'JPEGMAFIA y Danny Brown se han pasado el juego'

Blog - Un blog para melómanos - Jesús Martínez Sevilla - Miércoles, 5 de Abril de 2023
JPEGMAFIA y Danny Brown – 'SCARING THE HOES'.
Portada de SCARING THE HOES, de JPEGMAFIA y Danny Brown.
Portada de SCARING THE HOES, de JPEGMAFIA y Danny Brown.

En el año 1974, Elis Regina, una de las cantantes más populares de Brasil, iba a cumplir diez años con su compañía discográfica, Philips. Según cuenta el que por entonces era su marido, César Camargo Mariano, los directivos del sello le preguntaron a Elis qué quería como regalo para conmemorar ese décimo aniversario, y quedaron estupefactos cuando esta contestó que quería cumplir un sueño suyo de siempre. Admiradora del legendario Tom Jobim, compositor de “Garota de Ipanema” y tantos otros clásicos de la bossa nova, pidió que la discográfica le regalara la grabación de un disco de versiones de Jobim con la participación de este. Costó mucho dinero, ya que hubo que desplazar a muchas personas a Los Ángeles, donde vivía Tom, y además este último al final solamente cantó en un par de canciones, contentándose con acompañar a Elis con el piano o la guitarra en las demás. Sin embargo, el resultado fue uno de los discos más importantes en la historia de Brasil, que le dio a Regina un prestigio crítico y una popularidad internacional que hasta entonces se le habían escapado y acercó a Jobim a una generación de oyentes más jóvenes.

El nuevo disco de JPEGMAFIA es una colaboración con quien, según dice, es nada menos que su rapero favorito, Danny Brown, autor de álbumes de la talla de XXX (2011) o Atrocity Exhibition (2016)

Cuento esta historia porque es bonito ver que los sueños artísticos a veces se cumplen, sobre todo cuando todo sale tan bien. El nuevo disco de JPEGMAFIA es una colaboración con quien, según dice, es nada menos que su rapero favorito, Danny Brown, autor de álbumes de la talla de XXX (2011) o Atrocity Exhibition (2016). Y efectivamente, SCARING THE HOES es todo lo que se podía desear del cruce entre dos de los artistas más interesantes del hip hop experimental en la última década. La producción de Peggy, como le llaman sus fans, es tan caótica y desorientadora como siempre: hay mucha distorsión, ruido y sonidos indescriptibles por todo el tracklist. Pero al mismo tiempo ha conseguido crear quizás su colección de canciones más adictivas hasta ahora, gracias a la combinación de deliciosos samples de R&B, gospel y jazz con una percusión potentísima, innegable. Y todo ello, además, creado con una máquina de samples Roland SP-404, un aparato de funcionamiento endiablado que suele usarse como complemento, y no como base, a la hora de hacer beats: un extra de dificultad que hace que la calidad del producto final sea aún más pasmosa.

Hay muchos ejemplos de instrumentales excelentes y totalmente locos, cada uno a su manera. Sobresale de inmediato “Burfict!”, donde unos épicos vientos metal, un bajo tan denso y pesado que golpea como un camión y una percusión precisa y ágil enganchan sin remedio. Muy diferente es el atractivo de “Fentanyl Tester”, quizás la canción más dinámica del álbum, donde se alternan pasajes frenéticos en los que los samples y breakbeats parecen multiplicarse sin fin y todo está envuelto en ruido con fantásticos momentos de calma en los que solo suenan unas notas de piano eléctrico. Pero hay más registros todavía: “Kingdom Hearts Key” samplea a la cantante japonesa Maaya Sakamoto para crear un tapiz tan ligero y bello que parece sacado de un sueño, antes de que la percusión y el bajo nos devuelvan a la tierra con contundencia. “God Loves You”, por su parte, empieza con un sample de gospel que es puro fuego antes de reventar los bajos a base de distorsión. Cada instrumental deja más boquiabierto que el anterior.

