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Una joven que murió de leucemia da nombre a una zona de espera del Materno para promover la lectura en pacientes

Un rincón en el Materno para leer, en recuerdo de Cristina, una estrella en el cielo

Ciudadanía - J.I.P. - Viernes, 20 de Abril de 2018
Cristina, una estrella en el cielo, da nombre a un rincón en el Materno Infantil para fomentar la lectura entre los pacientes más jóvenes, en homenaje a una gran lectora, que se fue a causa de la leucemia, y de todos y todas que luchan contra las enfermedades y de los que pese a los esfuerzos médicos, nos abandonan.
Los padres, arropados por Pilar Espejo, Juan Cívico y vecinos y vecinas de Huétor Tájar.
Indegranada
Los padres, arropados por Pilar Espejo, Juan Cívico y vecinos y vecinas de Huétor Tájar.

No hay dolor más desgarrador que la muerte de una hija o un hijo. Nada puede repararlo. Pero hay gestos que, al menos, pueden ayudar a que la familia pueda sentirse abrigada. 

Cristina se fue con 17 años el 9 de noviembre de 2017 después de luchar casi un año contra una fatal leucemia.  Era una chica muy especial, un ángel con destellos, -como tantos y tantos jóvenes pacientes-, y una gran lectora, que deja un recuerdo imborrable. No solo para su familia. También para el equipo médico que le atendió y para Huétor Tájar, el pueblo donde nació y que se volcó con ella y sus allegados más próximos desde el primer momento.





Sendas placas con la frase “El Rincón de Cristina 2000-2017” marca para siempre, desde este viernes, un lugar en la antesala de las consultas externas del Hospital Materno Infantil para fomentar la lectura entre los pacientes más pequeños. Una, sobre la pared, otra sobre la mesa junto a la estantería con libros. Un sentido homenaje a una paciente que dejó huella, promovido por la Biblioteca del Paciente del Virgen de las Nieves.

La placa fue colocada en un emotivo acto, en presencia de los padres, María del Carmen Arenas Medina y Manuel Rodríguez Entrena, arropados por una representación de Huétor Tájar, con el concejal de Turismo, Juan Gómez, y la responsable de la biblioteca municipal, María Pinilla, a la cabeza; la directora gerente del Hospital Universitario Virgen de las Nieves, Pilar Espejo, y del responsable de la Biblioteca del Paciente, Juan Cívico.

No son necesarias grandilocuencias, cuando son corazones quienes promueven iniciativas tan hermosas como la que el padre de Cristina, Manuel, agradeció desde lo más profundo, junto a su mujer, María del Carmen, quien le inculcó desde muy pequeña la pasión por la lectura. Agradecido por el gesto, y la atención médica y el cariño que recibió su hija durante sus ingresos, en lo que pasó horas y horas leyendo, animando a familiares y al equipo sanitario. Gracias, por humanizar el hospital, ncluso, en el peor desenlace.

El padre promovió en las redes sociales una recogida de libros para donarla a la Biblioteca del Virgen de las Nieves. Hoy recordaba aquella iniciativa, que sigue vigente, con el ánimo de que los jóvenes ingresados puedan encontrar en la lectura un entretenimiento durante los tratamientos.



A la llamada del padre respondió Huétor Tájar, que hizo bandera de la petición y se volcó en entregar libros, un ejemplo de movilización solidaria, como recordó María Pinilla, la responsable de la biblioteca municipal, donde vecinos y vecinas llevaban libros nuevos y usados, algunos, guardados con cariño, porque fueron los primeros que leyeron hijos, de los que se deprendían por una excepcional causa.

Cristina era socia de la biblioteca municipal, de esas ejemplares lectoras que devolvían los libros antes incluso de que venciera el plazo, porque le apasionaba la lectura.

Hoy han entregaos más de 350 libros para que pueda disfrutarlos los pacientes.

Juan Cívico, como responsable de la Biblioteca del Paciente, recordó a Cristina como una gran aficionada a la lectura pero, sobre todo, como una luchadora nata. En una de las visitas a pacientes con el carrito con libros que lleva por las habitaciones Juan Cívico y su grupo de voluntarios, Pilar Espejo, la directora gerente del Virgen de las Nieves, que les acompañaba. conoció a Cristina. “Vamos a conocer a una gran lectora”, le dijo Juan Cívico.

Hoy recodaba Pilar Espejo su conversación con Cristina, sobre Huétor Tájar, los libros… Agradecida Pilar Espejo a los padres porque “gracias a sus esfuerzo, entrega, generosidad ponen valor que a humanización del hospital va más allá”.

Tras las fotos en el “Rincón de Cistina” para el recuerdo, personal sanitario que trató a la joven saludaba, emocionado, a los padres.

Manuel , el padre, solo tenía palabras sumamente cariñosas para todo el personal del hospital, desde las limpiadoras al servicio de Hematología, pasando por el equipo de enfermería, celadores. Para la familia, pese a la pérdida irreparable, “una gran familia”, unida a la suya, para siempre.