'Populismo fiscal'

la financiación de los servicios públicos
y la verdadera repercusión de esas medidas en la ciudadanía.
El presidente del gobierno andaluz, del Partido Popular, -de donde derivan las palabras populista y populismo- se ha lanzado a la campaña electoral, (¿en marzo, mayo, junio del año que viene?, hagan sus apuestas), anunciando nuevas rebajas fiscales con las que intenta erigirse en el campeón nominal de estas medidas.
En la última campaña electoral el PP prometió una rebaja masiva de impuestos que quedó diluida tras las turbulencias económicas y políticas que dicha estrategia fiscal produjo en Gran Bretaña, haciendo caer a a la primera ministra, Liz Truss, apenas mes y medio después de su implantación.
Estas rebajitas de temporada, comunicadas antes de que la legislación electoral lo impida, igualmente podían haber sido dirigidas a los usuarios de los patinetes, a los que deben comprarse un uniforme para ir a trabajar, o a sufragar gastos derivados de la ‘creación de contenidos’ para redes sociales, “un poner”
Moreno Bonilla, avisado y escarmentado, ha optado por realizar modestas operaciones desconexas, con más impacto mediático que real, para sustentar el relato. Arrancó con la supresión del impuesto del patrimonio, que sólo beneficia al 0,2% de los andaluces y que constituye un regalo de cerca de 6.000 euros a las familias más ricas. Unos 100 millones de euros anuales menos en las arcas públicas de todos y de más en los bolsillos de los que no necesitan de los presupuestos públicos.
En los últimos días hemos tenido anuncios de JuanMa Moreno de más rebajas de impuestos low cost con claros tintes electoralistas y carentes de cualquier programación, sin ninguna idea de ‘política fiscal’ que pueda atisbarse tras ellas. Rebajas ‘todo a cien’ que suenan a ocurrencias y que van destinadas a cuestiones tan dispares como los gastos veterinarios para las mascotas, bonificaciones para usuarios de gimnasios o hacia las personas celíacas (quizás las únicas justificadas socialmente, aunque solo supongan un pequeño alivio y no estén insertadas en un plan, digno de llamarse así, para mejorar la calidad de vida de estas familias).
Estas rebajitas de temporada, comunicadas antes de que la legislación electoral lo impida, igualmente podían haber sido dirigidas a los usuarios de los patinetes, a los que deben comprarse un uniforme para ir a trabajar, o a sufragar gastos derivados de la ‘creación de contenidos’ para redes sociales, “un poner”.
Los que hacemos senderismo por la Sierra o andamos por la ciudad por prescripción facultativa no podemos acogernos a esta medida de gracia pues no son deducibles los gastos en “el Macareno”, en el Purche ni en ningún chiringuito serrano o playero
Hay quien se ha entretenido en calcular que estas últimas medidas pueden alcanzar a más de un millón de andaluces que podrán acogerse a estas deducciones (en torno al 15% de la población de nuestra comunidad autónoma). Para los 40.000 celíacos afectados no hay límite de renta igual que para las cuotas deportivas de los que acuden al gimnasio. Los que hacemos senderismo por la Sierra o andamos por la ciudad por prescripción facultativa no podemos acogernos a esta medida de gracia pues no son deducibles los gastos en “el Macareno”, en el Purche ni en ningún chiringuito serrano o playero (si se ha optado por algún paseo por el litoral). Para las deducciones por mascotas hay un límite de renta de 80.000 o 100.000 euros anuales (según la declaración sea individual o conjunta). ¡A cuántas familias granadinas y andaluzas les gustaría estar por encima de estos niveles y pasar de esta ayuda! En todo caso debo advertir que no se lancen las campanas al vuelo: el importe máximo que se podrá deducir por estos conceptos tiene un tope de 100 euros.
El último anuncio publicitario, quiero decir, la última rebaja fiscal pre-electoral, se refiere a las deducciones por nacimiento, adopción de hijos o acogimiento familiar, que, a partir del 1 de enero de este año, serán de 200 euros, lo que Moreno Bonilla considera una medida “para impulsar la natalidad” y se queda tan pancho. Esta medida se aplicaba con anterioridad a las rentas más bajas, pero ahora podrán acogerse a ducha deducción independientemente del nivel de renta familiar al haberse suprimido los límites para poder acogerse a ellas.
