Demoledora auditoría interna: ‘grave riesgo de insolvencia a corto plazo’ o 'le impide ser sostenible sin subvenciones'

El PTS, otra ‘joya’ seriamente tocada

E+I+D+i - Redacción El Independiente de Granada - Domingo, 1 de Agosto de 2021
El parque tecnológico peor gestionado de Andalucía está en Granada y se llama Parque Tecnológico de la Salud, lo que fue una de las joyas de la provincia, está tocada seriamente tras la ineficaz gestión del actual Gobierno andaluz. Te informamos.
Imagen del PTS.
María de la Cruz
Imagen del PTS.

Las conclusiones de la auditoría son demoledoras y dejan al Parque Tecnológico de la Salud (PTS) seriamente dañado, precisamente, por la ineficaz gestión de la Junta de Andalucía, que encargó la evaluación interna a la compañía Accenture.

La auditoría interna deja seriamente tocada a una de las ‘joyas’ de Granada, al certificar problemas de gravedad que ponen en riesgo su viabilidad

La auditoría interna deja seriamente tocada a una de las ‘joyas’ de Granada, al certificar problemas de gravedad que ponen en riesgo su viabilidad.

Así, señala que la Fundación que la gestiona “sufre un grave riesgo de insolvencia a corto plazo (ratio de liquidez 0,35 y solvencia 2,5), aunque dispone de suficientes activos como para hacer frente a sus deudas a largo plazo”.

El PTS es uno de los parques donde la entidad de gestión posee mayores niveles de endeudamiento (37,80%) lo que le impide ser sostenible sin las subvenciones de la Junta de Andalucía.”. A ello se le une “un bajo retorno de la inversión, lo que hace necesario profundizar en el análisis de las inversiones haciendo especial foco en los desajustes y activos improductivos”

“El PTS es uno de los parques donde la entidad de gestión posee mayores niveles de endeudamiento (37,80%) lo que le impide ser sostenible sin las subvenciones de la Junta de Andalucía.”. A ello se le une “un bajo retorno de la inversión, lo que hace necesario profundizar en el análisis de las inversiones haciendo especial foco en los desajustes y activos improductivos”.

El auditor advierte del “alto nivel de endeudamiento y (la) poca capacidad de hacerlo frente con recursos propios”, así como “la ausencia de un seguimiento cuantitativo de la estrategia implantada” y la “descoordinación entre las instituciones que se traduce en ineficiencia”.

Riesgos de viabilidad

El PTS, según la auditoría, “tienen un modelo de aprobación de las inversiones, pero carecen de un modelo de seguimiento de las mismas que aseguren su rentabilidad” y como ejemplo cita que “las inversiones inmobiliarias en la anualidad de 2019 se acercaban a los 57.000 euros, si bien en el balance figuran 25 millones”.

Además, identifica “un riesgo financiero clave: no poder hacer frente a la deuda comercial y pública”. Actualmente, tienen una deuda con Sacyr de 2 millones de euros

Además, identifica “un riesgo financiero clave: no poder hacer frente a la deuda comercial y pública”. Actualmente, tienen una deuda con Sacyr de 2 millones de euros.

Reprocha el auditor que debería buscar nuevas formas para paliar su alta deuda a través de la prestación de nuevos servicios innovadores.

Entre los riesgos identificados destaca “a ausencia de medición de forma cuantitativa del grado de cumplimiento de los objetivos de la entidad, así como la necesidad de actualizar el plan de viabilidad elaborado en 2017 para llevar a cabo un correcto seguimiento de la viabilidad económica-financiera de la misma”.

Los objetivos estratégicos definidos por la entidad están orientados al incremento de número de empresas afincadas en el parque, el impulso de la innovación para el crecimiento inteligente y la gestión de proyectos de dinamización.

Pero en la auditoría realizada se detecta ·que la gestión de recursos para la incubación de proyectos bio, y la consecución de dichos objetivos no se está midiendo conforme a un plan estratégico definido, lo que desencadena que la entidad no pueda valorar si existe o no un impacto directo sobre los objetivos definidos. Además, el retorno de las actividades y proyectos que promueve la entidad no son medibles, ya que no les genera un ingreso económico directo”.

