Más de medio centenar de presos granadinos siguieron en la cárcel hasta el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936

La revolución de octubre de 1934 en Granada (I)

Ciudadanía - Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo - Sábado, 23 de Agosto de 2025
Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo inician con este extraordinario capítulo una nueva serie sobre la represión que se cernió sobre los militantes obreros y las consecuencias sobre las organizaciones políticas y sindicales, hasta prácticamente el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, como punto de inflexión en la II República y antesala del golpe de Estado.
Información de detenciones y clausura de casas del Pueblo en Granada, en la Revolución de 1934.
'El Defensor de Granada', 02/10/1934.
Información de detenciones y clausura de casas del Pueblo en Granada, en la Revolución de 1934.

Quienes se habían destacado durante el periodo republicano en las luchas sociales y políticas, al iniciarse la guerra de España en Granada capital el 20 de julio de 1936, estaban fichados, obviamente. Las comisarías, los cuartelillos, las sedes de Falange y su pasarela natural, los Ayuntamientos, disponían de una amplia base de datos como podemos comprobar en los casi 14.000 expedientes de granadinos que se custodian en la Real Chancillería de Granada a los que se les aplicó, posteriormente, la Ley de Responsabilidades Políticas.

Y, de nuevo, en otro ajuste de cuentas, fueron llevados a ilegales Consejos de Guerra o, simplemente, al paredón. Su delito había prescrito legalmente, pero los tribunales fascistas, conculcando su propia lógica represiva, los volvían a condenar por el simple hecho de haberse comprometido o con la defensa de la legalidad republicana o por su militancia sindical o partidaria

Al iniciarse la guerra de España, sin solución de continuidad, muchos de los que habían sido detenidos en el periodo republicano, y sobre todo, durante el Gobierno de la CEDA y, especialmente, durante la Huelga de octubre de 1934, apenas habían salido de la prisión con el decreto de Amnistía del Frente Popular el 21 de febrero de 1936, cuando se encontraron, cinco meses más tarde, con el golpe de Estado. Y, de nuevo, en otro ajuste de cuentas, fueron llevados a ilegales Consejos de Guerra o, simplemente, al paredón. Su delito había prescrito legalmente, pero los tribunales fascistas, conculcando su propia lógica represiva, los volvían a condenar por el simple hecho de haberse comprometido o con la defensa de la legalidad republicana o por su militancia sindical o partidaria. Este artículo recorre la huelga de octubre de 1934, como punto de inflexión en la II República y antesala del golpe del Estado. Conocer el origen y desarrollo de esta movilización nos supone también una mayor comprensión de los efectos devastadores represivos que se cernieron sobre sus protagonistas y explica mejor por qué el golpe de estado de julio de 1936 fue, simplemente, el mazazo definitivo para extirpar de la piel de toro a quienes habían osado levantar la cabeza contra los privilegiados de siempre.

La Huelga General revolucionaria de octubre de 1934 en Granada

La historiografía española ha prestado una especial atención a la actuación de los socialistas en el levantamiento de octubre de 1934, no en  vano fueron los principales responsables de su organización. Sin embargo, el éxito necesitaba la participación de la otra gran organización de masas: la CNT (Confederación Nacional del Trabajo). Circunstancia que, salvo en el caso de Asturias, no se produjo. Por un lado, la CNT comenzaba el año de 1934 de una forma que se había convertido en habitual para la organización: locales cerrados, sindicatos clausurados, prensa prohibida y miles de militantes encarcelados. Por  otra parte, la UGT iniciaba un camino muy diferente al que había transitado desde la proclamación de la II República. Los socialistas no habían podido alcanzar su sociedad ideal desde el gobierno, y en sus organizaciones soplaban también vientos revolucionarios.

