La negligencia de los populares, secundada por los dos exCiudadanos, abocan a la izquierda a rescatar Granada

La irresponsabilidad del PP y tránsfugas dan una nueva oportunidad de cambio a Cuenca

Política - Juan I. Pérez - Domingo, 4 de Julio de 2021
La derecha pierde Granada por una pésima estrategia de los populares, cegados por la avaricia del poder, y seguida por los dos exCs, en una negligencia sin precedentes que no solo se lleva por delante la reconstrucción de ese espectro que va del extremo centro a la extrema derecha, sino que permite a la izquierda salir al rescate de Granada. Este es el relato de los 23 días desde que saltara el fracasado gobierno bipartito, hasta la inevitable ‘renuncia’ de Luis Salvador, que no leerás en ningún otro medio.

El presidente provincial del PP; el secretario provincial, detrás, flanqueado por los seis concejales populares el 8 de junio cuando anunciaron la ruptura del pacto bipartito. EP

Si en la vida, tirando por lo bajo, se puede ser de todo menos un plasta, en política interna el valor más preciado es la lealtad que, como los principios, cambian según qué.

Manuel Olivares, profundo admirador de Tony Cantó, esperaba impaciente la llamada del PP, con la confirmación del día D, el 8 de junio, y la hora H –hora Zulú-, 9,30 horas, tras pasar del coqueteo a la sumisión, deslumbrado por lo que vendría después, embrujado por Fran Hervías, que le consoló, aún en Ciudadanos los dos, cuando Luis salvador quiso repetir de cabeza de lista en las municipales

Manuel Olivares, profundo admirador de Toni Cantó, esperaba impaciente la llamada del PP, con la confirmación del día D, el 8 de junio, y la hora H –hora Zulú-, 9,30 horas, tras pasar del coqueteo a la sumisión, deslumbrado por lo que vendría después, embrujado por Fran Hervías, que le consoló, aún en Ciudadanos los dos, cuando Luis salvador quiso repetir de cabeza de lista en las municipales.

Antes, el mejor concejal de Desempleo de Granada lo tenía atado con Lucía Garrido, otra edil que nada deja a su paso por un gobierno bipartito. En pleno deslumbramiento de lo que vendría después respondió al gesto público que le pedían los populares para contar con él, dando por válido el ‘2+2’, cuando menos a cuento venía.

La Operación Derribo ya estaba en marcha. Con esa altanera soberbia de la que solo puede presumir un buen conservador, el PP tenía todo atado. Sus tránsfugas azulones, que hace tiempo dejaron de ser naranjas, a Sebastián Pérez, con el que nunca rompió del todo y el apoyo por supuesto de la ultraderecha.

Se lo había dicho desde la fontanería de Génova, Fran Hervías, a Teodoro García Egea, quien preparó el camino con una entrevista pactada con un diario local, en el que daba libertad al PP de Granada para que procediera como mejor fuera para lograr la Alcaldía.

Concejales, entonces, de CS, del PP y Vox posan junto a Bendodo y Marifrán Carazo. Prensa Ayto. Granada

Dado que Ciudadanos nunca pondría en riesgo el pacto andaluz en la Junta para revertir la situación en Granada, ante el miedo al adelanto electoral en Andalucía, -como quiere Pablo Casado- lo que conllevará, tarde o temprano, al fin de Cs, como partido determinante, Luis Salvador cedería y en pocos días el PP al fin asumiría la Alcaldía, con Luis González al frente, el más listo con diferencia de todo el grupo municipal popular

García Egea, avalado por la operación Murcia que saca adelante con tránsfugas, dio su plácet, con tal de meterle a Juan Manuel Moreno un problema, lo que peor lleva desde que se colocó en la solapa de sus trajes el polémico –e innecesario- escudo de los 80, para distinguir, según el BOJA, el "máximo nivel de representatividad de la figura y atribuciones de la persona titular de la Presidencia de la Junta de Andalucía". Según el sentido común, como el logo oficial, para desterrar símbolos que se identifican con los gobiernos socialistas.

Dado que Ciudadanos nunca pondría en riesgo el pacto andaluz en la Junta para revertir la situación en Granada, ante el miedo al adelanto electoral en Andalucía, -como quiere Pablo Casado- lo que conllevará, tarde o temprano, al fin de Cs, como partido determinante, Luis Salvador cedería y en pocos días el PP al fin asumiría la Alcaldía, con Luis González al frente, el más listo con diferencia de todo el grupo municipal popular.

Transigió la dirección regional del PP, pese a tenerse que tragar Moreno sus declaraciones un mes antes en las que no vislumbraba cambio en Granada. A Elías Bendodo, número dos del Gobierno andaluz y del PP-A, le pareció un buen plan y desde su púlpito de las ruedas de prensa posteriores a los Consejo de Gobierno, donde dice que no habla de política (sic), comenzó a azuzar.

