'30 aniversario del Congreso mundial de Orce'

Hace 30 años, entre los días 4 y 7 de septiembre de 1995, se celebró en Orce el Congreso Internacional de Paleontología Humana, bajo el título Los homínidos y su entorno en el Pleistoceno inferior y medio europeo. Durante 4 días se dieron cita en Orce más de 300 científicos procedentes de 18 países y de 4 continentes; por supuesto, el país más representado fue España, con 105 participantes. El Congreso pretendía cubrir dos objetivos: uno científico y otro de dinamización del pueblo de Orce. El objetivo científico era más que evidente: mostrar a la comunidad científica los trabajos realizados por el equipo del Dr. Gibert en los yacimientos de Orce y debatir, sobre el terreno y con los materiales arqueológicos y antropológicos en la mano, sobre la presencia humana en la región de Orce, hace más de un millón de años.
En Orce y Granada, se estaba haciendo ciencia del siglo XXI en el siglo XX, como así lo reconoció la prestigiosa revista científica Biology al solicitarle al Dr. García Olivares un artículo sobre su trabajo para un monográfico de 2022, dedicado a la paleontología del siglo XXI
Las sesiones de los días 4 y 5 estuvieron prácticamente dedicadas a exponer los resultados de las investigaciones realizadas a lo largo del decenio inmediatamente anterior al Congreso. Además, en una sesión de trabajo memorable, científicos de la talla de los profesores Tobias, Chiarelli, Wolpoff, Lowenstein y Aguirre, entre otros, discutieron y determinaron la naturaleza humana de los fósiles de Venta Micena. La paleoinmunología, cuyo estudio realizó un equipo de la Universidad de Granada junto a otro de la Universidad de California, fue un elemento decisivo, pues se presentaron datos que eliminaron cualquier duda sobre la asignación de los fósiles al género Homo. En Orce y Granada, se estaba haciendo ciencia del siglo XXI en el siglo XX, como así lo reconoció la prestigiosa revista científica Biology al solicitarle al Dr. García Olivares un artículo sobre su trabajo para un monográfico de 2022, dedicado a la paleontología del siglo XXI (https://www.mdpi.com/2079-7737/11/8/1184).
La Dra. Marie-Antoinette de Lumley, que en 1983 brindó en Orce con José Gibert por el ‘primer europeo’, y que después inició la polémica con una llamada a la prensa, no apareció por el Congreso para defender sus tesis, a pesar de estar invitada. Paralelamente, la aceptación de las diferentes evidencias de acción antrópica, presentadas por el equipo del Dr. Gibert, fue unánime: prestigiosos arqueólogos de la talla de Bosinski, Roe, Valoch, entre muchos otros, confirmaron la presencia de actividad antrópica en la región de Orce, llegando incluso a publicar artículos sobre esa cuestión. Asimismo, la Dra. Véra Eisenmann, reconocida especialista en équidos y que además estudió los équidos del yacimiento de Venta Micena, no reclamó como équido el que entendía que era un fragmento humano.
De forma injusta y poco inteligente, la administración andaluza impidió al Dr. Gibert seguir dirigiendo las investigaciones en Orce y continuar estudiando el material arqueológico y paleontológico por él recuperado; además, los yacimientos y todo el material arqueológico, antropológico y paleontológico se puso en manos de sus adversarios de paradigma
Después de 4 días muy intensos, en los que también se habló de la diversificación y diversidad del género Homo, así como de las rutas de dispersión de dicho género por África y Eurasia, la vieja polémica quedaba zanjada. Así lo recogieron los titulares de prensa de aquellos días, como los publicados por el periódico granadino IDEAL: “Atapuerca se rinde a la evidencia” (5/9/95) o “Gibert Triunfa sobre la Verdad oficial” (8/9/95). No solo el ‘Hombre de Orce’ salía reforzado del Congreso, también se empezaba a hablar de Orce como el Olduvai europeo. Desafortunadamente, poco después resurgió la polémica en España, desatada por personas que no asistieron al Congreso, apoyadas en las maniobras de unos pocos excolaboradores del proyecto. De forma injusta y poco inteligente, la administración andaluza impidió al Dr. Gibert seguir dirigiendo las investigaciones en Orce y continuar estudiando el material arqueológico y paleontológico por él recuperado; además, los yacimientos y todo el material arqueológico, antropológico y paleontológico se puso en manos de sus adversarios de paradigma. Esa fue la oscura consecuencia del éxito del Congreso de 1995.