En España los socialistas acusaban el golpe del nuevo gobierno que recortó muchas de las reformas emprendidas en el primer bienio republicano como la Ley de Reforma Agraria, la Ley de Jurados Mixtos, la de Términos Municipales o la Ley del Laboreo forzoso que, en definitiva, liquidaba la incipiente negociación colectiva que tanto daño había hecho entre los terratenientes

Será el triunfo de las derechas en noviembre de 1933, y la entrada de la CEDA en el gobierno de Lerroux en octubre de 1934, el detonante para que desde el socialismo se planteara abiertamente una insurrección armada. Sin entrar en otros detalles, este cambio político no podría entenderse sin el contexto internacional con el auge del fascismo y el retroceso en determinados países de derechos conquistados. En España los socialistas acusaban el golpe del nuevo gobierno que recortó muchas de las reformas emprendidas en el primer bienio republicano como la Ley de Reforma Agraria, la Ley de Jurados Mixtos, la de Términos Municipales o la Ley del Laboreo forzoso que, en definitiva, liquidaba la incipiente negociación colectiva que tanto daño había hecho entre los terratenientes porque se vieron obligados a negociar con los trabajadores sus condiciones salariares. Y, al mismo tiempo, las antiguas corporaciones municipales se sustituían por otras afines a los partidos ganadores en las últimas elecciones, al tiempo que se mantenían salarios de miseria y prolongadas horas de trabajo en medio de una crisis económica internacional que, en nuestro caso, se traducía en mayores beneficios para el capital que no entendía de ningún modelo de redistribución de la renta.

Estas diferencias, entre otras, serán insalvables para entender el fracaso de la intentona revolucionaria de octubre de 1934

Si bien el cambio del PSOE y la UGT para ir a una insurrección popular podría concitar el acuerdo con la CNT, sin embargo, ésta seguía desconfiando de los socialistas a los que, tradicionalmente, les acusó de “traidores” y, sobre todo, porque si para aquellos la insurrección tenía como objetivo alcanzar el poder político, para los anarcosindicalistas el objetivo seguía siendo la revolución social. Estas diferencias, entre otras, serán insalvables para entender el fracaso de la intentona revolucionaria de octubre de 1934. Amén, de las divisiones en el seno de la propia CNT derivadas de los distintos análisis que se hacían sobre su actuación revolucionaria en los años anteriores y que terminaron con el hundimiento de organizaciones enteras por la represión que se cernió sobre la organización confederal. En esa tesitura, la convocatoria de huelga general para octubre de 1934, produjo una incertidumbre en el mundo anarcosindicalista porque si bien recelaban de los socialistas –que ya habían acordado ser los dirigentes de esa revolución-, sin embargo, mantenían viva la llama de la revolución social.

Así que cuando los socialistas se echaron a la calle en octubre del  34, la organización confederal se enfrentó a un gran dilema: o apoyar un movimiento cuyo objetivo no compartía y que, además, estaba dirigido por aquellos que señalaban como principales culpables de la represión sufrida, o mantener una posición distante, que podía llegar al boicot, y faltar a la cita en la calle, donde pertinazmente convocaba a sus adversarios

Así que cuando los socialistas se echaron a la calle en octubre del  34, la organización confederal se enfrentó a un gran dilema: o apoyar un movimiento cuyo objetivo no compartía y que, además, estaba dirigido por aquellos que señalaban como principales culpables de la represión sufrida, o mantener una posición distante, que podía llegar al boicot, y faltar a la cita en la calle, donde pertinazmente convocaba a sus adversarios. Lo cierto es que en la actuación confederal hubo de todo. A todo esto hay que añadir el desgaste que el movimiento obrero había tenido con la huelga campesina de junio de ese mismo año, llevando a las cárceles a numerosos militantes socialistas y anarquistas, dejando a las estructuras obreras en una debilidad considerable. Y cuando empezó el movimiento revolucionario hubo acciones aisladas en muchos lugares, aunque la tónica general fue de dispersión y desorientación entre las dirigencias y las bases. Los principales focos de rebelión se produjeron en Asturias, donde la represión fue brutal y en Cataluña donde, el 6 de octubre, el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, líder de Esquerra Republicana, proclama desde el balcón del Ayuntamiento un estado catalán dentro de la República Federal española. Entra el ejército y Companys se rinde la mañana del día 7. La imagen del gobierno de la Generalitat tras las rejas de una reducida celda del buque Uruguay fue más que elocuente. La huelga, en líneas generales, fue un fracaso.[1]   

El Defensor de Granada, 4 de octubre de 1934.

