Pacientes de alzhéimer de las comarcas de Baza y Huéscar resisten ante la crisis del coronavirus

Ciudadanía - IndeGranada - Lunes, 18 de Mayo de 2020
Logotipo de la asociación.
Logotipo de la asociación.

Las personas mayores y familias cuidadoras de la AFA Alcrebite (asociación de familias de personas enfermas de alzhéimer y otras demencias de las comarcas de Baza y Huéscar) resisten ante la crisis sanitaria del coronavirus. Un 65% de estas personas mayores no han hecho uso del sistema sanitario y un 92% no han realizado ninguna demanda a los Servicios Sociales durante el periodo de confinamiento trascurrido hasta el 8 de mayo, según indica Alcrebite en una nota de prensa.

Así se ha puesto de manifiesto en un estudio sobre la situación de las familias cuidadoras y las personas usuarias de esta asociación realizado en dos primeras semanas de mayo. El estudio se ha llevado a cabo mediante cuestionario telefónico a 66 personas mayores con edades comprendidas entre 65 y 94 años que eran atendidas en los tres centros sanitarios de la asociación, donde se realizan tratamientos no farmacológicos, estimulación cognitiva y talleres de entrenamiento mental. En el estudio han participado también 24 familiares cuidadores/as, con un total de 90 personas encuestadas.

Los datos ofrecen información sobre el impacto que está teniendo el confinamiento en las personas mayores, "existiendo un empeoramiento acelerado en el deterioro cognitivo de aquellos/as que ya se encontraban afectados con anterioridad", dice Acrebite.

La asociación destaca el "alto grado de resiliencia de las personas encuestadas, tanto personas mayores como familiares cuidadores/as, donde vivir diariamente con la enfermedad de Alzhéimer ha aumentado sus capacidades para afrontar la adversidad. No obstante, no podemos obviar que se trata de un colectivo vulnerable y que la carencia de servicios, prolongada en el tiempo, puede generar un alto riesgo tanto para las personas enfermas como para su familias cuidadoras", explica.

Las conclusiones y propuestas de mejora tras el estudio han sido:

  • Realizar un análisis económico sobre la viabilidad de asumir los coste que la nueva prestación de servicios suponga. 
  • Diseñar un marco metodológico cuya intervención combine la atención  domiciliaria y presencial. 
  • Incorporación de nuevos perfiles profesionales. 
  • Las nuevas tecnologías han de estar presentes y con mayor intensidad de la existente hasta el momento en la metodología de intervención. 
  • Definir y protocolizar el uso de teletratamientos no farmacológicos, en concreto estimulación cognitiva. 
  • Reivindicar la agilización real y efectiva de la valoración de grado de dependencia y la aplicación de los servicios. 
  • Reforzar las campaña informativas sociosanitarias en función del acceso a la información de las personas atendidas. 
  • Poner en valor la capacidad y fortaleza del colectivo de Alzheimer ante la adversidad, sin olvidar que no somos superhéroes. 
  • Elaborar guías de lectura fácil sobre protocolos de prevención de contagio y teléfonos de recursos sociales y sanitarios por municipios. 
  • Promover la solicitud del servicio de Teleasistencia y su uso en aquellas personas que ya disponga del mismo. 
  • Realizar diagnósticos coordinados con los sistemas de protección social y sanitarios. 
  • Hacer participes y protagonistas a las personas teniendo en cuenta su opinión y preferencias. 
  • Diseñar proyecto de actividades físicas y rehabilitadoras complementarias a la estimulación cognitiva. 
  • Demandar y reivindicar que el acceso a internet sea considerado un suministro básico. 
  • Reivindicar a la administración competente un mayor apoyo a las familias cuidadoras en su labor, mediante servicios de ágil implantación, útiles y adecuados a sus necesidades, siendo el acompañamiento uno prioritario en la enfermedad de Alzheimer. 
  • Incorporación de la perspectiva de género en todas los planes, programas y proyectos que la administración y las entidades diseñen. 
  • Apoyo económico por parte de la administración a la asociación adecuado a las nuevas realidades de nuestro colectivo. 
  • Es necesario y urgente la puesta en marcha de servicios, por parte de la asociación, a las personas ya que de no ser así el riesgo de empeoramiento de la situación familiar y de la de la enfermedad es muy alto.