Artículo de Opinión, por Alfonso Martínez Foronda

Spiriman y CCOO

Ciudadanía - Alfonso Martínez Foronda - Sábado, 14 de Enero de 2017
En este espacio de libertad que es El Independiente de Granada, donde tiene cabida todas las opiniones, Alfonso Martínez Foronda firma este artículo de opinión en la que no solo defiende la actuación del sindicato CCOO, del que es afiliado, en el proceso de fusión hospitalaria, sino que también esboza el papel histórico de la organización en la defensa de las libertades.
CCOO

Enfundado en su “shapka” de cinco puntas, ese gorro para protegerse el frío siberiano, Spiriman embiste de nuevo contra CCOO, usando, cual showman trasnochado, un falsete ruso, al modo de las más rancias películas americanas. Claro que identificar a CCOO con el comunismo no es algo que se haya inventado Spiriman –ni en esto es novedoso-, porque ya lo hizo entre 1967 y 1968 el Tribunal Supremo franquista, el aparato jurídicamente más sofisticado de la dictadura, cuando en varias sentencias las dejó fuera de la ley. Desde entonces y hasta la muerte del dictador esto fue la base jurisprudencial para permitir a los aparatos represivos cargar contra las CCOO, que se habían convertido en la espina dorsal de la lucha contra el franquismo. Más de la mitad de las sentencias del TOP (10.000 años de cárcel), lo fueron para sus militantes, sin contar las torturas en las comisarías, muertos en manifestaciones obreras (recuerden la huelga de la construcción de Granada de 1970) o engrosar las listas negras. Además de su desconocimiento histórico sobre el origen y naturaleza de CCOO (él no sabría explicar por qué es el sindicato mayoritario en el estado español), si Spiriman tuviera el mínimo pudor histórico, seguro que no ridiculizaría a miles de antifranquistas de CCOO (comunistas, cristianos, socialistas y muchos independientes) que arriesgaron su vida por las libertades democráticas. Ésas de las que él mismo disfruta. Un poco de respeto, Sr. Spiriman,  a esa memoria.

"Identificar a CCOO con el comunismo no es algo que se haya inventado Spiriman –ni en esto es novedoso-, porque ya lo hizo entre 1967 y 1968 el Tribunal Supremo franquista"

Otra línea de actuación contra CCOO es la que utiliza la insidia como argumento y viene a decir que CCOO está comprada por los cursos de formación de FOREM (su instrumento formativo) que graciosamente le concede la administración. Claro que miente cuando no aclara que la formación pasa un estricto control administrativo de libre concurrencia, en el que participan también empresarios y otras entidades sociales, puntuado rigurosamente por funcionarios que, en este caso, han dado la máxima puntuación, por su rigor, a FOREM. Podría ir a los tribunales y denunciar por prevaricación a los funcionarios que analizan la formación, pero no lo hará.

Finalmente, el acuerdo firmado por CCOO, UGT, CSIF y SATSE para el mantenimiento de dos hospitales completos, con toda la cartera de servicios y la contratación de casi cuatrocientos nuevos efectivos sanitarios tampoco le gusta, aunque venga rubricado por los representantes de la inmensa mayoría del sector. No me esperaba menos. Primero, descalifica a estos sindicatos porque, según Spiriman, no representan a nadie, sabiendo como sabe que han pasado por las urnas de las elecciones sindicales. ¿Acaso quiere que volvamos al sindicato vertical franquista? ¿Acaso él se considera el único y legítimo representante de los trabajadores y trabajadoras del sector? Lo tiene fácil porque, con la legislación en la mano, puede revocarlos y presentarse a dichas elecciones. Segundo, porque más allá de valorar el esfuerzo que en estos momentos está haciendo la nueva gerente, Cristina López, para arreglar los desafueros de la inicial reorganización hospitalaria, con diálogo y negociación con agentes sociales, profesionales y asociaciones de pacientes, no ofrece más argumento que el que utilizan los mesías: o conmigo o contra mí. Claro que ya me gustaría que usara el mismo rasero con la derecha española –ésa que se desgañita en Granada contra la sanidad pública andaluza- que sólo en la tasa de reposición ha dejado en el paro a casi 10.000 profesionales o que en los Presupuestos Generales del Estado castiga a Andalucía –y por tanto, a la sanidad o a la educación pública- sin tener en cuenta criterios de población asociados al territorio. ¿Es ésta su apuesta por la sanidad pública o es otra cosa?

Cuando el debate sereno deja paso al espectáculo, a las candilejas o a las bambalinas y convierte los asuntos públicos –tan caleidoscópicos- en un gran anuncio publicitario de fuegos fatuos, con el único objetivo de lustrarse a sí mismo, entonces el sueño de la razón produce monstruos. Sé que no voy a convencer a quien del insulto hace su argumento, quien de la mofa, su discurso; quien de la insidia, su bandera y quien de cañas, lanzas. Pero sé que no hay que sembrar vientos intolerantes para no recoger tempestades de odio, sino construir sociedades sanas, sobre todo sanas, donde cada uno de nosotros no quiera para los demás lo que no quiere para sí mismo. Así de simple, pero es posible que yo esté equivocado.



Alfonso Martínez Foronda es profesor IES Albayzín y afiliado a CCOO.