Granada no será una excepción a la tónica general y, como en otros momentos históricos, su base social conservadora salió a la calle para jalear el decreto del Gobierno del Estado de Guerra el día 7 de octubre de 1934 dando vivas al ejército para que reprimiera con dureza cualquier atisbo revolucionario

Granada no será una excepción a la tónica general y, como en otros momentos históricos, su base social conservadora salió a la calle para jalear el decreto del Gobierno del Estado de Guerra el día 7 de octubre de 1934 dando vivas al ejército para que reprimiera con dureza cualquier atisbo revolucionario. El día 8 de octubre comienza la huelga en la capital. Según algunos medios de comunicación, especialmente, El Defensor de Granada, se sumaron obreros de la construcción, tipógrafos, taxistas, tranviarios, la sanidad, metalúrgicos, conductores de autobuses urbanos, trabajadores del sector textil, los azucareros y parte de los ferroviarios. El Gobierno militar publicó un bando por el que daba un plazo de 24 horas para volver al trabajo, transcurrido el cual los empleados que siguieran en paro serían despedidos. Esa misma tarde salieron los tranvías escoltados por la Guardia Civil. No se trabajó en las obras del Hospital Clínico y las clases se suspendieron. Más allá de estas generalidades, no podemos precisar el seguimiento de la huelga en términos numéricos –entonces no se podía hacer-, pero no hay constancia de que se perturbase, esencialmente, la vida laboral granadina.

La represión se inicia desde el mismo 30 de septiembre y el 1 de octubre usando la fuerza pública, y la Brigada Social de Investigación intensificará su labor realizando numerosos registros domiciliarios, practicando detenciones y clausurando numerosas Casas del Pueblo en toda la provincia

Nosotros nos centraremos, sobre todo, en la represión que se cernió sobre los militantes obreros y las consecuencias que tuvo sobre las organizaciones de masas hasta prácticamente el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. La represión se inicia desde el mismo 30 de septiembre y el 1 de octubre usando la fuerza pública, y la Brigada Social de Investigación intensificará su labor realizando numerosos registros domiciliarios, practicando detenciones y clausurando numerosas Casas del Pueblo en toda la provincia. Se envían a Granada los días previos más de 100 nuevos agentes de la Guardia Civil y la ciudad es patrullada continuamente por agentes del orden. Hasta que se declara el Estado de Guerra el día 7 de octubre al medio día, se practicarán numerosas detenciones preventivas en la capital y en algunos pueblos. En caso de Granada, estas medidas preventivas se habían iniciado el 22 de septiembre  en que se habían detenido, entre otros, a conocidos activistas como Ignacio Morales César, Ángel González Lastra, Cándido Pérez Castillo, Francisco Caballera Torres, José Ríos Castillo o José Sarrión Misales.

Según el Gobernador Civil ese “tumulto” en el que se dieron vivas al “comunismo” fue rápidamente sofocado con la detención de sus dirigentes: Salvador Mesa Ferrer, Manuel Mesa Madero y José Medina Madero

El día 2 de octubre de 1934 serán detenidos varios militantes anarcosindicalistas de Granada como Juan José Rodríguez Najarro, Joaquín Calleja Redondo, José Silva Bimbela, Amadeo Pérez Molinero, Manuel López Abril, José Martos García y los hermanos Alberto y Adolfo Zurita Rojas. Los seis primeros fueron enviados a la cárcel y los dos últimos, a las pocas horas, fueron puestos en libertad. Todos ellos tenían como característica que habían sido detenidos anteriormente en otras huelgas de la CNT. Ese mismo día  hay detenciones preventivas en ciudades Pinos Puente donde fueron detenidos otros cinco anarcosindicalistas. También el 2 de octubre se organizó una manifestación en Beas de Granada, por la noche, a la que fueron enviadas tres parejas de la Guardia Civil de Granada. Según el Gobernador Civil ese “tumulto” en el que se dieron vivas al “comunismo” fue rápidamente sofocado con la detención de sus dirigentes: Salvador Mesa Ferrer, Manuel Mesa Madero y José Medina Madero. En el caso de José Medina se dice que fue detenido cuando ondeaba una bandera anarquista. Los tres pasaron a disposición de la autoridad judicial y se les impuso una multa gubernativa.

El Defensor de Granada, 6 de octubre de 1934.

Otros presos gubernativos detenidos en los primeros días de octubre eran personas públicas que, por distintos motivos, ejercían una gran influencia social desde su trabajo (periodistas como Constantino Ruiz Carnero) o su adscripción política y sindical como los socialistas Juan Carreño Vargas, dirigente de UGT  -que moriría por las torturas, en la Comisaría el 15 de octubre de 1934-, Alejandro Otero Fernández, Manuel Fernández-Montesinos Listau o Francisco Rubio Callejón, entre otros

Otros presos gubernativos detenidos en los primeros días de octubre eran personas públicas que, por distintos motivos, ejercían una gran influencia social desde su trabajo (periodistas como Constantino Ruiz Carnero) o su adscripción política y sindical como los socialistas Juan Carreño Vargas, dirigente de UGT  -que moriría por las torturas, en la Comisaría el 15 de octubre de 1934-, Alejandro Otero Fernández, Manuel Fernández-Montesinos Listau o Francisco Rubio Callejón, entre otros, que fueron llevados a la prisión Provincial. Algunos de ellos, ya en la prisión, fueron asociados a procesos judiciales que se iniciaron más tarde, como es el caso de Antonio Pretel Fernández, Antonio Pérez Funes, Antonio Ruz Romero y Wenceslao Guerrero Carmona a los que el Juez de Instrucción de la Causa 312/34 –que se inició el 9 de ese mismo mes- los llamó a declarar para implicarlos en los sucesos revolucionarios que se iniciaron cuando ellos ya estaban en prisión. Por ejemplo, en el caso de Alejandro Otero, como no se pudo demostrar nada, salió en libertad a comienzos de diciembre de ese año.

Todos ellos estuvieron en el arresto municipal de Maracena el día 7 de octubre y los cuatro últimos pasaron posteriormente a la prisión provincial asociados a la Causa 312/34 por el delito de “Tenencia ilícita de armas” donde permanecieron algo más de un mes, pero ninguno fue procesado por ello

Por otro lado, en Guadix se detuvo el día 3 de octubre al diputado Ernesto Fernández Jiménez y el día 6 a otros dirigentes como Juan José Ortega Rayo, Antonio López Porcel, Juan Manuel Cortés Fernández, Pedro Galindo González, José Teruel Ramos, Juan López Mazuecos, Pedro Castillo Gil y José Fernández Requena, añadiéndose al día siguiente la de Carlos Fernández Miranda y Escalada; también el 2 de octubre habían sido detenidos en Pinos Puente, Alberto Ortuño Molina, Emilio Torres Mingorance, José Flores Cid, Enrique García Ibáñez  y Andrés Montijano García; ese mismo día habrá detenciones en Beas de Granada y en Granada capital;  en Maracena, había sido detenido el 2 de octubre José Cañavate Martínez y el mismo día 7 de octubre, cuando se proclama el Estado de Guerra, serán detenidos diez militantes obreros –anarcosindicalistas y socialistas-: Francisco Montes Barranco, Rafael Donaire González, Rafael Espigares Ávila, Antonio Zarco Ruiz, Emilio Carmona Asencio, Enrique Vaquero Martín, Emilio Bullejos Martínez, Rafael Gutiérrez López y Manuel Carmona Ruiz.  Todos ellos estuvieron en el arresto municipal de Maracena el día 7 de octubre y los cuatro últimos pasaron posteriormente a la prisión provincial asociados a la Causa 312/34 por el delito de “Tenencia ilícita de armas” donde permanecieron algo más de un mes, pero ninguno fue procesado por ello.

El Defensor de Granada, 7 de octubre de 1934.

El bando declaraba la huelga general como ilegal. De forma paralela, el Gobierno Militar edita un bando para obligar a los trabajadores a que no la secundasen so pena de represalias. A lo largo de todos esos días se irán sucediendo las detenciones y los medios se hacen eco de que al menos unos 400 presos políticos se hacinaban en la prisión provincial

El día 7 de octubre de 1934, como hemos señalado, se declara el Estado de Guerra en Granada y a las 14.30 salió del Cuartel de Infantería una sección de soldados al mando de un comandante que recorrió las principales vías de la capital, al tiempo que el Gobernador Civil editó un bando prohibiendo la circulación y reunión de más de tres personas, tratando a todos los detenidos como si en un estado de guerra se tratase o pasando la censura previa todos los medios de comunicación. Durante esos días soldados de Artillería vigilaban las barriadas de Granada y los de Infantería la Alhambra y las murallas de San Cristóbal, así como los edificios públicos. El bando declaraba la huelga general como ilegal. De forma paralela, el Gobierno Militar edita un bando para obligar a los trabajadores a que no la secundasen so pena de represalias. A lo largo de todos esos días se irán sucediendo las detenciones y los medios se hacen eco de que al menos unos 400 presos políticos se hacinaban en la prisión provincial.

El grueso de las detenciones en la provincia de Granada se efectuarán a partir del día 7 de octubre en algunas poblaciones como Íllora, la propia capital (por los sucesos del día 8 de octubre en la calle Real de Cartuja o la detención de miembros de las Juventudes Libertarias de Granada el 11 de octubre)

El grueso de las detenciones en la provincia de Granada se efectuarán a partir del día 7 de octubre en algunas poblaciones como Íllora, la propia capital (por los sucesos del día 8 de octubre en la calle Real de Cartuja o la detención de miembros de las Juventudes Libertarias de Granada el 11 de octubre), en las que nos detendremos más adelante. Estas detenciones respondían a las acciones de los huelguistas como tráfico de armas, tiroteos, coacciones o reuniones clandestinas. Se abrieron distintos procesos judiciales y todos ellos fueron acusados de “Rebelión Militar”, “Auxilio a la rebelión”, “Agresión a Fuerza de Seguridad y Asalto”, “Encubrimiento” y/o “Tenencia ilícita de armas”.

El Defensor de Granada, 10 de octubre de 1934.

Un caso importante, es el de la detención de 11 tejedoras el día 9 de octubre de 1934 por coaccionar a unos obreros que trabajaban, tras declararse la Huelga General. Según 'El Defensor de Granada' estas tejedoras, todas muy jóvenes, “iban dirigidas por un desconocido que se dio a la fuga”.

Por otra parte, las detenciones derivadas de los actos de los propios huelguistas. Un caso importante, es el de la detención de 11 tejedoras el día 9 de octubre de 1934 por coaccionar a unos obreros que trabajaban, tras declararse la Huelga General. Según El Defensor de Granada estas tejedoras, todas muy jóvenes, “iban dirigidas por un desconocido que se dio a la fuga”. Las detenidas fueron: Carmen Rodríguez Rodríguez, las hermanas Lucila y Carmen Camarero Olmedo, Carmen Bracero Castro, Pilar Ferrer Cano, Joaquina González Mesa, Trinidad  Puertollano Ramos, Carmen de la Fuente González, Concepción Pérez Muñoz, Rosario del Campo Guadix y María López Sánchez. (El Defensor de Granada, 9 de octubre de 1934).

A lo largo del mes de octubre se mantenía la represión en algunos lugares como Huéscar, donde fueron reclamados por la autoridad judicial el 22 de octubre de 1934 diez vecinos que fueron detenidos y encarcelados; en Armilla, el día 28 de octubre de 1934, “con motivo de la manifestación patriótica que tuvo lugar el sábado y cuando la muchedumbre tributaba aplausos a la Benemérita en la puerta del Cuartel, se dedicaron a proferir insultos contra los guardias y se dieron a la fuga. Dichos individuos (sic) han pasado a la cárcel a disposición del juez militar de la Plaza". Esos individuos eran Manuel Gil López Muñoz y Josefa Cobos Bayo; el 16 de octubre de 1934 fueron detenidas diez personas relacionadas con la huelga.

Personalidades como el ex ministro Fernando de los Ríos, criticaron con dureza la actuación policial y los acusó que lo habían dejado abandonado en un patio, viéndolo morirse tras una parada cardíaca

Finalmente, otros fueron detenidos por actos de solidaridad con Juan Carreño Vargas, que había muerto el día 15 de octubre mientras era interrogado en la Comisaría de la calle Duquesa. Personalidades como el ex ministro Fernando de los Ríos, criticaron con dureza la actuación policial y los acusó que lo habían dejado abandonado en un patio, viéndolo morirse tras una parada cardíaca. El día 16 de octubre de 1934, se convoca una concentración en el Hospital San Juan de Dios donde se hallaba el cuerpo del dirigente ugetista. La concentración, prohibida por el Gobierno Civil, será duramente reprimida por la Guardia de Asalto y se producirán cuatro detenciones: la del exconcejal Antonio Dalmases Miquel, la de José León Esquembre, Inspector municipal de impuestos, la de José Puga Rojas y Lorenzo Ariza López y, al día siguiente, la de Juan Comino López y Francisco Gómez del Castillo.

El Defensor de Granada, 12 de octubre de 1934.

También se practicaron registros en las sedes de las organizaciones políticas y sindicales como la de la Juventud Socialista donde se incautó numerosa documentación o en periódicos como 'El Defensor de Granada'

Junto a los interrogatorios y los malos tratos a los detenidos, también se practicaron registros en las sedes de las organizaciones políticas y sindicales como la de la Juventud Socialista donde se incautó numerosa documentación o en periódicos como El Defensor de Granada, republicano y progresista, que criticó con dureza al gobierno de la CEDA. Se mantendrá el Estado de Guerra hasta el 25 de enero de 1935, pero el Estado de Alarma –otra figura represiva- hasta septiembre de 1935, lo que suponía detenciones arbitrarias, cierre de las Casas del Pueblo, prohibición de actos públicos o censura en los medios de comunicación.

Más de medio centenar de los presos granadinos estuvieron en la cárcel hasta el triunfo de las candidaturas del Frente Popular en febrero de 1936

Más de medio centenar de los presos granadinos estuvieron en la cárcel hasta el triunfo de las candidaturas del Frente Popular en febrero de1936. Todavía a esas fechas en la prisión provincial había 58 presos políticos y sociales que provenían de las movilizaciones de octubre de 1934. Todos ellos fueron amnistiados con el triunfo del Frente Popular. En Granada, como en otros muchos lugares, se hicieron colectas públicas para sus familias y un recibimiento popular cuando llegaban de cárceles lejanas, como la de Cartagena o la de Burgos. (El Defensor de Granada del 2 al 20 de octubre de 1934 y 26 de enero de 1935, 22 al 24 de febrero de 1936). Haremos un recorrido por distintos lugares y los distintos procesos militares abiertos, para dejar constancia de la represión que recorrió Granada en esos días, constatando que es una aproximación a la represión total que se cernió sobre la provincia y que, seguramente, en la medida en que la investigación avance, obtendremos más datos.

Detenidos en la provincia de Granada por la Huelga General de octubre de 1934

Nombre y apellidos

Vecindad

Detención

Libertad

Álvarez Martín, Marcelino

Maracena

7/10/34

 

Ariza López, Lorenzo

Granada

16/10/34

 

Baena Torres, Tomás

Granada

16/10/34

21/2/36

Berrio Ubago, Francisco

Güevéjar

27/10/34

 

Berrio López, Antonio

Güevéjar

27/10/34

 

Bullejos Martínez, Emilio

Maracena

7/10/34

 

Burló Valero, Daniel

Huéscar

22/10/34

 

Bracero Castro, Carmen

Granada

9/10/34

 

Caballero Torres, Francisco

Granada

22/9/34

 

Calleja Redondo, Joaquín

Granada

2/10/34

 

Cañavate Martínez, José

Maracena

2/10/34

 

Camarero Olmedo, Carmen

Granada

9/10/34

 

Camarero Olmedo, Lucila

Granada

9/10/34

 

Carmona Asencio, Emilio

Maracena

7/10/34

 

Carmona Ruiz, Manuel

Maracena

7/10/34

 

Castillo Gil, Pedro

Guadix

6/10/34

 

Castillo Yáñez, Antonio

Granada

19/9/34

 

Castro Galiano, Manuel

Atarfe

3/10/34

 

Cazorla Blázquez, Carmen

Huéscar

22/10/34

 

Cervilla de Lara, Paulino

Granada

11/10/34

 

Chueco Pérez, Lucas

Huéscar

22/10/34

 

Cobos Bayo, Josefa

Armilla

28/10/34

 

Comino López, Juan

Granada

17/10/34

18/10/34

Cortés Fernández, Juan Manuel

Guadix

6/10/34

 

Dalmases Míquel y Salinas, Antonio

Granada

16/10/34

 

De Losa Calero, Juan

Guadix

Entre el 8 y 10/10/34

Libertad pocos días después

De la Fuente González, Carmen

Granada

9/10/34

 

Del Campo Guadix, Rosario

Granada

9/10/34

 

Donaire González, Rafael

Maracena

7/10/34

 

Espigares Ávila, Rafael

Maracena

7/10/34

 

Fernández Jiménez, Ernesto

Guadix

3/10/34

 

Fernández Jiménez, José

Gor

2/10/34

Libertad pocos días después

Fernández Jiménez, Manuel

Granada

16/10/34

 

Fernández Miranda y Escalada, Carlos

Guadix

7/10/34

 

Fernández Requena, José

Guadix

6/10/34

 

Fernández Rojas, Manuel

Monachil

16/10/34

 

Ferrer Cano, Pilar

Granada

9/10/34

 

Ferrer Fernández, Antonio

Monachil

16/10/34

 

Flores Cid, José

Pinos Puente

2/10/34

 

Galadí Melgar, Francisco

Granada

11/10/34

 

Galindo González, Pedro

Guadix

6/10/34

 

García Ibáñez, Enrique

Pinos Puente

2/10/34

 

García Jara, Ginés

Baza

(fecha indeterminada)

 

García Martínez-Carrasco, Miguel

Churriana de la Vega

5/10/34

 

García Revelles, Juan

Huéscar

22/10/34

 

Gil López Muñoz, Manuel

Armilla

28/10/34

 

Gómez del Castillo Cabrero, Francisco

Granada

17/10/34

 

González García, Federico

Granada

(fecha indeterminada)

 

González Lastra, Ángel

Granada

22//34 y 2/10/34

 

González Mesa, Joaquina

Granada

9/10/34

 

González Orive, Juan

Granada

19/10/34

 

Guerrero Soria, Vicente

Huéscar

22/10/34

 

Gutierrez López, Rafael

Maracena

7/10/34

 

Fernández Miranda y Escalada, Carlos

Guadix

Entre el 8 y 10/10/34

Libertad pocos días después

Jiménez Jiménez, Rafael

Granada

19/10/34

 

Jiménez López, Pedro

Huéscar

22/10/34

 

Lafuente Rodríguez, Ángel

Monachil

16/10/34

 

Lafuente Rojas, Manuel

Monachil

16/10/34

 

López-Cordón y Sáez de Orozco, Ramón

Granada

(fecha indeterminada)

 

Leon Esquembre, José

Granada

16/10/34

 

López Abril, Manuel

Granada

2/10/34

 

López Lupión, Manuel

Huétor Vega

 

 

López Mazuecos, Juan

Guadix

6/10/34

 

López Porcel, Antonio

Guadix

6/10/34

 

López Sánchez, María

Granada

9/10/34

 

López Uceda, Antonio

Huétor Vega

5/10/35

4/12/35

López Uceda, Guillermo

Huétor Vega

3/10/34 y 5/10/35

4/12/35

Mariscal Navarro, José

Montejícar

22/10/34

 

Martín García, Antonio

Fuente Vaqueros

(fecha indeterminada)

21/2/36

Martínez  Coronado Pavao, José

Huéscar

22/10/34

 

Martínez Fernández, Félix

Huéscar

22/10/34

 

Martínez Martín, Eugenia

Granada

(fecha indeterminada)

Libertad a las pocas horas

Martos García, José

Granada

2/10/34

 

Medina Madero, José

Beas de Granada

2/10/34

 

Megías Robles, Miguel

Güevéjar

27/10/34

 

Mesa Ferrer, Salvador

Beas de Granada

2/10/34

 

Mesa Madero, Manuel

Beas de Granada

2/10/34

 

Molina Roldán, Agustín

Monachil

16/10/34

 

Montes Barranco, Francisco

Maracena

7/10/34

 

Montijano García, Andrés

Pinos Puente

2/10/34

 

Morales César, Ignacio

Granada

22/9/34

 

Oliveras Camas, Santiago

Huéscar

22/10/34

 

Ortega Rayo, Juan José

Guadix

6/10/34

 

Ortuño Molina, Alberto

Pinos Puente

2/10/34

 

Padial Ortega, Pedro

Monachil

16/10/34

 

Pérez Castillo, José

Granada

9/10/34

 

