Campaña Inagra contenedor marrón.

UPA alerta de falta de mano de obra para recoger las cosechas agrícolas en Granada

E+I+D+i - IndeGranada - Jueves, 12 de Mayo de 2022
La Unión de Pequeños Agricultores pide una contratación "más flexible" en aquellos países con demanda de trabajo.
Recogida de la aceituna en Montefrío.
IndeGranada/archivo
Recogida de la aceituna en Montefrío.

"La mano de obra en Granada es en un lujo", afirma la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Granada, que afirma que los empresarios tienen serias dificultades para recoger sus cultivos por falta de jornaleros. Y necesitan soluciones a un problema que no es nuevo, sino que se reproduce campaña tras campaña.

Por eso, el secretario general de UPA Granada, Nicolás Chica, pide una contratación en origen "más flexible" en aquellos países donde exista demanda de trabajo para garantizar la recolección. "Los empresarios necesitan esta posibilidad, al igual que ocurre en la campaña de los frutos rojos en Huelva. Ese es el mejor ejemplo. Tenemos clara la duración de nuestras campañas, del olivar, del espárrago, de los subtropicales, y es clave, para evitar los problemas que todos los años tenemos, contar con esta opción. Desde UPA entendemos que se deben adaptar las peculiaridades del sector agrario a las condiciones para la contratación en origen. El compromiso laboral de nueve meses, cuando una campaña no excede de tres, o tener que sufragar un salario diario cuando la climatología es adversa son aspectos que hacen inviable la aplicación de la actual normativa sobre la contratación en origen", concreta Nicolás Chica.

La falta de mano de obra es una situación que se repite en el tiempo y que relega a un segundo término el precio de los productos en origen o el incremento de los costes de producción, según UPA. "Desde que comenzara la pandemia, los empresarios agrícolas encontramos más dificultades para contratar mano de obra que pueda llevar a cabo las labores de recolección o transformación. UPA Granada lleva mucho tiempo advirtiendo que se corría el riesgo de que las cosechas se quedaran en el campo por falta de personal", reconoce Nicolás Chica.

Y, a pesar de que la entrada de jornaleros bolivianos y ecuatorianos "ha mitigado en parte el problema", se ha generado otro por "la imposición de nuevas condiciones laborales, especialmente salariales, que propician un nuevo coste añadido a los múltiples que ya tenemos los agricultores y ganaderos". Esto ha provocado, a juicio del secretario general de UPA Granada, "que las cuadrillas decidan los términos y las formas del trabajo, dejando al productor sin opción a la negociación".

Contratar sin dar de alta

Nicolás Chica sentencia: "Todo esto genera graves problemas al profesional agrario o ganadero que, ante la urgencia de recoger la cosecha y la escasez de mano de obra, tiene que ceder, en ocasiones, a las pretensiones de contratar sin dar de alta, certificar jornadas reales a otras personas o recurrir a personal cuya situación en nuestro país es irregular".

Hasta el momento, reconoce UPA Granada, las soluciones planteadas en la Comisión Provincial de Flujos Migratorios para las campañas agrícolas han sido "nulas o inaplicables". "Y nos encontramos con un problema añadido, y es que desde algunos sectores se intenta responsabilizar al empleador de esta falta de mano de obra, aduciendo que en el campo se paga poco y eso justifica la ausencia de jornaleros. Cabe recordar que la relación laboral entre trabajador y empresario se ampara bajo el Convenio del Campo y que su cumplimiento es absoluto, incluso lo habitual es pagar por encima de lo estipulado", explica Nicolás Chica.

Pero, a juicio del secretario general de UPA Granada, "aunque se intente reiteradamente desviar el foco, el problema se encuentra en un sistema de prestación por desempleo muy generoso y permisivo y con una clara y manifiesta falta de control, lo que hace que el trabajador no sienta estímulo alguno por acudir al campo. A esto se le unen los planes de empleo público, los cuales, en innumerables ocasiones, coinciden con las campañas agrícolas, lo que hace que se priorice trabajar para el Ayuntamiento antes que en la explotación agraria o ganadera. A todo ésto se le suma que la población activa en el medio rural ha disminuido, que los jóvenes mejor formados optan como meta trabajar en otros sectores más estables o a emigrar a la ciudad, alcanzando principios básicos del bienestar social y buscando una mejor calidad de vida. La rentabilidad ausente en el sector agrario en los últimos años hace aumentar el despoblamiento en las zonas rurales y a reducir el interés por quedarse en el pueblo", concluye Nicolás Chica.