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El proyecto LIFE Wood for Future

La Vega de Granada ante la III Revolución del Chopo

E+I+D+i - M.A. - Domingo, 11 de Septiembre de 2022
El chopo, árbol asociado a la imagen de la Vega de Granada, ha sido y es inspiración para la poesía, pero también motor económico y el mejor aliado contra la contaminación. Y desde este sábado, protagonista de la lección inaugural del curso académico 2022-2023, en la que el catedrático Antolino Gallego Molina ha reivindicado las oportunidades que puede volver a generar, objetivo del proyecto LIFE Wood for Future que lidera.
Labores de plantación de remolacha ante una chopera a principios del siglo XX.
Archivo María del Carmen Jiménez Barrionuevo-Liñán
Labores de plantación de remolacha ante una chopera a principios del siglo XX.

De la poesía a la economía y el medio ambiente. El "chopo y/o álamo", el árbol que suena como una "lira verde" en la poesía de Góngora, ha experimentado auge y declive como cultivo industrial. Y tiene ahora, en pleno siglo XXI, una nueva oportunidad. Ese es el empeño del proyecto Life Wood for Future que lidera el catedrático del Departamento de Física Aplicada de la UGR Antolino Gallego Molina, encargado este de impartir la lección inaugural en la apertura del curso académico de la Universidad de Granada, con el chopo como hilo conductor.

En un ameno discurso, hábilmente iniciado con las referencias literarias al árbol que representa la imagen de la Vega -como lo fue en su día el tabaco casi desaparecido-, el catedrático repasó la evolución de la economía de la madera y defendió que en este momento, con la evidente preocupación por el deterioro del medio ambiente, puede ser el mejor aliado para combatir la contaminación fomentando su cultivo para utilizarlo como material sostenible de construcción. 

Si como cultivo industrial el chopo ha protagonizado dos revoluciones en Granada, la tercera, plantea Antolino Gallego Molina, puede venir de la mano de la UGR y con otro símbolo para la Vega, la Azucarera de San Isidro, llamada a convertirse en campus para la innovación en sostenibilidad. 

Repasamos, a través de la lección impartida por el catedrático Gallego Molina, el significado de este árbol y las opciones que se abren con el innovador proyecto que quiere recuperar las alamedas de la Vega y emplear su madera en la construcción: 

El chopo fue "ampliamente utilizado" en el Reino de Granada. Como evidencia de ello, Gallego Molina citó las cubiertas de las dos naves laterales del Patio de la Guardia de la Alhambra y es "bien conocida" su existencia en cubiertas y techumbres de casas moriscas. 
  • La I Revolución del Chopo en Granada llega de la mano de Diego Liñán Nieves, conocido como 'El Rey del Chopo', y a quien se le puede considerar primer selvicultor de los valles de Granada. 

"En 1883 llega a la Vega de Granada la llamada revolución del oro blanco, con la inauguración del “Ingenio de San Juan”, primera fábrica de Granada y España capaz de refinar 10 toneladas diarias de remolacha. En 20 años, se asientan en Granada 14 azucareras, generando una enorme transformación social y urbana, así como la aparición de una burguesía industrial. La Azucarera de San Isidro, adquirida recientemente por la Universidad de Granada, es una de ellas, llamada a jugar un papel fundamental en todo lo que les voy a contar. En esa época, impulsadas por un problema ambiental y por la alta demanda de la construcción se iniciaron las repoblaciones masivas con chopos para regular las avenidas del río Genil, confiriendo así a las choperas una de sus principales ventajas, la de ser un cultivo protector.

Paralelo al crecimiento del chopo se producía el declive del cultivo de la remolacha y el nacimiento del cultivo del tabaco en la Vega de Granada. Y con ello, el uso del chopo como material estructural para los tan singulares y bellos secaderos de la Vega de Granada". 

En esta época la madera de la Vega granadina era considerada "excelente" en el mercado nacional e internacional para cualquier uso industrial, incluido el estructural. Ya se plantaban, según el profesor, variedades indígenas de Granada procedentes de hibridaciones y variaciones anteriores. 

Diego Liñán Nieves, conocido como el Rey del Chopo. Puso en marcha el primer aserradero en la Vega, en la antigua fábrica San Juan en las Huertas Bajas de Santa Fe, propiedad de María del Carmen Jiménez Barrionuevo-Liñán.
  • La II Revolución del Chopo en Granada, a mediados del siglo XX con el nuevo comercio hortofrutícola.

"A partir de la segunda mitad del siglo XX y con la clara disminución del tabaco en la Vega de Granada, el uso del chopo para la construcción de los secaderos quedó reducido a su cubierta, pues el resto de la estructura se elaboraba de ladrillo y bloques de hormigón. A la vez, los andamios comenzaban a construirse con metal y la madera se sustituye por el hormigón y el ladrillo en las construcciones rurales. Se pierde así el uso del chopo como madera estructural.

