difundidas por Internet, imagino que como ejemplo al resto de la población.

Hay más de 40 estados en todo el mundo que aún consideran que la homosexualidad debe ser castigada con penas que van desde unos meses hasta cadena perpetua y en otra decena de países se establecen multas, trabajos forzados o la deportación.

Pese a que muchas veces pensamos que esto sólo sucede en el entorno árabe, lo cierto es que no es así. Si bien en el pasado mes de abril en Colombia fue aprobada la ley de matrimonio homosexual, parece que en algunas partes del país esto ha encendido la mecha del odio y hace tan sólo unas semanas al joven Brayan le asesinaron por ir maquillado. Se disfrazó para una fiesta infantil de su hijo y con el maquillaje aún visible en su rostro acudió a un bar donde unos jóvenes le increparon llamándole maricón, a lo que él respondió muy enfadado. Una mujer le asestó 10 puñaladas por la espalda. Ni siquiera era gay.

Tal vez todo esto nos puede parecer excesivamente alejado de nuestra realidad, pero no es así. Si no que se lo digan a Jesús Tomillero, el único árbitro de fútbol español que ha reconocido abiertamente su homosexualidad. Desde que salió del armario, en mayo de 2015, no ha dejado de recibir amenazas e insultos, dentro y fuera del campo. Tuvo que abandonar su trabajo en mayo de este mismo año y en setiembre pidió vigilancia policial por el terror que le causaban los avisos de muerte continuados que estaba recibiendo. Ya es significativo el hecho de que en el fútbol español no haya ni un solo gay, como si hubiera un gen de la heterosexualidad que se impone en el terreno de juego, y esto pone de manifiesto que la discriminación no es algo del pasado en algunas profesiones en España.

Tan sólo hace unos días conocíamos que a un joven de 20 años le agredían en Madrid al salir de una discoteca de ambiente. Al grito de “maricón, ¿Tú qué eres: chico o chica? ¿De qué vas?”, uno de los agresores le agarró del pelo, mientras sus acompañantes rogaban sin éxito que pararan. Le abofetearon, le tiraron un vaso de bebida en la cara y cuando estaban a punto de golpearle, pudo escapar. Mientras se marchaba, seguía escuchando cómo le insultaban y voceaban.

 Y esto es sólo la punta de un iceberg que conocemos porque existen denuncias, pero no podemos olvidarnos de que hay varias Españas y de que no es lo mismo la vida en las ciudades que en pueblos pequeños, en algunos de los cuales aún ser homosexual está considerado como un motivo de marginación social y desprecio colectivo que impide cualquier intento de denuncia por parte de individuos atemorizados que sufren esta situación. De hecho, seguramente muchos de nosotros podemos reconocer a personas casadas o incluso solteras que, con edades superiores a los 40 años, prefieren mantener las apariencias y esconderse bajo una falsa identidad de seguridad, rodeados de hijos y familia a la que jamás contarán su verdadera orientación por miedo a perderlos.

Cada uno es libre de tener una opinión sobre esta orientación sexual, incluso de no estar de acuerdo, siempre que haya respeto y que no implique una merma de derechos. La cuestión es que mientras haya personas que cuenten chistes de gays y lesbianas y otras que se rían a pecho descubierto, mientras haya homosexuales temerosos de darse a conocer, mientras las palabras “maricón”, “mariconazo”, “marica”, “sarasa”, “julandrón”, “bujarrón”, “desviado”, “invertido”, o expresiones como “vete a tomar por culo” y tantas otras dejen de campar a sus anchas por el subconsciente colectivo de la gente…Habrá una parte de la sociedad discriminada sólo por el hecho de amar.

           

           

 

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).