Érase una vez un juego llamado piedra, papel y tijera donde dos personas a la de ¡tres! sacaban una de estas tres opciones. Las reglas son sencillas: el papel gana a piedra, piedra gana a tijera y ésta última gana a papel.

Y eso mismo ocurre con el gobierno de la Junta en general y con educación en particular donde no hay semana en la que la Consejería de Educación no se produzca algún recorte, alguna reestructuración (en contra del interés general) o alguna noticia que afecta negativamente a la educación pública donde la tijera gana a papel.

Hace unos meses vivíamos in situ la lucha heroica de unas familias en La Alpujarra para que sus hijas e hijos no tuvieran que desplazarse a decenas de kilómetros para ir a clase, incluso tuvieron que soportar que el mismo Consejero les dijera que tenían a sus hijas e hijos de rehenes, lo que no sabía el señor Imbroda es que en la calle luchando por sus derechos también se enseña a las futuras generaciones.

No había terminado este conflicto y tenían abierto otro con el Personal Técnico de Integración Social (PTIS) en varios municipios de la geografía granadina y andaluza donde incluso pueden perder su puesto de trabajo. En uno de ellos, Cájar, el AMPA se levantó en pie de guerra exigiendo lo que les correspondía por derecho, al igual que la madre de la pequeña Alejandra, de Ventorros de la Laguna, que pedía los servicios necesarios para que su hija de 3 años pudiera ir a clase. Con lucha, constancia y tesón cumplieron los objetivos que se marcaron, en estos casos "piedra (reivindicaciones) ganó a tijera".

Sin tiempo para celebrar la victoria de estas reivindicaciones en la provincia, nos encontramos ahora con un hecho alarmante: la reestructuración de secundaria que pretende realizar la Delegación de Educación tanto en la capital como en las zonas rurales.

Cualquier cambio, estudio y reestructuración debe contar con toda la Comunidad Educativa y no realizarse de manera unilateral por parte de la Delegación Provincial como está ocurriendo

Ocurren dos hechos totalmente incongruentes entre sí. Por un lado quieren unificar en el mismo centro Primaria y Secundaria y, por otro, en los colegios públicos rurales, Semi-Ds, donde albergan cursos de 1° y 2° de ESO eliminarían de raíz estos dos cursos citados. Esto tendría consecuencias terribles: pérdida de puestos de trabajo, supresión de unidades, fomento de la despoblación y niñas y niños de poblaciones como Dehesas Viejas, Torvizcón, Olivares, Albuñelas, Benalúa de las Villas entre otras, se verían obligados a realizar numerosos kilómetros diarios para ir a clase cuando a día de hoy tienen esa oferta educativa en sus pueblos. ¿Esto es otro hachazo a los municipios rurales? ¿Esta es la política de las tres derechas para luchar contra la "Andalucía vaciada"?

Pero esta amenaza también se cierne sobre los centros de la capital, el IES Veleta e IES Zaidín Vergeles serán unos de los centros perjudicados por esta medida tal y como han denunciado el profesorado de los mismos y las organizaciones sindicales. Y para muestra un botón, el próximo curso comenzará con la supresión de 1º de ESO.

A estos hechos cabe destacar como los sindicatos educativos denuncian que no han sido informados de estas medidas a desarrollar. La falta de transparencia que ha tenido la Delegación con toda la Comunidad Educativa es más que evidente.

Cualquier cambio, estudio y reestructuración debe contar con toda la Comunidad Educativa y no realizarse de manera unilateral por parte de la Delegación Provincial como está ocurriendo. La educación debe ser transparente, participativa e inclusiva y con la forma de proceder del gobierno andaluz en Granada queda claro como estos tres pilares brillan por su ausencia.

Son muchas las "asignaturas" suspensas por parte de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía: PTIS, despido de las 73 trabajadoras de las Escuelas Infantiles de la Junta, supresión de líneas en la escuela pública...

Pero con la movilización de la Comunidad Educativa papel y piedra ganarán, sin lugar a dudas, a los recortes de la tijera.