Sin embargo, el auge del comercio hortofrutícola en la Vega de Granada y el Levante español fue abriendo a la madera de chopo un nuevo y amplio mercado".

En esta II Revolución, que arranca con la celebración de un congreso internacional sobre chopo en Granada, se introducen nuevas variedades, los llamados "clones híbridos italianos", de rápido crecimiento y turnos de corta de 10 años. Estos producen, como recordó el catedrático, "más madera en menos tiempo, con un colar más claro y una menor densidad, es decir, justo las propiedades demandadas por la industria del envase". Sus características lo hacen menos adecuados para la construcción como madera sólida. 

Fotos del archivo de María del Carmen Jiménez Barrionuevo-Liñán incluidas en el libreto de la lección inaugural del curso académico de la UGR 2022-2023. Las dos de abajo se corresponden con la Fábrica San Juan, primer aserradero de la Vega, y castillos de madera para construcción apilados en una imagen de principios del siglo XX.

En esta segunda etapa "se instala en España el mantra de que la madera de Granada es mala", es decir, "madera poco densa y de poco rendimiento". En palabras del catedrático, "una injusticia, basada en el desconocimiento científico" y que, sin embargo, "será clave en la posterior crisis del chopo de Granada". Y todo ello, "en contra de los análisis realizados por el Distrito Forestal de Granada, que indicaron que la madera de Granada tenía unas propedades mecánicas a flexión, tracción y densidad perfectamente adaptables a los diversos usos industriales del momento". 

Respecto a la industria del envase que demandaba esta madera en su segunda etapa de auge, "ha tenido una larga tradición en Granada", con el "núcleo" en Santa Fe. 

Comparando el impacto de esta industria con otros puntos de España, señala Gallego Molina que en Castilla y León, que en la actualidad concentra más del 50 por ciento de las plantaciones de estos árboles, la I Revolución llegó "mucho más tarde" que a Granada, en torno a 1950. Y en 1973 se impulsa la segunda en el norte de España a través de una empresa de La Rioja, igualmente "dos décadas más tarde que en Granada".

"Debido a la injusta mala imagen de la madera o a la falta de emprendimiento, a la III Revolución del Chopo nunca ha llegado a sumarse el sector del chopo de Granada"

Pero la III Revolución, que sí se planteó en los territorios incorporados de manera tardía, a través de la innovación, no ha llegado a Granada. Se manufacturan tableros contrachapados cuyo destino final son el sector del transporte, caravanas y barcos y, posteriormente, el de la construcción.

"Quizás debido a la injusta y mala imagen de la madera o a la falta de emprendimiento, a esta III Revolución del Chopo nunca ha llegado a sumarse el sector del chopo de Granada. Nunca se generó en Granada una industria del contrachapado industrial. Con todo ello, desde finales de los años 70 y de manera muy selectiva, algunos propietarios lentamente movidos por la idea de que incluso la industria del envase granadino también valora los troncos más gruesos y libres de nudos, han ido adaptando sus plantaciones a mayores marcos de plantación y el uso de podas mecanizadas".

La crisis de 2008 trajo la puntilla al sector, sumado a la falta de ayudas de la PAC, "en clara competencia desleal con otros cultivos".

Y es aquí donde el director del proyecto Life Wood for Future se plantea estas preguntas: 

"¿Es sostenible el sector del chopo en Granada si se sigue manteniendo la industria del envase como única salida de la madera, siendo este un producto de bajo valor añadido? O, por el contrario, ¿es posible en Granada una III Revolución del Chopo con un nuevo producto de más valor añadido basado en el conocimiento?

Antolino Gallego Molina durante la apertura del curso académico. Foto: UGR

Para el profesor "parece razonable" que la III Revolución del Chopo en la Vega de Granada pueda venir del uso de este árbol como madera estructural para construcción. 

"La historia nos transmite además dos mensajes de enorme fuerza. El primero, que las necesidades ambientales y el uso en construcción como material estructural, son razones más que suficientes para provocar una nueva revolución, pues son los mismos motivos por los que D. Diego de Liñán provocó la I Revolución del Chopo de Granada. El segundo, que al igual que los propietarios de chopos fueron los actores principales para la creación de la industria del desenrollo en la Vega de Granada, tendría todo el sentido pensar que este emprendimiento industrial sigue en su ADN y que, por tanto, ellos mismos serían los mejores garantes para propiciar el éxito de una futura industria de laminados estructurales de chopo si se convierten en copropietarios de la misma".

Todo ello con la ayuda de "otros compañeros de viaje", como otros recursos forestales de la provincia. Y es con este convencimiento con el que nace Life Wood for Future, que pretende poner el conocimiento y la innovación al servicio de este producto para que pueda resurgir y generar actividad económica. 