No obstante, lo más alucinante es la capacidad de ambos MCs de dar lo mejor de sí mismos sobre bases tan disparatadas

No obstante, lo más alucinante es la capacidad de ambos MCs de dar lo mejor de sí mismos sobre bases tan disparatadas. Quien conozca las carreras de ambos no se sorprenderá, puesto que siempre han destacado por elegir el más difícil todavía, pero no deja de ser admirable que suenen igual de bien en medio de esa tormenta sonora que es “Lean Beef Patty” que al enfrentarse a algo tan relajado, en comparación, como “Orange Juice Jones” (construida sobre un gran sample de Michael Jackson). Peggy desde luego juega en casa, como productor que es, y demuestra una vez más su versatilidad al rapear y también cantar de lujo, como en ciertos momentos de “HOE (Heaven On Earth)” o en el puente de “Jack Harlow Combo Meal”. Brown, por su parte, puede presumir de tener una de las voces más sorprendentes y características de la historia del hip hop: su tono agudo y crispado es reconocible de inmediato, y en este disco incluso es capaz de rapear en los momentos más ensordecedores, cuando nadie en su sano juicio osaría enfrentarse a los muros de sonido que compone su compañero.

En cuanto al contenido lírico, hay por supuesto canciones que hablan sobre sexo y drogas uniendo el humor negro y lo escatológico, como es habitual en la carrera de Brown

En cuanto al contenido lírico, hay por supuesto canciones que hablan sobre sexo y drogas uniendo el humor negro y lo escatológico, como es habitual en la carrera de Brown, siendo la más destacada “God Loves You” (la gracia, claro, es que rapean sobre sexo sobre un sample de gospel). Pero en conjunto hay dos temas fundamentales en las letras del álbum: la reivindicación de sus autores como mejores raperos que la competencia (solo hay un artista invitado, redveil, que también se sale en “Kingdom Hearts Key”) y, sobre todo y como fondo constante, internet y su característico sentido del humor. Ambos puntos confluyen en el tema que da nombre al disco: la expresión/meme “stop scaring the hoes” (“deja de asustar a las putas”), aplicada a la música, viene a significar que hay que evitar los géneros demasiado agresivos o extremos que, se presupone, no gustan a las mujeres, para no ahuyentarlas. Peggy y Danny, expertos en ese tipo de sonidos (ojo a la combinación del saxofón disonante y la batería y el bajo casi metal), se ríen aquí de esta idea y sus connotaciones, parodiando a los raperos cuyo único interés es ganar dinero y conquistar a mujeres: lo contrario de lo que a ellos les interesa de hacer música.

Pero incluso cuando no dicen nombres, los dos claramente van con el cuchillo entre los dientes

Aún más directo es el ataque de “Jack Harlow Combo Meal”, donde se mofan del conocido rapero blanco de Kentucky por hacer publicidad de KFC. Pero incluso cuando no dicen nombres, los dos claramente van con el cuchillo entre los dientes. En la brutal “Shut Yo Bitch Ass Up/Muddy Waters”, Peggy espeta “these rappers faker than Andy Kaufman” y Danny se corona con una frase como “I don't rap circles 'round n***as, I do figure eights”; en “Garbage Pale Kids”, Danny abre su estrofa con la acusación de que “N***as don't rap no more, they just sell clothes” y Peggy prácticamente expulsa a esos falsos raperos de la escena a base de furia, amenazas y burlas. Así, entre bravuconadas y referencias a las profundidades de la cultura online, se va trenzando esta obra maestra del hip hop más extraño y provocador, quizás el mejor trabajo de la carrera de ambos. El perfecto cierre que es “Where Ya Get Ya Coke From”, con el maravilloso contraste entre el estruendo de su estribillo y las desnudas claves de madera de las estrofas, supone una despedida por todo lo alto: Peggy y Danny nos dejan aquí algunas de sus frases más ingeniosas y, con ellas, la sensación de que estamos ante uno de los discos del año.

Puntuación: 9.1/10

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Jesús Martínez Sevilla

(Osuna, 1992) Ursaonense de nacimiento, granaíno de toda la vida. Doctor por la Universidad de Granada, estudia la salud mental desde perspectivas despatologizadoras y transformadoras. Aficionado a la música desde la adolescencia, siempre está investigando nuevos grupos y sonidos. Contacto: jesus.martinez.sevilla@gmail.com