Artículo de Opinión

El diablo de los números (Homenaje a Hans Magnus Enzensberger)

Política - Javier Terriente - Jueves, 17 de Mayo de 2018
Javier Terriente analiza en este artículo de opinión el reto que representa configurar candidaturas municipalistas para las próximas elecciones municipales en 2019. Por qué y para qué; cómo; y con quién son algunas de las preguntas que se hace y para las que formula propuestas.
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En la antesala de las próximas elecciones municipales, el debate sobre las fórmulas de representación local se ha convertido en uno de los principales campos de batalla de las fuerzas políticas con aspiraciones de gobierno. Entre ellas, sin duda, la fórmula de las candidaturas municipalistas podrían ser el mejor formato a seguir, puesto que simbolizan el encuentro entre tradiciones, personas y movimientos diversos (feminismos, sindicalismos, movimientos juveniles y culturales…) que trascienden a los partidos y sus fórmulas instrumentales. De hecho, las Candidaturas del Cambio (Madrid, Barcelona, Badalona, Santiago, La Coruña, Zaragoza, Pamplona, Cádiz, Puerto Real, La Zubia, Peligros, Atarfe…) son la mejor muestra de ello: El 25% de la población española está gobernada por este modelo de candidaturas, claro está con sus matices y peculiaridades.

En todo caso, su atractivo responde a la necesidad social y política de construir una voluntad unitaria, plural y diversa, en torno a un proyecto apartidista (¡no apolítico ni antipartido!), que contribuya a abordar un nuevo municipalismo democrático en común. 

En un plano muy diferente, desde las trincheras de la izquierda tradicional se suele alzar la bandera del sorpasso (la unidad de la izquierda auténtica frente al PP/PSOE) como el alfa y omega de todas sus iniciativas. Pareciera que proclamarla a voz en grito, tanto más fuerte cuantos más sean sus críticos, le añada un valor heroico a semejante desatino.

Por eso, en política, cualquier propuesta unitaria, sin una valoración lo más concreta posible de su significación práctica, aquí y ahora, no es por sí misma una receta mágica e infalible que garantice avances electorales. Es ahí donde entra en juego el diablo de los números, pues si bien 2+2=4, también es cierto que esa ecuación puede convertirse en una resta infernal igual a 0, o-4. Depende del signo aritmético que se utilice, o sea, del por qué y para qué, cómo y con quién(es) unirse en este momento preciso.

Por ejemplo, pese a sus principios programáticos unitaristas, Izquierda Unida no ha dejado de retroceder desde su fundación hasta convertirse en un partido casi extraparlamentario a nivel de Estado, de ahí que haya buscado un espacio de subsistencia a la sombra de Podemos. 

Otro ejemplo próximo, que confirma que 2+2 no siempre es igual a 4: La reconversión/refundación de Podemos en Unidos Podemos. 

'La estimación electoral (y política) de Unidos Podemos es hoy mucho menor que cuando ambos partidos actuaban por separado'

Esta nueva denominación se presentó como un acuerdo de convergencia estratégica entre Podemos e IU, con la finalidad de progresar juntos política y electoralmente. En cambio, ha ocurrido exactamente lo contrario: la estimación electoral (y política) de Unidos Podemos es hoy mucho menor que cuando ambos partidos actuaban por separado, de modo que la agregación de ambos bajo una misma denominación ha supuesto una resta, además de  acelerar sus crisis respectivas. 

Este retroceso no era inevitable. La razones hay que buscarlas en el giro radical de Podemos, que llevó a Unidos Podemos a abandonar gran parte de los valores democráticos transversales, que permitieron al Podemos fundacional irrumpir con fuerza en las aguas estancadas de la política española, sustituyéndolos por las tesis y estrategias frentistas de la izquierda tradicional como las que IU representa.

'El éxito de Por Atarfe Sí en las pasadas municipales, y de otras candidaturas similares, encarnan el reverso de esa opción'

El éxito de Por Atarfe Si (PASI) en las pasadas elecciones municipales, y de otras candidaturas similares en Granada, Málaga, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Jaén…, encarnan el reverso de esa opción al optar por la conformación de una voluntad popular mayoritaria por vías muy diferentes al de los partidos de la izquierda, cuya sumatoria habría supuesto una regresión. 

Así pues, al tratar sobre cuestiones relativas a las políticas unitarias, habría que plantearse, previamente:

Por qué y para qué:

Es indispensable sustituir las estrategias de sorpasso, por una nueva guía para la acción política centrada en el eje central de los derechos en toda su amplitud:

1- Promoviendo iniciativas político-electorales apartidistas de amplio espectro y, a la vez, incorporando a los programas y candidaturas los nuevos retos de las ciudades y poblaciones locales.

2- Superando el eje izquierda- derecha, en función  de candidaturas y programas que representen los intereses del conjunto de las poblaciones locales.

Cómo: 

Sería necesario que  las futuras candidaturas reúnan una serie de rasgos identificativos:

1- No incluyendo siglas ni denominaciones de partidos de la vieja izquierda o de formaciones instrumentales sustitutivas. 

2- Prescindiendo de cualquier sistema de cuotas de partido, dando prioridad a la convergencia de sectores, movimientos sociales, sindicales y vecinales, y personas representativas.

3- Seleccionando a sus candidatas/os y programas mediante procedimientos abiertos y radicalmente democráticos. 

Con quién:

Es fundamental renovar a fondo las listas electorales, en coherencia con las nuevas interpelaciones y exigencias de regeneración política: 

1- Apostando por la participación mayoritaria de jóvenes y mujeres socialmente comprometidos.

2- Optando por jóvenes, preferentemente mujeres, como candidatas/os a las alcaldías y para los puestos, teóricamente, de salida.

3- Descartando de las listas electorales, salvo en lugares meramente simbólicos,  a quienes hayan sido representantes políticos durante más de dos legislaturas.

En resumen: 

Habría que señalar que la dirección de Podemos, en Andalucía dominada por el partido Anticapitalistas, ha suprimido de forma radical el 90% de los Consejos Ciudadanos. Tan sólo Granada Ciudad dispondrá de un Consejo homologado por la dirección andaluza. 

El proceso de acoso y derribo a que fue sometido el antiguo Consejo Ciudadano de Granada por parte de dicha dirección, al igual que otros de la Comunidad Andaluza, ha provocado que una serie de organizaciones como Vamos Granada, emprendan vías distintas a Podemos.

En ese contexto, sería un suicidio pactar o participar en candidaturas junto a corrientes sectarias de la izquierda, ajenas al movimiento real de una sociedad compleja, fragmentada, en plena crisis del estado de derecho. Un caso claro de suma aparente que se convertiría en resta.

Conclusión: Las candidaturas municipalistas deberían ser el marco de referencia para la formación de alternativas con vocación de mayoría, capitalizando y renovando una serie de experiencias avaladas por los buenos resultados de esta legislatura. Ese es el reto.



Javier Terriente es militante de izquierda y activo participante en la lucha por la democracia y las libertades.