Life Wood for Future pretende hacer "todo el desarrollo técnico y normativo para poner en el mercado dos nuevos productores estructurales: vigas mixtas chopo-pino y prefabricados mixtos madera-hormigón

En Andalucía hay demanda, pero no productos de madera técnica estructural. Life Wood for Future pretende "hacer todo el desarrollo técnico y normativo para poner cerca de mercado, con marcado CE, dos nuevos productos estructurales no existentes actualmente: vigas laminadas mixtas chopo-pino y prefabricados mixtos madera-hormigón.

Entre los datos citados en la conferencia, Gallego hace hincapié en que la mayoría de la madera estructural que se utiliza en España y Andalucía proviene del centro de Europa, "aun cuando España es el tercer páis más forestal de Europa  y el 40 por ciento de la superficie de Andalucía es forestal". 

La nueva industria alrededor de este proyecto requiere aserraderos locales, industria de biomasa, industria de vigas laminadas y de prefabricados de hormigón.

Para impulsarla y servir de muestra, el proyecto incluye una demostración práctica, en un edificio demostrativo, con la idea de que forme parte de la UGR, en un planteamiento similar a un proyecto impulsado en Lugo.

"Sería el primer edificio hecho con madera técnica estructural de chopo y un ejemplo paradigmático de los sistemas mixtos madera-hormigón de huella de carbono nula usando maderas locales, lo que sin duda tendría gran impacto para el territorio y la propia Universidad. El edificio surgiría además gracias a la cooperación entre dos comunidades autónomas, Galicia y Andalucía, y dos universidades, Santiago de Compostela y Granada, algo poco común en los tiempos que corren".

Copas de chopera en la Vega de Granada. Foto: Life Wood for Future

Las choperas no son bosques, pero absorben CO2 y eliminan nitratos

En un contexto de preocupación por el cambio climático, con la obligación de cumplir los objetivos de Desarrollo Sostenible y el reto de la transición ecológica, "el chopo, la lira verde de Góngora, generoso por haber trabajado por una Granada verde durante más de un siglo y, por qué no decirlo, entristecido por no haber sido reconocido por su labor, encuentra ahora su razón de ser".

No son bosques, como resalta Antolino Gallego Molina, pero cumplen muchas de sus funciones. "Las alamedas actúan como cultivos protectores ante nuestros numerosos problemas ambientales".

Los chopos, "pulmones verdes generadores de oxígeno y absorbentes de contaminantes; filtros verdes de nitrato; y absorción de carbono"

Así, frente a la contaminación del aire, son "auténticos pulmones verdes generadores de oxígeno y absorbentes incondicionales de partículas contaminantes". Un dato de la lección inaugural: "en un año, una hectárea de chopos puede proporcionar el oxígeno suficiente para la vida de 142 personas".

Ante otra contaminación, la del acuífero de la Vega, por la presencia de fertilizantes no ecológicos, las choperas son "filtros verdes de estos nitratos". Gallego refiere un reciente informe de la Oficina de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que "reconoce que el riego a manta de las choperas de Granada es una cultura local del agua diferente que sirve para recargar con aguas limpias el acuífero, siendo esto motivo más que suficiente para aumentar la dotación de agua para su mantenimiento".

Respecto al aumento de las temperaturas, las suaviza; y ante la "alarmante" pérdida de biodiversidad en la Vega, por el "indiscriminado" uso de insecticidas y herbicidas, las choperas son "refugio de numerosas especies animales".

Y frente al calentamiento global por el aumento de gases efecto invernadero, su crecimiento rápido lo convierte en uno de los árboles con mayor tasa de absorción de carbono. "Se estima que una hectárea de chopo en 10 años absorbe 20 veces más carbono que una hectárea de maíz plantada durante todo ese periodo".

"El agricultor de chopos no solo está criando madera, también está capturando carbono de la atmósfera que queda retenido en su madera. Las choperas son en definitiva granjas de carbono. Además, cuando el uso de la madera es estructural, este carbono puede quedar fijado incluso siglos, sin capacidad de reincorporarse a la atmósfera en el plazo inmediato". Sobre esta característica también trabajará Life Wood for Future, fomentando un "mercado local de crédito de carbono". 

"El cambio global en nuestro Planeta ha llegado y el ser humano, como responsable máximo del mismo, debe asumir su responsabilidad. Las choperas, esas liras verdes de Góngora ordenadas en el espacio y el tiempo que han marcado el singular paisaje de nuestros valles y riberas, seguirán moviendo sus hojas a nuestro favor. '¿Verdad, chopo, maestro de la brisa?' ".
'El chopo'
El chopo, con largos dedos,
le hace cosquillas al cielo.
El cielo todo se ríe
y manda a la nube grande
que lo riegue y que lo cuide.
El chopo se estira y crece.
Brilla su cara lavada.
Relucen sus hojas verdes.
¡Qué hermoso estás, chopo mío!
-¡Pues verás cuando, en otoño,
me ponga el traje amarillo!
Ana María Romero Yebra
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Las fotografías incluidas en este trabajo han sido facilitadas por Life Wood for Future

Consulta en el siguiente enlace el texto íntegro de la lección inaugural impartida por Antolino Gallego Molina: