Carmen Rodríguez Parra. La mujer identificada en Víznar símbolo del anarquismo granadino

Carmen Rodríguez Parra, Carmela la de los Pajaritos o Madre Carmela es una mujer mítica dentro del anarquismo granadino. Su vida y su trayectoria permiten comprender el papel de la mujer en los movimientos sociales y políticos de la Granada de principios del siglo XX.
Carmen tenía 52 años en 1936, y era madre de dos niñas: Nieves y Carmen. Regentaba, junto a su marido, Antonio López Capel, el famoso local, la Taberna Carmela, centro de la vida del anarcosindicalismo granadino. En ella se da refugio y cobijo. Sirve de centro de reunión y se alimenta a quienes lo necesitan.
Los orígenes. La familia Rodríguez Parra
Isabel de la Parra y José Rodríguez se casaron en el año 1883 en la céntrica iglesia del Sagrario de Granada. Tuvieron muchos hijos, a quienes mantenían con la venta de hortalizas del padre y los churros de la madre. Carmen era la mayor de los hermanos de los que sobrevivieron, Angustias, Miguel, Antonio, Trinidad, Rafael, José y María, ya que tres de los niños fallecieron.
Isabel, tras enviudar a finales de siglo, regentaba un pequeño quiosco de buñuelos y churros, a cincuenta metros de la calle Acera del Triunfo
Sabemos que Isabel, tras enviudar a finales de siglo, regentaba un pequeño quiosco de buñuelos y churros, a cincuenta metros de la calle Acera del Triunfo. Isabel y su hija Angustias se levantaban a las dos de la mañana para encender el hornillo con el que hacían buñuelos para los soldados del cercano cuartel de la Merced.
Las dos vidas de Carmen
El matrimonio con Francisco Remacho de la Torre
Carmen contrajo matrimonio en la iglesia del Sagrario con Francisco Remacho de la Torre el 31 de diciembre de 1900. Ella tenía dieciséis años y él, treinta. En 1904 vivía con ellos la hermana de Carmen, Trinidad, que tenía ocho años[1]. Tras la muerte de su padre y la difícil situación de su madre, Carmen se hizo cargo de la niña.
Francisco Remacho de la Torre era vocal de la Sociedad de Obreros Ganaderos de Cabreros y Vaqueros “La Opinión”. En ella también participaban otros miembros de su familia, como su hermano José, que era vicepresidente[2].
Es un convencido republicano que formaba parte de los comités radicales en 1911, siendo vocal del constituido en el distrito del Salvador
Además, es un convencido republicano que formaba parte de los comités radicales en 1911, siendo vocal del constituido en el distrito del Salvador. Los radicales, reunidos en su sede de Plaza Mariana Pineda, habían decidido apoyar a los diputados provinciales presentados por la conjunción socialista republicana[3].
Entre 1908 y 1909, Francisco Remacho sufre un proceso judicial por el que es procesado tras negarse al recuento de sus cabras por personal de consumos. Estos, junto a la policía local, llegan a perseguirle para quitarle las cabras que conduce por las mañanas[4].
Carmen crece como mujer en un ámbito familiar en el que el compromiso político es algo habitual.
La vida en la taberna Carmela junto a Antonio López Capel
En 1921, vivían en la calle Elvira, número 42. Antonio se había casado en 1904 con Vicenta Guirado Cobos, de Otívar, de la que se había separado. Carmen era viuda de Francisco Remacho. Era un matrimonio de hecho.
En 1922, nació la primera hija del matrimonio, Nieves. Luego, llegó en 1927, Carmen, la segunda hija.
Antonio se queda, en el año 1923, con el servicio de conducción de Granada a sus vías férreas. Los negocios de la familia no se circunscribían solo a la taberna.
A lo largo de los años, la Taberna de Carmela, situada en los números 40-42 de la calle Elvira, fue convirtiéndose en uno de los centros neurálgicos del anarquismo granadino
A lo largo de los años, la Taberna de Carmela, situada en los números 40-42 de la calle Elvira, fue convirtiéndose en uno de los centros neurálgicos del anarquismo granadino. Es imprescindible el trabajo de Francisco J. Fernández Andújar para conocer la historia de este lugar y sus protagonistas. Andújar ha publicado la única biografía política de Carmen hasta la fecha: “Carmen Rodríguez Parra. Madre Carmela”, aparecida en El Independiente de Granada.
Francisco J. Fernández Andújar recoge en su tesis las palabras que Federica Montseny dedicó a la Taberna de Carmela en su viaje por Andalucía en 1932:
“Después de corretear por Granada, nos dirigimos a casa de Carmela. Es ésta 'La Tranquilidad' de Granada. Allí van a tomar café todos los compañeros y allí se encuentran todos, los días festivos normales. En casa de Carmela -excelente mujer que, junto con su marido, es el refugio y el amparo de todos los compañeros que caen en Granada sin recursos- encontramos a la compañera de Donato, aún como embrutecida por el bárbaro golpe sufrido.”
