La risa y la adrenalina de no saber qué va a ocurrir son las claves de un fenómeno que cada día consigue más adeptos, llenando todas las funciones de la recién terminada cuarta edición del FESTIG, el Festival de Improvisación de Granada.

La improvisación es un género relativamente nuevo -puede tener 30 o 40 años como exhibición-, pero es ahora cuando está adquiriendo importancia dentro de la escena teatral. Hay compañías que están trabajando a un altísimo nivel, con puestas en escena muy cuidadas y mucho trabajo de investigación en el género, lo que les está abriendo las puertas de los teatros y de los circuitos escénicos, según ha informado Escuela Remiendo.

“La impro es juego y riesgo, no sabes lo que vas a interpretar. Pero no vale todo, hay una gran responsabilidad: la improvisación nos obliga a formarnos como intérpretes, como directores, como dramaturgos… porque lo que hacemos es mostrado y realizado directamente, sin filtros, no hay ensayo y error. Y ese vértigo engancha”, apunta Rafael Villena, actor y director de la compañía La Tetera IMPRO!, organizadora del festival.

Villena es también el componente granadino de Improviciados, un trío que completan Dani Rovira y Clara Lago, y uno de los máximos responsables del auge que está experimentando la improvisación teatral. Se ha incorporado recientemente al equipo estable de la Escuela de Teatro y Doblaje Remiendo para impartir los cursos de esta manera de hacer teatro, de contar historias en el mismo momento en el que se están produciendo.