Artículo de opinión

'Granada en la encrucijada ferroviaria'

E+I+D+i - Carlos Peña Aguilera - Domingo, 3 de Abril de 2022
Carlos Peña Aguilera, de las plataformas 'Granada por el Tren' y 'Granada por el Corredor Mediterráneo', plantea los retos a los que se enfrenta Granada para no quedar aún más relegada en un medio de transporte que debe ser clave ante la crisis energética y el cambio climático.

El pasado 21 de Febrero los empresarios de Granada mostraron públicamente su descontento con las actuales infraestructuras en el acto “Granada Frenada”, un potente toque de atención a la clase política granadina para desatascar o sacar del cajón proyectos pendientes de años atrás y demandar una inmediata mejora de las conexiones aéreas y ferroviarias. Desde el máximo respeto y apoyo a dicha iniciativa, por el acontecer de los últimos meses se plantean algunas cuestiones a analizar en el terno y necesario debate ferroviario.

A nivel de servicios ferroviarios, todas las posibles mejoras que se plantean se centran en la recuperación de los servicios prepandemia y en implementar la relación con Málaga, todos ellos por vía de alta velocidad. No hay esperanza posible con Renfe, que aplica tarifas imitando a las compañías aéreas y se niega a estimular la demanda con la idea de compensar las pérdidas derivadas por la pandemia. Inimaginable reclamarle servicios diurnos complementarios a los de alta velocidad por vía convencional, salvo los incluidos en la OSP (Obligación de Servicio Público), diseñados para expulsar a los viajeros a otros modos de transporte porque no compiten ni en horarios, tarifas ni tiempos de viaje. De ciencia ficción plantear la vuelta de los trenes nocturnos, para los que ni siquiera hay un plan a medio plazo como ya lo están preparando algunas operadoras ferroviarias europeas.

La tregua pactada por la Mesa del Ferrocarril del Ayuntamiento de Granada ya ha sido superada y prorrogada en cuanto a la finalización y presentación del estudio funcional del tramo del Corredor Mediterráneo Antequera-Granada-Almería

En cuanto a infraestructura y planes a corto-medio plazo, la tregua pactada por la Mesa del Ferrocarril del Ayuntamiento de Granada ya ha sido superada y prorrogada en cuanto a la finalización y presentación del estudio funcional del tramo del Corredor Mediterráneo Antequera-Granada-Almería. Tampoco se han llevado a cabo algunas iniciativas planteadas, como la creación de una comisión de seguimiento de los servicios ferroviarios necesarios o el contacto con el movimiento QuieroCorredor para que Granada sea sede de uno de los chequeos semestrales o de los encuentros anuales que se vienen celebrando.

Dicho estudio, junto al Estudio Informativo de la Integración del Ferrocarril en la ciudad, nos debe ofrecer un planteamiento de actuación para potenciar los servicios de viajeros y especialmente los de mercancías, de los que tan preocupados andan en la Unión Europea en su impulso, más si cabe cuando en diciembre pasado se ha presentado la reforma de la Red Transeuropea de Transportes (RTE) fusionando los reglamentos del Mecanismo Conectar Europa (MEC o CEF) y de los Corredores Europeos de Mercancías (RFC), que establece líneas electrificadas en ancho europeo de tráfico mixto a 160 km/h para trenes de viajeros y 100 km/h para mercancías.

Mapas de la reforma de la Red Transeuropea de Transportes de mercancías (plano de arriba) y pasajeros. 

Por otro lado, tenemos las normas sobre la que está trabajando el Ministerio de Transportes (Mitma), la Estrategia Indicativa del Ferrocarril y la Ley de Movilidad Sostenible, cuyos planteamientos iniciales abren la puerta al cierre de varios trazados ferroviarios en base a criterios económicos, en un escenario liberalizado y de posible financiación autonómica de las OSP a partir de 2027.

A partir de ya y en los próximos años nos enfrentamos a cambios profundos en las políticas de transporte. El cambio climático y la dependencia de los combustibles fósiles con precios al alza obligan a no fallar en el modelo a implementar a todos los niveles. En este asunto, Granada no parece haber consensuado ni definido una posición estratégica.

Todos los consensos parecen centrarse en el tráfico de viajeros pero apenas se habla del transporte intermodal de mercancías

Respecto del Corredor Mediterráneo, todos los consensos parecen centrarse en el tráfico de viajeros pero apenas se habla del transporte intermodal de mercancías. Las preguntas siguen estando ahí: ¿Renuncia Granada capital y su entorno metropolitano a su apuesta como nodo logístico en detrimento del Puerto Seco de Antequera (la apuesta de la Junta de Andalucía), el Puerto Seco de Jaén (la apuesta del Puerto de Motril) o la Plataforma de Pulpí (la apuesta empresarial almeriense de Port Rail Almanzora Levante)?¿Instamos al Gobierno de España a que ejecute lo presentado a Europa (Algeciras/Sevilla-Antequera-Granada-Almería) hace más de diez años para su financiación o seguimos pidiendo a Europa financiación para nuevos proyectos como la A44 ferroviaria (Motril-Granada-Jaén)? Todo muy necesario, pero ¿qué es primero, por dónde empezamos? Porque seguro que esa falta de definición desvía la implantación de proyectos empresariales a otros lugares con mejor acceso al ferrocarril.

En lo referente a viajeros no se puede obviar el potencial del ferrocarril en el uso urbano, interurbano y de conexión con el mundo rural, apostando claramente por un modelo intermodal e integral de transporte, planificado y financiado competencialmente por las comunidades autónomas como ya se ha realizado con éxito en varios países europeos y como defienden entidades por la movilidad, ecologistas y sindicales en el documento “Más viajes en tren, menos emisiones. Bases para doblar la demanda del ferrocarril en España” o profesionales, empresas (en su mayoría pymes) y administraciones asociadas en AMSIR (Alianza por la Movilidad Sostenible y la Innovación Rural) con sede en Granada.

La reducción en un 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero que produce el transporte y la transición a una economía sostenible, convirtiendo los retos climáticos y medioambientales en oportunidades de desarrollo, no dejando atrás a personas ni territorios son los retos a conseguir en el horizonte de 2050 incluido en el Pacto Verde Europeo. Granada no puede ser territorio que quede al margen de todo este proceso, trabajemos en su definición.