'Año electoral'

Blog - Sacando punta - Ignacio Henares - Sábado, 14 de Enero de 2023
Un ciudadano deposita su voto en la urna.
M.R.
Un ciudadano deposita su voto en la urna.

Apenas se han cumplido quince días del primer mes de este año 2023 que ha sido bautizado, desde muchas instancias, como ‘año electoral’, al coincidir las elecciones municipales del último domingo de mayo (que comparten fecha de convocatoria con las autonómicas en muchas Comunidades, incluida la del Madrid de la IDA -siglas de Isabel Díaz Ayuso-,) y las generales de finales de año, con fecha aún incierta, aunque yo apostaría por que se celebrarán el domingo 16 de diciembre, al final del semestre en el que la presidencia europea de turno le corresponde a Pedro Sánchez, la última antes de las elecciones europeas, ya en mayo de 2024. 

Tengo un gran respeto, e incluso admiración, por las personas, de cualquier partido, que se dedican a la política local y temo que los candidatos y candidatas van a tener que luchar contra viento y marea para conseguir que en la campaña electoral se hable de sus pueblos

Tengo un gran respeto, e incluso admiración, por las personas, de cualquier partido político, que se dedican a la política local, especialmente en los municipios pequeños, y temo que los candidatos y candidatas, en esta ocasión de manera especial, van a tener que luchar contra viento y marea, para conseguir que en la campaña electoral se hable de sus pueblos, de la gestión de los alcaldes y alcaldesas en este atípico mandato que arrancó a finales de la primavera de 2019. Les va a costar trabajo que se hable de su trabajo, de su gestión en estos difíciles años atravesados por la pandemia y la invasión rusa de de Ucrania, y que se ponga el foco en las propuestas de futuro para sus municipios.

Me parece injusto, en la inmensa mayoría de los casos, porque he vivido muy de cerca la entrega y dedicación de muchos ediles y el sacrificio personal y familiar realizado en este tiempo para estar cerca de sus vecinos y poder afrontar las enormes dificultades con las que se han enfrentado a la ya difícil labor de gobierno de los pueblos con los limitados recursos con los que cuentan los ayuntamientos que además, en nuestro caso, se han visto desasistidos por el gobierno regional  de Moreno Bonilla, que se ha empleado más a fondo en la confrontación con el gobierno de la Nación que en  colaborar con los pueblos y ciudades de Andalucía. Y menos mal que desde la Diputación granadina se ha paliado en parte esta orfandad…

Confío en que, al menos en los pequeños y medianos municipios, la proximidad y el contacto directo con la ciudadanía venza el ruido de fondo y la polarización exacerbada, y espero que las microcampañas de cada localidad se impongan finalmente y resulten vencedoras las candidaturas que más lo hayan merecido, siendo premiadas las personas por su buen hacer y/o por las expectativas e ilusión que hayan creado entre sus conciudadanos, frente a los parapetados en otros debates ajenos a la vida de sus municipios.

Todos deberíamos hacer un esfuerzo para que el debate electoral local (y autonómico en su caso) no quede opacado (y sus sinónimos empañado, enturbiado, deslucido, apagado…) por Venezuela, ETA o por los bulos de turno

Todos deberíamos hacer un esfuerzo para que el debate electoral local (y autonómico en su caso) no quede opacado (y sus sinónimos empañado, enturbiado, deslucido, apagado…) por Venezuela, ETA o por los bulos de turno. Muchos medios de comunicación se empeñarán en lo contrario sirviendo a las estrategias de los partidos políticos que creen que situar ‘el marco político’, (empiezo a estar harto de estos términos), en esas coordenadas, les favorece. Flaco favor a la democracia haremos si no distinguimos qué se dirime en cada convocatoria electoral, si no distinguimos unas elecciones municipales de unas generales; poco ayudaremos a consolidar nuestras instituciones democráticas, el autogobierno y el Estado Autonómico si empobrecemos el debate en cada región y confundimos el objeto de las convocatorias electorales.

En todo caso, 2023 será un año electoral, como el 2022, 2021 y 2020 lo han sido, porque en nuestro país, en esto no somos tampoco una excepción, cuando las derechas extremas y las extremas derechas no consiguen la victoria electoral, intentan deslegitimar y desestabilizar el gobierno y se ponen a pedir elecciones anticipadas desde el día siguiente de su derrota. Ha resultado paradójico que los que se atribuyen la defensa de las ‘tradiciones’ hayan aprovechado las ‘entrañables y familiares fiestas navideñas’ para pedir ¡convocatoria de elecciones ya!, a los pies del pesebre del recién nacido. El año pasado fue peor cuando vieron luces satánicas en la Plaza del Carmen, pero en esta ocasión, han sucumbido al extraordinario y lucido espectáculo de luz, color y sonido y al variado programa de actividades del ayuntamiento de la capital granadina y han vencido por goleada las #GanasDeNavidad y #GanasDeGranada, desde el alumbrado inicial a la última carroza de la Cabalgata de Reyes.