En 1935, el matrimonio decide enviar a Nieves, de 14 años, a Cataluña con José Rodríguez Parra, primo hermano de Carmen, y su hermana Dolores López Guirao. José había vivido en casa de Carmen y Antonio varios años. Posiblemente la situación política a raíz de lo acontecido a finales de 1934, con encarcelamientos masivos y el temor a una posible escalada o acoso policial, que ya sufrieron anteriormente, hicieron decidir a sus padres ponerla a salvo.
El final de Carmela
La situación en la que discurren las elecciones de febrero de 1936 hace que la CNT decida participar en favor del Frente Popular, siendo una de las oficinas electorales del Partido Socialista situada en la calle Elvira, 42. Carmen Rodríguez ejercerá de interventora en la repetición de las elecciones en Granada el 3 de mayo de 1936, siendo una de las primeras interventoras en Granada, y de las poquísimas mujeres que ejercen como tal.
Cuando estalla el golpe de Estado, Carmen fue detenida y trasladada al Convento de San Gregorio. Lo único que salió de aquella prisión fue un pequeño y coqueto bolsito monedero. Su hija Nieves lo guardó con una nota: ”Monedero de mi madre devuelto de la cárcel cuando la iban a matar”.
En “Los últimos días de García Lorca”, de Eduardo Molina Fajardo, se dice que:
“También en los primeros momentos hubo un grupo de mujeres, entre las que se encontraban la Zapatera, Agustina González, Carmela de los Pajaritos y dos jóvenes que tenían una pensión en la calle Mesones”.[5]
Su asesinato será narrado por el último secretario general de la CNT, Antonio Morales Guzmán, como un apuñalamiento, según recoge Francisco J. Fernández Andújar.
"¡GRANADINOS, ESPAÑOLES!, NUESTRA MADRE CARMELA, SU CUERPO APUÑALADO, ¡EXIGE JUSTICIA EJEMPLAR!"
Carmen Rodríguez aparece en el Bando del Gobierno Militar de Granada sobre intervención de bienes, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia el 23 de octubre de 1936
Carmen Rodríguez aparece en el Bando del Gobierno Militar de Granada sobre intervención de bienes, publicado en el Boletín Oficial de la Provincia el 23 de octubre de 1936. En él se incluyen a otras mujeres asesinadas en Víznar como Gretel Alder, Milagros Almenara y las hermanas Teresa y Elena Gómez Juárez.
Ese verano, Carmen y Antonio habían enviado a Málaga a su hija Carmen con la familia Rosúa Daza. La familia cree que pudo salir de Málaga y perderse en la Desbandá. Será posteriormente localizada y recogida en Valencia por José Rodríguez Parra y su hijo.
Mientras Nieves, que sigue en Barcelona con José Rodríguez, sufre las consecuencias de uno de los bombardeos y en 1938, se queda parcialmente sorda.
La nueva vida de la familia en Cataluña
Antonio López Capel vivió en Granada hasta el año cuarenta en que solicita un salvoconducto y emigra a Cataluña con sus tres hijas.
El aglutinador de la familia es José Rodríguez Parra, que estaba casado con la primera hija de Antonio López Capel, Dolores. Masón, tiene un expediente de Comunismo y Masonería y sufre los rigores de la represión. Es condenado a una pena de veinte años, pasando varios años en la cárcel.
Nieves López Rodríguez fue la que recibió la cartera de su madre, el último lazo con Carmen. Nunca habló con sus hijos de lo ocurrido, y fue Ángel, tras su muerte, el que descubrió la cartera y los libros de Molina Fajardo y Gibson, en los que hablaba del asesinato de su abuela
Nieves López Rodríguez fue la que recibió la cartera de su madre, el último lazo con Carmen. Nunca habló con sus hijos de lo ocurrido, y fue Ángel, tras su muerte, el que descubrió la cartera y los libros de Molina Fajardo y Gibson, en los que hablaba del asesinato de su abuela.
Carmen López Rodríguez transmitió la historia a su hijo, una vez establecida la democracia y volvió a Granada a tratar de encontrar a su madre.
Allí, en la tierra que le acogió, Cataluña, moriría el 27 de diciembre de 1954 Antonio López Capel. Lejos de Granada y sin su Carmela.
A Ángel González López por compartir con nosotros la pasión por la figura de su abuela Carmen.
A Fran J. Ándujar por habernos abierto las puertas del apasionante mundo libertario.
A Remedios Palomo por su asesoramiento siempre que tratamos la vida de una mujer.
A Tomás Andreo por su ayuda generosa en este y otros casos.
[1] Padrón de habitantes de 1904. Fuente Familysearch
[2] La Publicidad, 28 de marzo de 1907
[3] El Noticiero Granadino, 9 de marzo de 1911
[4] La Publicidad, 8 de septiembre de 1908
[5] El testimonio de Joaquín Espigares, recogido en este mismo libro, reduce a tres este grupo, no incluyendo a Carmen Rodríguez. Julián Fernández Bailón dice en su entrevista que las dos jóvenes tenían una pensión en Zacatín, no en Mesones. Se sabe, por el expediente judicial fuera de plazo, que Agustina González fue ejecutada el 15 de agosto de 1936. Lo cierto es que Carmen estaba allí, en el Barranco de Viznar.
































