La ansiada lluvia llegó el jueves por la noche a la provincia, justo cuando se cierra un año hidrológico seco, el tercero consecutivo, y el de menos pluviometría de los últimos nueve. 

Entre el 1 de octubre de 2021 y el 30 de septiembre de 2022 han caído 254 litros por metro cuadrado en la estación meteorológica del aeropuerto granadino, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Es la menor cantidad de agua desde el año hidrológico 2013-2014, cuando se registraron 318 litros/m2, y supone un 30% menos del promedio histórico de referencia (1981-2010), fijado en 365 litros (saldría justamente a uno por día).

Una escasez de lluvia que se ve agravada por las temperaturas cada vez más altas a causa del calentamiento global, que aumentan la evaporación de la poca agua disponible. 

Así se han distribuido las lluvias, mes a mes, en el año hidrológico que acaba de terminar:

De los 12 meses, solo en marzo y abril se registraron más precipitaciones de lo habitual. El resto de meses estuvieron muy por debajo de la media. Y la segunda mitad del año hidrológico, que suele ser la de menos lluvias, cada vez es más seca. De mayo a septiembre únicamente se han acumulado 15 litros en cinco meses, cuando el promedio es de 64.

Y ello acompañado de temperaturas extremas en cada mes. Mayo fue 3,3 grados más caluroso de lo habitual; junio, 2,2º por encima del promedio; julio, 3,4º sobre lo normal en ese mes, y agosto, 2,6º de más. Septiembre se ha situado más cerca del promedio, pero también ha sido 1,3º más caluroso. Eso ha hecho que el agua disponible sea aún más escasa a estas alturas. 

Datos de la estación meteorológica de Aemet en el aeropuerto de Granada.

La tabla muestra la lluvia acumulada en los últimos diez años hidrológicos, con datos de la estación de Aemet en el aeropuerto granadino. Los 254 litros de este último año 2021-2022 son la tercera cantidad más baja, únicamente tras los 232 de 2014-2015 y los 222 del año siguiente, 2015-2016. 

En estos últimos diez años, solo tres han registrado precipitaciones por encima de los 365 litros de promedio histórico. El año hidrológico 2012-2013 fue excepcional, con 690 litros, y desde entonces únicamente en 2017-2018, con 501 l/m2, y el siguiente, 2018-2019, con 374, hubo más lluvia de lo normal. 

Ahora Granada acumula tres años seguidos con precipitaciones por debajo del promedio, especialmente el año hidrológico recién terminado. Y con las temperaturas cada vez más altas, la situación de los embalses de la provincia es más que preocupante. El gráfico de la web embalses.net así lo evidencia: 

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La línea roja muestra el nivel de agua embalsada en la provincia en el presente año 2022. Muy por debajo tanto de la línea negra, la del año pasado, como de la verde (2020) y la del promedio de los últimos diez años. 

Los 11 embalses de la provincia cuentan ahora mismo con apenas 324 hectómetros cúbicos, muy lejos de los 1.180 que pueden albergar. Están en conjunto al 27% de su capacidad. De ellos, nueve pertenecen a la cuenca del Guadalquivir, con un promedio de solo el 21% de llenado, mientras que los dos de la cuenca mediterránea, Béznar y Rules, todavía tienen un nivel aceptable, 73% y 61%, respectivamente. 

Fuente: Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y Junta de Andalucía

Todos los embalses de Granada están ahora en peor situación que hace un año. El de Colomera es el que tiene un porcentaje más bajo de llenado: se encuentra a solo el 8,6% de su capacidad. Le sigue el de San Clemente, 11%, si bien este pantano suele tener poca agua durante todo el año. 

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Embalse de Colomera, casi vacío, este viernes. indegranada

Muy preocupante es el estado de Bermejales, al 14%, y especialmente grave la situación del Negratín, a menos del 19%, pues se trata de la mayor reserva de agua de la provincia: su capacidad es prácticamente igual que la del resto de embalses juntos, 567 hectómetros cúbicos. 

Por su parte, los embalses que se nutren del deshielo de Sierra Nevada y que abastecen de agua potable a Granada y buena parte de su área metropolitana, se encuentran en mejor estado: Canales, a casi el 69% de llenado y Quéntar, al 57%. 

Según Aemet, la predicción para este otoño es de precipitaciones en línea con el promedio histórico, con lo que la sequía no se agravará, pero tampoco servirá para recuperar el déficit de lluvia que se arrastra en los últimos años. 

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El nacimiento del mantantial de Deifontes, un paraje habitualmente idílico, está casi seco. El nombre del pueblo procede de las palabras latinas 'dei' 'fontes' (fuentes de Dios), pero la sequía ha hecho que su famoso nacimiento presente el peor aspecto que se recuerda. De ahí brotan las aguas de gran calidad de su manantial, perteneciente al acuífero de Sierra Arana, explotado por Aguasvira para surtir de agua potable a más de 150.000 habitantes del norte del área metropolitana de Granada, gracias a un caudal medio de 1.000 litros por segundo. Pero el agua apenas brota ya del manantial, no hay peces, cuando era habitual, y sus aguas aparecen ya casi estancadas, como se aprecia en las imágenes. Hasta el punto de que el Gobierno ha aprobado obras de emergencia para abrir pozos en la Vega que suplan la falta de caudal del manantial de Deifontes, insuficiente para el abastecimiento que lleva a cabo Aguasvira. 

 

En este video, filmado unos días antes de las lluvias de este jueves por la noche, se aprecian pequeños peces muertos en el manantial, con el agua turbia y estancada.