IU ha mostrado su rechazo al cierre del centro de salud Fortuny-Velutti situado en la calle Tinajilla y que da asistencia a más de 7.900 usuarios de la zona del Bajo Albaicín, Calle Elvira, Triunfo y Gran Vía, y lo considera un nuevo ataque a la sanidad pública.

Con esta medida la población de la zona "pierde accesibilidad", cuando una de las claves de la atención primaria es la cercanía para la población, sobre todo para las personas que más lo necesitan, las personas mayores, que en estas zonas de la ciudad son el sector que más abunda.

Para la coportavoz de Izquierda Unida Granada, Mar Domech, esta medida incide en el desmantelamiento de la sanidad pública andaluza a favor de la sanidad privada, y considera que el traslado de equipos humanos, materiales y usuarios a otros centros como Gran capitán y Rosaleda significa “desvestir un santo para vestir a otro”.

La apertura, continua Domech, del nuevo centro de salud de la Rosaleda es una buena noticia, pues dará servicios sanitarios a un barrio con población en aumento y muy necesitada de este nuevo centro que ha sido reclamado insistentemente. Pero esto no puede significar el cierre del de Fortuny-Velutti porque causa un serio perjuicio a una parte importante de la población en un tema tan necesario como la atención primaria sanitaria.

Según informa la Delegación de Salud, gran parte de los usuarios serán trasladados al centro de Gran Capitán "que ya de por sí sufre saturación" y listas de espera de al menos dos semanas para medicina de familia, la suma de nuevos usuarios "empeorará sin duda la esta situación".  

Izquierda Unida apoya las reivindicaciones de diversos colectivos del barrio, como Albaicín Habitable, que además ofrecen diversas alternativas para mejorar el centro de salud con nuevos locales en la zona; recuperando los locales del antiguo ambulatorio situado anexo a la Tesorería General de la Seguridad Social o al menos realizar mejoras en los actuales locales de la calle Tinajilla.

En cuestión de sanidad, apostilla la coportavoz, “la población granadina no puede permitir retrocesos; al continuo detrimento de la sanidad pública hay que ponerle freno e invertir esta deriva hacia la mediocridad y mala atención, volviendo a recuperar la satisfacción por una sanidad pública y universal que miré por el bienestar de la población y nos llene de orgullo, para eso hace falta abrir dependencias sanitarias cercanas a la población dotadas de medios materiales y profesionales suficientes, eso es lo contrario al cierre de este centro de salud”.