'Dos besos y un abrazo'

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 20 de Enero de 2023
Imagen captada por el canal griego STAR.
STAR
Imagen captada por el canal griego STAR.

Enternecido estoy con la imagen que supuestamente no nos iban a enseñar del reciente acercamiento del rey Felipe VI a su padre Juan Carlos por medio de un abrazo y dos besos en las mejillas durante el funeral de Constantino II, hermano de su madre. No hay nada más bonito que un reencuentro entre dos familiares que han pasado unos meses distanciados y vuelven a reunirse conscientes de que ambos forman parte de un todo que los comprende y aglutina. Parece ser que se nos quería escatimar la imagen del momento y la Casa Real la había obviado, pero fue la televisión griega quién la captó, aunque con el oscurantismo con que opera esta institución desde hace décadas no me parece muy creíble que los portavoces de la citada Casa pensaran que no llegaría a ser noticia en España o que no nos enteraríamos, como si siguiéramos anclados en la época en la que Juan Carlos hacía y deshacía a su antojo con la connivencia de los directivos de los medios de comunicación de este país. La cuestión es que hemos sido testigos de que padre e hijo no se llevan tan mal o que empiezan a entenderse mejor, también podría ser que se hablaran desde siempre excepto en público o que se hubieran reconciliado meses atrás. Quién sabe si todo esto forma parte de una campaña para ayudar a cambiar la deteriorada imagen de Juan Carlos en nuestro país con el fin último de que pudiera regresar como si nada hubiera pasado, pero lo que se nos está vendiendo es un instante emotivo que puede contar con la complicidad de una parte de la sociedad española. En el fondo, no se trata más que de optar al perdón social por las fechorías de alguien que destacó por haber bien su trabajo, hasta que dejó de hacerlo sin que ninguno de nosotros se enterara.

No me parece mal que se busque el perdón, espero que tamizado por el arrepentimiento del exrey, aunque a quienes no les parece igual de bien es a mis alumnos de escritura creativa de la Prisión de Albolote, ni tampoco a sus compañeros de módulos

No me parece mal que se busque el perdón, espero que tamizado por el arrepentimiento del exrey, aunque a quienes no les parece igual de bien es a mis alumnos de escritura creativa de la Prisión de Albolote, ni tampoco a sus compañeros de módulos. He visto a muchos llegar al aula llorosos, deprimidos y muy arrepentidos por el delito que han cometido, otros, destrozados porque aseguran que las pruebas ponen de manifiesto que son inocentes y, aun así, han sido condenados; he conocido a jóvenes cuyo esfuerzo por sacar a su familia adelante por medio de un arduo trabajo se ha visto truncado para cumplir una pena por un delito que no ha cometido; me he topado con héroes anónimos que salvaron la vida de alguien y han acabado en prisión por haber cometido un delito, a personas cuya trayectoria intachable solo se ha manchado una vez y lo están pagando caro, a un chaval ya reinsertado en la sociedad, con trabajo, novia formal y una vida estable y que tuvo que hacer frente a siete años de prisión por haber aceptado seis años atrás una tarjeta de crédito de un supuesto amigo adulto y gastarse con ella la friolera de 70 euros… Hay tantos casos como personas en las prisiones y, si bien es cierto que muchos han cometido delitos graves, lo reconozcan o no, yo también me he topado con grandes seres humanos, leales, bondadosos, amigos de sus amigos, amantes de sus familias; y por desgracia, ninguno de ellos ha dejado de cumplir su condena acogiéndose a estos motivos.

Es habitual encontrarse en prisión con historias de padres cuyos hijos no les dirigen la palabra por el delito que han cometido, ni van a verle ni les interesa su estado de salud, pese a que ellos, desde el penal, se preocupan y se informan de cómo les va a sus chavales en la calle y, algunas veces, se reencuentran o bien fuera de la cárcel o bien antes de salir, y esa reconciliación hace más livianas las horas al recluso a partir de ese momento. Por desgracia, nada de eso se tiene demasiado en cuenta para reducirle la condena al reo.

Lo que quiero decir es que Juan Carlos no ha sido juzgado en España por los delitos que se le imputan y jamás lo será, con lo cual nunca tendrá por qué mostrar arrepentimiento sobre algo que no se le achaca

Lo que quiero decir es que Juan Carlos no ha sido juzgado en España por los delitos que se le imputan y jamás lo será, con lo cual nunca tendrá por qué mostrar arrepentimiento sobre algo que no se le achaca. Está claro que sus contactos con dictadores y otros altos cargos de distintos gobiernos ayudaron a nuestra evolución como país y que contribuyó de otras maneras para ese mismo fin, pero eso no impide ver que se enriqueció de una manera más que sospechosa y que ni será juzgado ni pagará por ello, con lo cual se evidencia que en este país la ley no es igual para todos.

El hecho de que el rey Felipe VI y su padre hagan o no las paces me trae bastante sin cuidado, aunque soy consciente de que es un primer paso para que regrese a morir a España, que es lo que acabará sucediendo, me importe a mí lo que me importe, a no ser que inesperadamente la señora de la guadaña se le aparezca antes de lo imaginado. El problema es que no es fácil apoyar una institución que garantiza la diferencia entre distintas clases sociales y que considera que todos no deben pagar lo mismo por el mismo delito, sobre todo si tú eres uno de los que estás en la cárcel por algo infinitamente menos grave de lo que se supone que hizo Juan Carlos.

 

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).