La Guardia Civil salva la vida a dos migrantes intoxicados con monóxido de carbono de unas brasas en una casa de Ventas de Zafarraya

Ciudadanía - IndeGranada - Viernes, 16 de Abril de 2021
Traslado de una de las personas intoxicadas.
guardia civil
Traslado de una de las personas intoxicadas.

La Guardia Civil ha salvado la vida a dos hombres de 40 y 25 años, de Senegal y Gambia, respectivamente, que se habían intoxicado con monóxido de carbono de unas brasas que metieron en el dormitorio que compartían en una vivienda de Ventas de Zafarraya.

Fue una mujer que convivía con ellos en ese mismo domicilio la que, extrañada porque sus compañeros no se habían levantado para ir a trabajar esa mañana, abrió la puerta del dormitorio y comprobó que no reaccionaban, uno estaba en la cama y el otro en el suelo. Salió a la calle a buscar ayuda y se encontró con una patrulla de la Guardia Civil de Zafarraya a la que pidió auxilio.

Cuando los agentes entraron en el dormitorio encontraron a los dos hombres inconscientes y las ascuas aún humeantes en el suelo. La primera impresión fue que los dos hombres habían fallecido; sin embargo, al acercarse al que estaba tumbado en la cama comprobaron que aún respiraba con dificultad.

Rápidamente uno de los guardias civiles comenzó a realizarle una reanimación cardiopulmonar mientras que el otro abría la ventana para ventilar la habitación y pasaba a ocuparse de la segunda víctima que, al contrario de lo que parecía, no estaba tan grave.

Cuando la primera víctima reaccionó, los agentes lo colocaron de costado para que no se ahogara con la espuma que empezó a vomitar y uno de ellos salió rápidamente a buscar un médico al consultorio, que se encuentra a menos de cicen metros de la vivienda.

El médico comprobó que uno de los hombres estaba grave, lo intubó y lo estabilizó hasta que un helicóptero lo evacuó rápidamente en a un hospital granadino, donde ingresó en la UCI; mientras que la segunda víctima no revestía gravedad y fue dado de alta pocas horas después.

La Guardia Civil comprobó que los dos hombres habían querido mitigar el frío esa noche con unas ascuas que sacaron de la chimenea y que colocaron directamente en el suelo del dormitorio, y no tuvieron la precaución de dejar abiertas unas rendijas en la puerta y en la ventana de la habitación para que el aire se fuera renovando.