Activistas climáticos ocupan durante más de 24 horas la Facultad de Filosofía y Letras para exigir el fin de los combustibles fósiles

Ciudadanía - IndeGranada - Jueves, 24 de Noviembre de 2022
Activistas climáticos, durante la ocupación en un pasillo de Filosofía y Letras.
David Zerep
Activistas climáticos, durante la ocupación en un pasillo de Filosofía y Letras.

Este miércoles 23 y jueves de noviembre, durante más de 24 horas, un grupo de estudiantes universitarios ha realizado un encierrro en la Facultad de Filosofía y Letras como parte de la campaña internacional del movimiento End Fossil Occupy!. Con el apoyo de los colectivos de desobediencia civil no violenta Rebelión Científica y Extinction Rebellion, exigen que la Universidad de Granada deje de recibir financiación proveniente de empresas de la industria fósil y que haya una asignatura obligatoria en materia de cambio climático en todas las formaciones universitarias.

El miércoles por la tarde, durante la ocupación, dos miembros de Rebelión Científica, Mauricio Mosquero y Belén Díaz, quienes en abril ya habían ocupado la Facultad de Ciencias de la UGR, impartieron una clase del curso del profesor del Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la UGR Alberto Matarán. En esta clase se centraron en la multidud de crisis que ocasiona el cambio climático a nivel biofísico, social y sanitario, entre otros. Tras la clase, los activistas presentaron sus exigencias a la vicedecana y vicerrector de estudiantes, quienes mostraron una actitud favorable, aunque no confirmaron que fuera a cumplirlas. Al final de la noche del miércoles, montaron un campamento en los pasillos de la primera planta preparándose para pasar la noche ahí. Al día siguiente, enviaron una carta a la vicerrectora donde explicaban más detalladamente su demanda. Mientras esperan una respuesta a la carta, planean seguir realizando acciones directas hasta conseguir sus demandas.

Campaña a nivel nacional

La campaña internacional de End Fossil Occupy! se está celebrando en el territorio español durante el mes de noviembre. En Barcelona, en particular, han conseguido que se implemente la asignatura obligatoria en materia de crisis ecosocial que reclaman. En otras partes de Europa, como Portugal, República Checa o Reino Unido, también ha habido manifestaciones en octubre y meses anteriores.Además, se están planeando más movilizaciones en el resto del mundo.

Imágenes de la ocupación. d.z.

Las exigencias que se comparten entre todos los nodos se dirigen directamente a las instituciones educativas: “que la industria de combustibles fósiles termine de financiar la educación para limpiar su reputación”. Las demandas exactas son las siguientes, según el manifiesto: "la implementación de una asignatura obligatoria en todas las formaciones universitarias sobre crisis climática, energética y colapso eco-social" y que empresas "altamente contaminantes o cuyo negocio son los combustibles fósiles", como el Banco Santander, Repsol e Iberdrola, dejen de tener influencia económica en la gestión de cátedras y asuntos administrativos.

Por la mencionada asignatura obligatoria se luchó también en abril. Aunque la UGR respondiera con la implementación de la asignatura optativa de Alberto Matarán que sigue el formato y contenido demandados, faltó el compromiso vinculante por parte del gobierno de la universidad de integrarlo al currículum de todos los grados y másteres.

Según los manifestantes, "la comunidad académica debe actuar ante la realidad de los consejos científicos del IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático)" y "ayudar a las sociedades a tomar las medidas radicales que se necesitan ahora para evitar peores escenarios climáticos".

Un escenario dramático

Una de las conclusiones del último informe del IPCC es que será improbable mantener a menos de 1.5°C la subida de temperatura media global, que incluso se podrá llegar en 2030. "Va a significar un inmenso sufrimiento, especialmente en el Sur Global, pero también aquí en Europa, en España y en Granada," comenta una activista por megáfono.

"Las universidades pueden tomar una posición ejemplar en preparar a la ciudadanía a enfrentarse a la crisis climática, pero primero se espera una respuesta decisiva de actuar. No responder a estas exigencias constituiría no solo un desprestigio científico, sino una falta de ética deontológica y una dejación de su responsabilidad social."