La producción de espárrago baja un 30% esta campaña en Granada por la adversa climatología, según UPA

E+I+D+i - IndeGranada - Jueves, 26 de Mayo de 2022
El fuerte frío en primavera, la ola de calor de mayo y la falta de lluvias han provocado el descenso de la cosecha, junto a la falta de mano de obra y los elevados costes "que hacen inviable la recolección".
Espárragos verdes.
pixabay
Espárragos verdes.

Un 30% menos de espárragos verdes esta campaña. Esa es la previsión que hace UPA Granada después de constatar, en el campo, las negativas consecuencias que ha tenido el elevado frío en primavera, el último episodio de ola de calor sufrido este mes y la escasez de precipitaciones a lo largo de todo el año. De ahí que el secretario general de UPA Granada, Nicolás Chica, estime esa reducción productiva este año, en el que no se superarán las 26.000 toneladas.

Adversidades climatológicas que se unen, como en años precedentes, a la falta de mano de obra y a los elevados costes de producción, lo que hace que, para muchas explotaciones, haya sido muy complicada la recolección. Menos cosecha que, afirma Nicolás Chica, se verá reflejada en las jornadas reales, que no superarán las 250.000. "Y eso es un dato muy preocupante", dice UPA, en una provincia como Granada, que es la principal productora de espárrago verde en Andalucía con más de 6.700 hectáreas de cultivo distribuidas por varias comarcas.

“Los costes de producción se han disparado, superando en más de un 20 por ciento el precio de cajas, de palés, de luz y de mano de obra. Por ejemplo, un palé que el año pasado costaba 6 euros ahora lo tenemos que comprar a 12,60. Mientras tanto, el precio en origen de los espárragos sigue por los suelos. Esto, unido a la adversa climatología que hemos sufrido este año, nos hace estimar unas pérdidas en producción de un 30 por ciento. A todo esto se une la falta de mano de obra, que es una triste realidad, porque la gente no quiere trabajar en el campo. Todo ello se convierte en una tormenta perfecta que hace que muchos productores consideren la opción de no recoger el espárrago porque es inviable económicamente”, explica Nicolás Chica.

Suben mucho los costes

El secretario general de UPA Granada insiste: “Los costes de producción se han incrementado de forma generalizada, especialmente la energía, el gasoil, el transporte y las materias auxiliares. A esto hay que sumarle el cada vez mayor número de certificaciones exigidas por los distribuidores para adquirir el producto, lo que vuelve a generar un nuevo gasto que sumado a los ya existentes los sitúa en una media de 1,50 euros por kilo. Ese es el precio que el agricultor soporta para producir. De ahí que, cuando el espárrago cae por debajo de este precio, los agricultores se vean obligados a no recolectar”.

Sí es cierto que hay noticias más positivas en la campaña. Al respecto, Nicolás Chica se refiere a las exportaciones de espárrago, que se mantienen en niveles similares a los de años pasados, siendo Alemania nuestro primer cliente, por delante de Francia, Holanda, Bélgica, Suiza, Italia, Dinamarca, Emiratos Árabes y países nórdicos. “Sin duda alguna, el espárrago verde constituye un motor para el desarrollo económico de las zonas rurales de Granada. Es tan importante que se han abierto nuevos mercados e, incluso, podríamos crecer mucho más si el Ministerio de Agricultura trabajara para desbloquear el veto que Estados Unidos tiene impuesto al espárrago verde de España”, reconoce el secretario general de UPA Granada. No obstante, “un año más se ha evidenciado la falta de mano de obra. La dificultad para encontrar personal aumenta cada recolección, lo que pone en peligro la existencia de este cultivo”, insiste Nicolás Chica.

Desde UPA Granada se le ha exigido a la Administración que flexibilice las políticas dirigidas a la contratación de trabajadores de terceros países, además de un control riguroso de aquellos perceptores de prestaciones por desempleo que rechazan ofertas de trabajo. También es necesario que no converjan los planes de empleo con las campañas agrícolas, así como la puesta en marcha de un sistema de ayudas públicas que permitan construir alojamientos para los temporeros.