César Díaz, el más beligerante del grupo municipal con romper con el bipartito. Prensa PP

Pero no todos estaban de acuerdo en el PP en el que la estrategia del porque sí iba funcionar. Cargos de la Junta, algunos y algunas en Sevilla no lo veían del todo claro, y en la organización provincial, algunos veteranos más experimentados que los actuales dirigentes, mantenía sus reservas ante el temor fundado de hacer el ridículo, si se ataba de antemano la alternancia con Luis Salvador de forma pacífica.

En el grupo municipal, el más beligerante con romper el gobierno fue César Díaz, quien como portavoz del PP y coportavoz del bipartito anhelaba el cambio de más de lo mismo, pero con el sillón de la Alcaldía para los populares. Incluso se ofreció para ello, esgrimiendo como aval su gestión al frente de la Policía Local patriótica, de vuelta a la más politizada de Granada

En el grupo municipal, el más beligerante con romper el gobierno fue César Díaz, quien como portavoz del PP y coportavoz del bipartito anhelaba el cambio de más de lo mismo, pero con el sillón de la Alcaldía para los populares. Incluso se ofreció para ello, esgrimiendo como aval su gestión al frente de la Policía Local patriótica, de vuelta a la más politizada de Granada.

Y así llegó el 8 de junio a las 9,30 horas en la sede provincial del PP, donde el presidente provincial, Francisco Rodríguez; el secretario general, Jorge Saavedra, y lo seis ediles escenificaron la ruptura y su salida del bipartito bajo la justificación del “2+2’, el pacto no escrito que el partido ninguneó a Sebastián Pérez durante dos años y que le llevó a su salida, no sin antes, dejar muy claro, que Granada había sido intercambiada como un cromo.

Al mismo tiempo, pero en el Ayuntamiento, Manuel Olivares y Lucía Garrido –qué sorpresa- presentaban sus renuncias a sus responsabilidades de gobierno y dejaban Ciudadanos, como niños encantados por el flautista de Hamelin.

La Operación Irresponsables ya estaba en marcha.

La dura reacción de Luis Salvador se esperaba hasta cierto punto, pero no el enrocamiento posterior que hizo encender las alarmas en el PP que, sin plan A ni B, tomó la calle de en medio y optó por presionar al alcalde con insultos y humillaciones –“un alcalde de segunda con concejales de primera”…-.

Inmediatamente salta en escena dirigentes regionales y nacionales de ambos partidos, cuyas declaraciones hasta, incluso, después de la dimisión de Luis Salvador, no aportaron nada, ahondaron en argumentos lamentables y hasta contradictorios.

Moreno y Marín se saludan, en presencia de Salvador, en días felices ya lejanos. Prensa Junta

De pedirle el PP a Ciudadanos que cumpliera el pacto del “2+2”, con poco calado en la ciudadanía, se pasó a la petición de Ciudadanos al PP de cumplir el pacto escrito –por WhatsApp-. La ciudadanía harta de la eviterna crisis instalada en el Ayuntamiento de Granada asistía atónita a una lucha por el poder entre las derechas, mientras Granada seguía languideciendo y el resto de capitales trataban de salir de la crisis con sus potencialidades.

Pero el PP minusvaloró la resistencia de Luis Salvador y el desprecio con el que lo trataron fortaleció al alcalde que le permitió fundamentar un argumento sólido frente a la negligencia del PP

Pero el PP minusvaloró la resistencia de Luis Salvador y el desprecio con el que lo trataron fortaleció al alcalde que le permitió fundamentar un argumento sólido frente a la negligencia del PP.

Las reuniones informales entre el PP y Luis Salvador nada aportaron, mientras el líder de Ciudadanos en Granada y su provincia tiraba con el biconcejalato y clamaba hasta el cansancio la vuelta de los populares al gobierno bipartito, pese a saber que estaba roto, desde dentro y fuera y era imposible recomponerlo.

Tanto despreció el PP a Luis Salvador, -solo, porque ni su partido le apoyó con efectividad-, que se cansó y afrontó por primera vez la realidad.

Y lo que parecía más que improbable, dar paso al PSOE, se abrió camino cuando al final del último pleno ordinario y abandonar el salón el PSOE, PP, Vox y tránsfugas –se quedó Unidas Podemos al considerar que no era el momento de forzar la salida del regidor- José Antonio Corpas se acercó al alcalde e intercambiaron breves palabras. Se escuchó decir a Salvador: “no lo hagáis que solo beneficia al PP”, otros, también, “si sabes con quien he quedado esta tarde”.