Respecto a los objetivos operativos de la entidad, el PTS “no dispone de una metodología de seguimiento que monitorice el cumplimiento de los mismos. Los principales factores que impiden el seguimiento de la consecución son que no existe unos objetivos cuantificados, medibles y un criterio definido para el grado de cumplimiento”.

Y hay más problemas: “El PTS no dispone de la capacidad de venta de suelo e inmovilizado y por tanto su capacidad de generar ingresos queda acotada a la gestión de espacios y edificios dentro del parque (tan solo 2 inmuebles de los 6 que gestiona la Fundación, no estando ocupados al completo)"

Con respecto a los ingresos, la Fundación PTS “tiene una alta dependencia de las subvenciones provistas por la Junta de Andalucía (en el ejercicio 2019, la subvención de explotación ha ascendido a 546.000 euros) Además, la Fundación recibe desde la anualidad de 2019 subvenciones de capital vía inclusión en los presupuestos de la Junta de Andalucía en un importe correspondiente a amortización de créditos inmobiliarios con el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital derivados de ayudas para la construcción de los edificios del parque propiedad de la Fundación. Este importe corresponde en la anualidad de 2019 a una cuantía de 4.4 millones”.

Y hay más problemas: “El PTS no dispone de la capacidad de venta de suelo e inmovilizado y por tanto su capacidad de generar ingresos queda acotada a la gestión de espacios y edificios dentro del parque (tan solo 2 inmuebles de los 6 que gestiona la Fundación, no estando ocupados al completo)".

El PTS tienen unas ratios económicos-financieros que muestran que la entidad dispone de una alta deuda (liquidez: 0,35, solvencia: 2,50, endeudamiento: 38%) que le impide ser sostenible a corto plazo sin las subvenciones de la Junta de Andalucía

El PTS tienen unas ratios económicos-financieros que muestran que la entidad dispone de una alta deuda (liquidez: 0,35, solvencia: 2,50, endeudamiento: 38%) que le impide ser sostenible a corto plazo sin las subvenciones de la Junta de Andalucía. Se han detectado ineficiencias en la gestión de compras por no disponer de un departamento especializado, traduciéndose en un mayor coste de las compras y de servicios exteriores.

Entre los duros reproches, se queja la evaluación interna que “no disponen de un sistema de contabilidad analítica que permita definir una estructura de costes por áreas” y que “no cumple con el plazo de 30 días estipulado por la ley 9/2017 de contratos del Sector Público, estando actualmente en 48 días”.

El PTS es uno de los parques que dispone de una entidad de gestión “con mayores gastos por metro cuadrado y empleado debido a unos gastos de explotación que alcanzan los 5 millones”.

Por detrás de Cartuja, en Sevilla, que es generalista, y del Parque Tecnológico de Andalucía, PTA, en Málaga, especializado en TIC (Electrónica, Información, Informática y Telecomunicaciones). Esa es la realidad del PTS, con menos empresas asentadas y menos trabajadores y con la auditoría más adversas de los grandes parques tecnológicos andaluces.

Ni siquiera informaciones tan esperanzadoras como la creación del Al Lab, o de Rovi, palian la realidad que indica que el PTS, que depende en el Gobierno andaluz de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, que preside Rogelio Velasco, de Ciudadanos, languidece sin un verdadero plan que impulse de nuevo al éxito, tras el último rescate de la Junta. La sevillana Ana Agudo Martínez fue el recambio elegido para dirigir la Fundación del PTS, después de que fuera directora del Departamento de Innovación Ciudadana del Consorcio Fernando de los Ríos.

La apuesta del Gobierno andaluz por Málaga y Sevilla, en detrimento de Granada es evidente. A Málaga se irá la oficina central de Google en Europa, con una inversión de 650 millones, mientras lo que pretendía ser, además de la ciudad de la excelencia en salud, la del conocimiento se queda vacía.

Informaciones relacionadas: