Nuevo HABLADURÍAS 11+1 con Javier Díaz Vega, psicólogo, autor del libro ‘Entre el puente y el río’, sobre el suicidio de su madre: “Tu fuerza parte de tu testimonio”
Descubrí a Javier en Ttwitter, buscando a personas relacionadas con el suicidio. Su relación está ligada al suicidio de su madre que cuenta en su libro Entre el puente y el río, que acaba de publicar en la editorial Nueva Eva, un libro escrito en primera persona y que comienza con su propia experiencia sobre el suicidio de su madre, una mirada de misericordia ante el suicidio.
Javier es psicólogo y experto universitario en afectividad y sexualidad se dedica a la docencia en la Universidad Francisco de Vitoria, trabajando en el Proyecto "Aprendamos a Amar". Javier es cristiano con una fe activa
Javier es psicólogo y experto universitario en afectividad y sexualidad se dedica a la docencia en la Universidad Francisco de Vitoria, trabajando en el Proyecto "Aprendamos a Amar". Javier es cristiano con una fe activa.
El contacto fue fácil con él y hablamos de ¿Por qué surge el libro?, ¿Qué recuerdas del suicidio de tu madre?, ¿Cómo viviste aquel momento?, ¿Cómo recuerdas cuando contabas a la gente que tu madre se había suicidado?, ¿Por qué mucha gente se queda sin palabras, sin saber qué decir, sin saber cómo acompañar?, ¿Es probablemente tu parte más dura de tu vida?, ¿Es incomprensible el suicidio de alguien? ¿Fue incomprensible el suicidio de tu madre?, Hablas de la culpa y el perdón ¿Qué papel tuvo cada uno en tu caso? ¿Cómo es posible pasar del primero al segundo?, ¿Cómo Sobrevivir al duelo por suicidio de un ser querido en este caso de tu madre?, ¿Cómo ayudar a un superviviente o a un sobreviviente?, Dices que la realidad del suicidio es desconocida. ¿Por qué crees que es desconocida? Y terminamos hablando de ¿Cómo es vivir él suicidio desde la fe? o ¿Qué aporta la iglesia desde tu punto de vista a la visión del suicidio? Y ¿qué has aprendido del suicidio de tu madre? ¿qué puedes explicar de lo aprendido con él suicidio de tu madre para ayudar a otros hijos o madres?
"Una persona me dijo que tenía escribir desde el testimonio, que era lo que se necesitaba y abracé con lágrimas mi propia historia. No era cuestión personal o terapéutica, sino con el propio testimonio tenía la posibilidad de iluminar”
Empezamos la conversación hablando del porqué de escribir el libro sobre el suicidio de su madre y nos dice que le surge por la inquietud de escribir un libro por parte de su editora que le oyó en una entrevista y por la indicación de su editora de hablar del suicidio, desde una posición de la fe. Se publicó en 2020 y dice que hace mucho bien. “Cuando parto de escribir el libro, parto de escribir desde una idea de mezclar lo psicológico, lo social y lo espiritual desde mi fe, pero una persona me dijo que tenía escribir desde el testimonio, que era lo que se necesitaba y abracé con lágrimas mi propia historia. No era cuestión personal o terapéutica, sino con el propio testimonio tenía la posibilidad de iluminar”.
Él recuerda a su madre como una persona alegre, a pesar de la depresión que tenía. Era una persona muy luchadora dice. Y recuerda el día que se suicidó como un día gris, el día, el hospital, el instituto anatómico-forense, como esa niebla, esa sombra que lo envuelve todo.
Pero no obvia el recuerdo de los aspectos positivos del desborde de personas que “venían a socorrernos”.
También hay un recuerdo sobre el silencio cuando él decía a la gente que su madre se suicidó. Y es un silencio que entiende por la perplejidad que genera, como reacción automática, desde la incomprensión. “No sabían qué decirme, pero su presencia era importante”
También hay un recuerdo sobre el silencio cuando él decía a la gente que su madre se suicidó. Y es un silencio que entiende por la perplejidad que genera, como reacción automática, desde la incomprensión. “No sabían qué decirme, pero su presencia era importante”. Estaba en un momento de dolor inmenso, pero también de cierta paz. Un dolor que asocia a un desgarro (él tenía 22 años en ese momento), con una red que desaparece. El primer día con todo no sientes, pero la primera noche cuando se queda solo en casa, piensa que la persona que siempre estaba era su madre. Eso era un desgarro y al pensar en la palabra superviviente, veía que eso era un terremoto. Y aparecen preguntas que no tienen respuesta.
Hablamos de muchos otros temas, de culpa, de apoyos, de ayudas, de una vivencia dura de la vida, de otras situaciones personales de dolor,….
Cuenta Javier que las personas dedicadas al acompañamiento, en cualquiera de sus formas, no pueden rehuir ninguna de las circunstancias por las que pase la persona a la que acompañamos
Cuenta Javier que las personas dedicadas al acompañamiento, en cualquiera de sus formas, no pueden rehuir ninguna de las circunstancias por las que pase la persona a la que acompañamos.
Sigue contando que una de las situaciones que presenta más dificultades para el acompañamiento es el del suicidio de un ser querido. Dice que “el propósito de este libro no es presentar un estudio sistemático sobre el suicidio (…), lo que me propongo es, sencillamente, acompañar el paso de quienes han vivido esta realidad de cerca”. Y lo que ofrece son claves, desde un tono testimonial, para el acompañamiento de personas que han sufrido la muerte por suicidio de un ser querido.
A partir de este testimonio transparente y valiente, Javier va presentando los diversos niveles, experimentados en él mismo, de abordaje de esta situación
El ensayo constituye en sí mismo una muestra y testimonio de cómo afrontar el suicidio: el primer capítulo relata la propia muerte por suicidio de la propia madre de Javier. Y es que contar para afrontar es siempre un paso fundamental. A partir de este testimonio transparente y valiente, Javier va presentando los diversos niveles, experimentados en él mismo, de abordaje de esta situación.
Presenta su dolor como hijo, los sentimientos que afloran en el momento del acontecimiento del suicidio de su madre y en las primeras horas, así como el proceso de vuelta a la normalidad tras todo ello, con sentimientos intensos de culpa y de ira. Y sin duda, contralo tiene un valor terapéutico y liberador.
Tener fe, dice, no elimina el dolor, pero permite un abordaje más humanizante y misericordioso
En la conversación habla de esperanza, y terminamos hablando de su fe como ayuda inestimable para no sucumbir a un dolor tan intenso, para la aceptación creativa del sufrimiento, para vivir con esperanza. Tener fe, dice, no elimina el dolor, pero permite un abordaje más humanizante y misericordioso.
Hablamos de la experiencia del duelo, de los factores de riesgo que pueden confluir en el suicidio, de los diversos tipos de reacción y de las ideas erróneas sobre el suicidio, del tabú, junto a la complejidad del hecho o de la imposibilidad de enjuiciar a quien lo lleva a cabo.
Entre el puente y el río siempre cabe la misericordia.
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