Volviendo al ‘año electoral’, advierto que debemos prepararnos para resistir los ataques de todo el aparato económico, mediático y judicial, con el que cuentan los poderosos

Volviendo al ‘año electoral’, advierto que debemos prepararnos para resistir los ataques de todo el aparato económico, mediático y judicial, con el que cuentan los poderosos. Antes se les llamaba los ‘poderes oscuros’ (y antes de ello ‘poderes fácticos´) pero habrá que inventar otro nombre porque ya no se cortan un pelo y actúan sin ocultarse y sin esconderse y, dando la vuelta a la tortilla, ahora es el poder político el que está a su servicio y ‘condenado’ a seguir sus designios y mandatos, marcados a veces ‘para que se sepa quién manda’, desde las portadas de algunos medios.

Han sido tres ‘años electorales’ felizmente superados, aunque muy sufridos, en los que la oposición de las derechas ha estado más en tumbar al gobierno, a cualquier precio, a veces dando patadas en el culo de los ciudadanos, que en aportar soluciones o alternativas; tres ‘años electorales después, hemos aprendido y comprobado algunas cosas:

  • Que España no se ha roto, que desde la declaración unilateral de independencia y el referéndum ilegal celebrados durante el gobierno de Rajoy, la situación de convivencia en Cataluña ha mejorado ostensiblemente; lo único que yo veo roto es la unidad de los independentistas;
  • que el terrorismo desapareció y ‘los herederos de la banda’, (a los que pedíamos que abandonaran las armas y que sus ideas las defendieran por vías democráticas), los crímenes que han cometido en esta legislatura han sido los de apoyar, en ocasiones, las propuestas del gobierno, algunas medidas económicas como el decreto anticrisis o la Ley de Memoria Histórica por poner algún ejemplo; en otras, muchas otras, han votado junto al PP como en los últimos Presupuestos o en la reforma laboral, entiendo que por distintas razones que la derecha;
  • y, sobre todo, y esto no lo perdonan, hemos comprobado y aprendido que había otra salida a la crisis económica, sin dejar a nadie atrás, poniéndose al lado de la gente y no poniéndose al servicio de los bancos y grandes corporaciones, como en la anterior crisis hizo el Partido Popular. Lo que más rompe el discurso de la derecha apocalíptica que nos ha tocado vivir en estos tiempos es que pese a sus augurios, y en un contexto internacional extraordinario muy complicado, sus recetas económicas han fracasado (verbigracia lo acontecido en Reino Unido) y los presagios de sus gurús económicos de que se iba a resentir el empleo con la reforma laboral, la subida del Salario Mínimo Interprofesional o la implantación del Salario Mínimo Vital, han caído fulminados ante la evidencia de los datos de final del 2022.

Nos queda ‘otro año electoral’ más, el cuarto, tras el que, sea cual sea el resultado final, espero que no nos encontremos una bochornosa respuesta reaccionaria a imagen y semejanza de lo ocurrido hace unos días por los seguidores de Bolsonaro en Brasil y su ataque a los tres poderes institucionales, o el que hicieron los trumpistas justo dos años antes con su asalto al Capitolio. Hoy por hoy la propaganda de la derecha nos dice que están “Preparados para gobernar” pero callan, de manera preocupante dados los antecedentes, si están preparados para perder otra vez unas elecciones generales.

 

 

 

 

 

 

 

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Ignacio Henares Civantos es biólogo de bata, de bota, y de gabinete. Máster (de los de verdad) en Gestión del Medio Ambiente y del Agua por la Universidad de Granada. Desde 1989 es funcionario, técnico del cuerpo superior facultativo de la Junta de Andalucía donde ha desempeñado varias tareas en las Consejerías de Agricultura y Pesca y de Medio Ambiente. Durante quince años ha sido el conservador del parque nacional y natural de Sierra Nevada. En la actualidad trabaja como asesor técnico en el departamento de Sanidad Vegetal.

Escritor de numerosos artículos sobre medio ambiente y conferenciante incansable, en los últimos años ha concentrado su tarea de divulgador en Sierra Nevada, siendo coautor de tres interesantes libros divulgativos sobre Sierra Nevada: “Sierra Nevada, una gran montaña, un pequeño continente”, “Las Aves de Sierra Nevada” y “Mariposas diurnas de Sierra Nevada”. Fue colaborador de “La Voz de Granada” con un programa semanal titulado “El hombre y la Sierra” y lo has sido del periódico Granada Hoy desde el año 2014 con más de 150 reportajes dedicado a Sierra Nevada agrupados en diferentes series: “Sierra Nevada, Paraíso de Biodiversidad”, “La Huella del Cambio Global” , “Sierra Nevada, Montaña de Oportunidades” y la última que estuvo dedicada a “Sierra Nevada, Paisaje y Paisanaje”, una aproximación al parque nacional y natural de Sierra Nevada a través de ‘nombres propios’.