Artículo de Opiniòn, por Jesús de Manuel Jerez

Si estirem tots… veremos una tierra que ponga libertad

Política - Jesús de Manuel Jerez - Miércoles, 27 de Septiembre de 2017
Participante en la Asamblea de Podemos celebrada el domingo en Zaragoza, el diputado andaluz por Granada, Jesús de Manuel, nos ofrece una reflexión sobre lo que sucedió dentro y fuera, cuando un grupo de ultraderecha intentó reventar el acto y agredió a algunos de los asistentes.
Un momento del encuentro en Zaragoza.
J.M.J.
Un momento del encuentro en Zaragoza.

Sería difícil elegir una sola frase de uno de los muchos discursos que se pronunciaron este domingo en Zaragoza para resumir el Encuentro de cargos públicos por la libertad, la fraternidad y la convivencia en el que participaron varios centenares de diputados del Congreso, parlamentarios autonómicos, alcaldes y concejales de más de una docena de fuerzas políticas de todo el país. Y no será porque no abundaran las palabras que marcaron un contrapunto de sensatez, de búsqueda de caminos compartidos, de empeño en recomponer lazos afectivos frente al diálogo de sordos, las amenazas, las imposiciones y la crispación que han dominado el debate de las últimas semanas en torno a la cuestión catalana.

Para sintetizar lo que se vivió dentro del recinto zaragozano prefiero quedarme, por su carga simbólica, con el acierto en la elección de las dos canciones que sirvieron de cierre. Una es un clásico en actos políticos recientes: L'Estaca, de Lluis Llach. La otra parecía caer por su propio peso por el momento y el lugar que nos congregaban: el Canto a la Libertad de Labordeta.

Pareciera que han tenido que pasar 40 años y una terrible crisis para que nos demos cuenta de que aquella estaca podrida que se convirtió en poderosa metáfora del fin de una larga y oscura dictadura no había sucumbido a fuerza de los muchos tirones que recibió de aquí y allà

No es casual que ambos himnos generacionales de quienes lucharon contra el franquismo crepuscular hayan vuelto ahora con fuerza. Y es que pareciera que han tenido que pasar 40 años y una terrible crisis para que nos demos cuenta de que aquella estaca podrida que se convirtió en poderosa metáfora del fin de una larga y oscura dictadura no había sucumbido a fuerza de los muchos tirones que recibió de aquí y allà, sino que tal vez alguien en el último momento, antes de que cayera, la había cambiado por otra en apariencia nueva y vigorosa, pero que ocultaba en su interior la misma o parecida carcoma que ha ido corroyéndola lentamente durante cuatro décadas hasta hacerla tambalearse hoy. 

No está de más recordarlo, y no perder de vista ahora que la estaca del régimen del 78, devorado por una corrupción sistémica, debilitado por la quiebra del contrato social, azotado por las tensiones territoriales, no caerá tirando sólo "per allà". Ya estamos viendo signos de que tirar sólo de un lado puede acabar reforzando a quienes del otro pretenden apuntalar esa estaca o darnos de nuevo el cambiazo en forma de reedición del acuerdo de las élites cleptómanas de aquí y allà en detrimento de los de siempre. "Si estirem tots ella caurà", cantaba Llach, y el domingo un orador venía a recordar algo parecido con otras palabras: "De esta, o salimos todos juntos o no salimos ninguno".

Y es que lo que se vivió durante el acto en los alrededores del recinto va más allá de los cuatro neonazis de siempre con tan poco pelo sobre el cráneo como neuronas servibles bajo él. El domingo, cercándonos, había mucha gente, más bien mayor y vestida de domingo, vomitando el odio acumulado durante semanas, meses y años a base de sobredosis de tertulias de medios de esos que se autodefinen como "liberales", sin tener ni la más remota idea de lo que significa la palabra libertad, o como cristianos sin haber leído nunca, o no haber aprovechado nada del Evangelio.

Y es que lo que se vivió durante el acto en los alrededores del recinto va más allá de los cuatro neonazis de siempre con tan poco pelo sobre el cráneo como neuronas servibles bajo él

Pero el Canto a la libertad de Labordeta encierra también algo de triste actualidad estos días. Cuesta pensar que cuando el cantautor aragonés escribió aquellos versos esperanzados pero nada ingenuos pudiera imaginarse que 40 años después de la muerte del dictador la libertad en este país seguiría siendo un anhelo aún no alcanzado del todo o que incluso mostraría señales de franco retroceso. Porque en esta España nuestra que presumió de transición ejemplar y que cuenta hoy con medios tecnológicos que permiten a cualquier persona lanzar mensajes que lleguen instantáneamente a miles o millones de personas, la gente sigue sin ser libre para hacer teatro de títeres, libre para escribir tuits, libre para dibujar una portada ácida de una revista satírica, libre para escribir letras de rap, libre para organizar un acto en una universidad donde se hable del tema que libremente se quiera elegir, libre para celebrar un encuentro por la libertad, la fraternidad y la convivencia. 

¿Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad?

Tal vez sí, "si estirem tots", pero habrá que empujarla para que pueda ser.



Jesús de Manuel Jerez.  Parlamentario andaluz de Podemos Andalucía por Granada.