Si es para fomentar la natalidad, de los 200 euros se ríen los que no necesitan esa cantidad y no se soluciona desde luego con esa cantidad la decisión de tener o no hijos. ¡Qué poca idea de lo que cuesta sacar un hijo para adelante tienen!
En total, según ha declarado el presidente andaluz, todas estas rebajas fiscales programadas para el año electoral que se avecina, se elevas a un importe aproximado de 61,3 millones de euros, siendo la partida más elevada la de las deducciones por gastos en los gimnasios que será de unos 36 millones, seguida de la de las ‘mascotas’ (11 millones), la de los alquileres de viviendas (8), los celiacos (3,7) y las deducciones por nacimiento (3,7).
Soy consciente de que hablar de reducción de impuestos tiene mucho gancho ‘popular’ en un país en el que hay un rechazo generalizado a pagar impuestos, de hondas raíces sociológicas. Y que defender impuestos, progresivos, (que paguen más quien más tiene para que podamos financiar los servicios y las necesidades de los que más lo necesitan) está devaluado. Hoy día veo cómo muchos caen en la tentación de creerse esa consigna neoliberal del “dinero en los bolsillos de los ciudadanos” favorece a las clases medias. Pero es una trampa más orientada a debilitar el Estado del Bienestar y esconde una reducción de impuestos enormemente desequilibrada y cuyos mayores beneficiarios son finalmente las rentas más altas. Así ha ocurrido con la supresión de impuestos como el de Sucesiones y Donaciones o el de Patrimonio, una propina para ganarse el apoyo de las rentas más altas y de los propietarios de grandes patrimonios.
Porque, digámoslo alto y claro, a lo que conducen estas rebajas impositivas o deducciones fiscales no es a una mayor prosperidad fiscal sino al deterioro social, a la desigualdad en la distribución de la riqueza. El efecto en la renta disponible de las clases medias y bajas en marginal comparado con el beneficio que obtienen ‘los ricos’
Porque, digámoslo alto y claro, a lo que conducen estas rebajas impositivas o deducciones fiscales no es a una mayor prosperidad fiscal sino al deterioro social, a la desigualdad en la distribución de la riqueza. El efecto en la renta disponible de las clases medias y bajas en marginal comparado con el beneficio que obtienen ‘los ricos’.
Hay una creencia, una leyenda urbana, que sostiene que estos ‘favores’ se traducen en inversión y empleo, pero no hay ninguna evidencia ni pruebas de que las rebajas de impuestos hayan supuesto, ni aquí ni en ningún lado, esos efectos. Los datos de empleo, por ejemplo, en Andalucía no se ven beneficiados por estas medidas fiscales. Al contrario, ya sabemos que los impuestos a los más pudientes ni han supuesto un sufrimiento para esos ‘pobres ricos’ asfixiados por el fisco, ni han derivado en indicadores económicos negativos.
Lo que sí es fácil deducir es que esa pérdida de ingresos supone sacrificio de inversiones en áreas clave como sanidad, educación o la dependencia. Vamos, que estos anuncios son fuegos artificiales para entretener al personal mientras avanza el deterioro de los servicios públicos y se favorece la iniciativa privada.
Si la ideología neoliberal que inspira estas rebajas impositivas avanza en ese sentido, primando sobre una gestión fiscal prudente, en el futuro no podrá garantizarse la solvencia y la financiación adecuada de los servicios esenciales para el conjunto de la població
Por otra parte, si los ingresos propios bajan, nuestra comunidad autónoma se vuelve más dependiente de las transferencias del Estado o de la deuda (esa que Moreno Bonilla se niega a que sea condonada en parte), lo que limita nuestra autonomía financiera.
En conclusión, estas medidas fiscales tienen un claro componente electoralista y están diseñadas para movilizar a determinados sectores de votantes, pero no tienen carácter estructural orientado al desarrollo económico, sostenible, ni hacia la equidad social. Si la ideología neoliberal que inspira estas rebajas impositivas avanza en ese sentido, primando sobre una gestión fiscal prudente, en el futuro no podrá garantizarse la solvencia y la financiación adecuada de los servicios esenciales para el conjunto de la población.