Dinamizar el pueblo de Orce
Enlazando con ese éxito, nos gustaría hacer una reflexión sobre el segundo objetivo del Congreso: la dinamización del pueblo de Orce. Hoy se habla mucho de la necesidad de fijar a la población al mundo rural para evitar la despoblación del interior de España. Obviamente va a ser muy difícil modificar una tendencia que viene desde muy atrás. Detengámonos en el caso de Orce. En 1950 el censo mostraba que en Orce había 4.445 habitantes; en 1986, año en que la gente que trabajábamos en Orce junto a Gibert y con el apoyo del Ayuntamiento pusimos en marcha el Museo de Prehistoria de Orce, la población era de 1.626 habitantes, y en los años 1987 y 1988, la cifra se mantuvo estable e incluso aumentó. A partir de ese momento, la población no se volvió a recuperar, solo hubo dos excepciones: al año siguiente del Congreso el número de habitantes de Orce aumentó ligeramente con respecto a 1995 y en 1999, cuando parecía que se iban a retomar los trabajos científicos en Orce.
Durante esos años, en estrecha relación con los trabajos de investigación dirigidos por Gibert, se rehabilitó el Palacio de los Segura, se creó una escuela-taller, se dotó al Museo municipal de contenidos, se organizaron cursos científicos de verano y un Congreso Internacional… y toda esa actividad científica dinamizó el ayuntamiento de Orce: era necesario hospedar a los visitantes, darles de comer, realizar obras y reformas. Quizás, aventuramos al decir que ese fue el motivo de que durante esos años la población de Orce no descendiese más abruptamente. Pensamos que ese era un modelo en el que se pudo haber profundizado para garantizar el desarrollo humano y económico del municipio. En este sentido, hay un dato que nos parece incontestable: cuando en 1999 parecía que el proyecto de investigación iba a tener futuro, la población total de Orce era de 1.460 habitantes; entre los años 2003 y 2004, después de que el Dr. Gibert fuese definitivamente eliminado del proyecto de investigación en Orce, el pueblo perdió en un solo año 30 habitantes…
Hace tres años, en un homenaje a José Gibert, una mujer sentenció: “si Orce quiere recuperar su lugar, es preciso rehabilitar la figura del profesor Gibert, porque su descrédito significa el desprestigio de Orce” (hacemos nuestras esas palabras que nos tomamos la libertad de reproducir)
Hoy, con respecto al año en que se celebró el Congreso, ha perdido más de 300 habitantes. Hace tres años, cuando se celebró en Orce un homenaje en memoria de José Gibert y en recuerdo del descubrimiento del ‘Hombre de Orce’ en 1982, muchas de las personas que se encontraban entre el público insistían en que Gibert había hecho que Orce existiese en el mundo, pero hubo una mujer que sentenció lo siguiente: “si Orce quiere recuperar su lugar, es preciso rehabilitar la figura del profesor Gibert, porque su descrédito significa el desprestigio de Orce” (hacemos nuestras esas palabras que nos tomamos la libertad de reproducir). Mientras se siga cuestionando la humanidad del ‘Hombre de Orce’ en el museo de un pueblo que fue sede del Congreso internacional que avaló su humanidad, sobrevolarán muchos fantasmas que impedirán que Orce ocupe el lugar que se merece en la evolución humana.
Fotografías: facilitadas por los autores.