Los plazos, entonces, ya se aceleraron al fin, tras reconocer Luis Salvador que la situación –lógicamente- no se podía mantener en el tiempo.

Luis Salvador y José Antonio Huertas en su comparecencia del 1 de julio. Álex Cámara/EP

Y llegó el jueves, 1 de julio, cuando al fin presentó su ‘renuncia’ muy al estilo del alcalde, con larguísima exposición de logros, y reproches a sus antiguos socios de gobierno que dejó por escrito en una carta a los granadinos y granadinas, que repetición en el pleno de viernes, que dio por finalizado su paso por la Alcaldía.

“Nunca hubiera podido pensar que un partido de gobierno como el PP permitiría que sus concejales abandonasen su responsabilidad con el equipo de gobierno y con los granadinos con la única intención de conseguir un sillón y un intercambio de nombre en la alcaldía”, dijo en su despedida

“Nunca hubiera podido pensar que un partido de gobierno como el PP permitiría que sus concejales abandonasen su responsabilidad con el equipo de gobierno y con los granadinos con la única intención de conseguir un sillón y un intercambio de nombre en la alcaldía”, dijo en su despedida.

“Como tampoco nunca hubiera podido pensar que dos ediles de Ciudadanos, con los que he compartido proyecto, ilusión, campañas y a los que he otorgado siempre mi confianza, traicionasen el voto de los granadinos y contribuyeran a romper un gobierno que ha dado buenos resultados para esta ciudad, permitiendo hacer saltar por los aires una gestión seria y eficaz por puro egoísmo y ambición”, añadió.

Los socialistas, con paco Cuenca al frente, dispuestos a rescatar a Granada de nuevo.EP

Y soltó la bomba meditada. Su apoyo al PSOE como lista mayoritaria. Luego los dirigentes naranjas matizaron que puede sea con la abstención, o hasta el voto en blanco o salirse del pleno.

El grave error del PP, de activar una granada de mano sin calcular hasta dónde llegará la onda expansiva, permite ahora a la izquierda, liderada por el portavoz municipal del PSOE, Paco Cuenca, salir al rescate de Granada, con el apoyo responsable de Unidas Podemos

Con los 10 votos del grupo socialista, que puede contar también con los tres de Unidas Podemos, el PSOE se garantiza la investidura, sea voto a favor o abstención de los dos de Ciudadanos, frente al PP, que puede contar con sus seis concejales, más los tres tránsfugas y los tres de Vox.

La derecha suma 12, pero necesita 14, mayoría absoluta, para cerrar el paso a la lista más votada. 

El grave error del PP, de activar una granada de mano sin calcular hasta dónde llegará la onda expansiva, permite ahora a la izquierda, liderada por el portavoz municipal del PSOE, Paco Cuenca, salir al rescate de Granada, con el apoyo responsable de Unidas Podemos, por ideología, por coherencia y porque es imposible que la ciudad siga gestionada por partidos con odios entre ellos e internos.

A la desesperada y descolocado, el PP baraja comerse a su candidato natural, Luis González, y proponer a Francisco Fuentes, el exsubdelegado del Gobierno, que exigía Sebastián Pérez, para asegurarse su voto.

Cambril, portavoz del grupo municipal de Unidas Podemos. EP

Ciudadanos, también menospreciado en la Junta –esas risitas de Bendodo cuando comparece con Juan Marín-, le devuelve al PP el agravio, tras intentarlo también en Jaén con tránsfugas, eso sí tras abandonar sin complejos el pacto nacional antitransfuguismo, justo cuando se abría la crisis en Granada.

Puede que aprenda que, en política, como en la vida, jamás hay que menospreciar a tus iguales o adversarios o enemigos a riesgo de que te salga el tiro por la culata.

Pero si no hay otra negociación de última hora, que, en Granada, ya se sabe, y le ofrece el PP a Luis Salvador, la presidencia de Júpiter o Marte, como dice Antonio Cambril, solo el PP será el culpable por su avaricia, no ya de no ostentar la alcaldía, sino de seguir en el gobierno municipal, y perderse la gestación del nuevo contrato con Alsa, dueña de la Rober, y con Inagra.

Puede que aprenda que, en política, como en la vida, jamás hay que menospreciar a tus iguales o adversarios o enemigos a riesgo de que te salga el tiro por la culata.

Y aunque nunca lo admite, carente de autocrítica, lo recordarán los concejales populares, los tránsfugas y los de la extrema derecha, cuando algún día vean el cuadro de Luis Salvador en la galería de alcaldes, donde, por cierto, faltan aún los de José Torres Hurtado y Francisco Cuenca, que ya dio un paso al frente para rescatar Granada en la anterior crisis institucional, cuando el último regidor del PP salió esposado del Ayuntamiento.