Pérez Castillo, Cándido

Granada

22/9/34

4/10/34

Pérez de la Osa, Amadeo

Granada

(fecha indeterminada)

 

Pérez Molinero, Amadeo

Granada

2/10/34

 

Pérez Muñoz, Concepción

Granada

9/10/34

 

Pérez Rivas, José Antonio

Narila

 

 

Polo Rodríguez, José

Monachil

16/10/34

 

Puche Muñoz, José

Huétor Vega

5/10/35

 

Puga Rojas, José

Granada

16/10/34

 

Puertollano Ramos, Trinidad

Granada

9/10/34

 

Pugas Rojas, José

Granada

16/10/34

 

Ramírez Caballero, Francisco

Granada

11/10/34

 

Ramírez García, Enrique

Güéjar Sierra

31/10/34

 

Ríos Castillo, José

Granada

9/10/34

 

Rodríguez Jiménez, José

Granada

2/10/34

 

Rodríguez Najarro, Juan José

Granada

2/10/34

 

Rodríguez Rodríguez, Carmen

Granada

9/10/34

 

Rodríguez Roldán, Francisco

Loja

3/10/34

 

Roldán Calvente, José

Granada

2/10/34

 

Romero Sánchez, Pedro

Baza

(fecha indeterminada)

 

Rubio Callejón, Francisco

Granada

 

 

Ruiz Hitos, Nicolás

Monachil

16/10/34

 

Ruiz Yáñez, Nicolás

La Zubia

9/10/34

 

Sánchez Pimentel, Antonio

Monachil

16/10/34

 

Sarrión Misales, José

Granada

22/9/34

4/10/34

Silva Bimbela, José

Granada

2/10/34

 

Soria Irigaray, Ramona

Huéscar

22/10/34

 

Teruel Ramos, José

Guadix

6/10/34

 

Torné Dombidau, Marcial

Granada

3/10/34

21/2/36

Torrres Mingorance, Emilio

Pinos Puente

2/10/34

 

Torres Monereo, Francisco

Granada

(fecha indeterminada)

 

Vaquero Martín, Enrique

Maracena

7/10/34

 

Varela Castillo, Enrique

Granada

16/10/34

 

Zarco Ruiz, Antonio

Maracena

7/10/34

 

Zurita Rojas, Adolfo

Granada

2/10/34

Pocos días más tarde

Zurita Rojas, Alberto

Granada

2/10/34

Pocos días más tarde

Fuente: Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla)   (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00107-03051) y elaboración propia. Leyenda: D: día; M: mes; A: Año

Notas al pie:

________________

 

[1] HERRERÍA, Ángel, “La CNT en el movimiento de octubre de 1934: entre el boicot y la participación”, en Hispania, 2016, col. LXXVI, núm. 252, pp. 217-244

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Bibliografía:

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  • Arenas de Soria, Juan Francisco, 'Políticas reaccionarias y respuestas revolucionarias. Granada 1934' en El Independiente de Granada, 18 de junio de 2021.
  • Arriaza Fernéndez, Gerardo, La sociedad de Granada en la II República Española, 1931-1936, Editorial Natívola, 2012.
  • Avilés, Juan, «Los socialistas y la insurrección de octubre de 1934», Espacio, tiempo y forma, Historia Contemporánea, 20 (2008), pp.129-157.
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  • Barrio, Ángeles, «La CNT de Asturias, León y Palencia y la Alianza Obrera de 1934», Estudios de Historia Social, 31 (1984), 123-129.
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  • Elorza, Antonio, La utopía anarquista durante la guerra civil española, Madrid, Ayuso, 1973.
  • Herrerín, Ángel, “La CNT en el movimiento de octubre de 1934: entre el boicot y la participación”, en Hispania, 2016, Vol. LXXXVI, núm. 252, enero-abril, pp. 217-244.
  • Hidalgo Cámara, Juan: Represión y muerte en la provincia de Granada, 1936-1950. Arráez Editores, Mojácar (Almería), 2014.
  • Juliá, Santos, Madrid, 1931-1934: de la fiesta popular a la lucha de clases, Madrid, Siglo XXI, 1984.
  • Lorenzo, César M., Los anarquistas españoles y el poder, París, Ruedo Ibérico, 1969.
  • Martínez Foronda, Alfonso, Sánchez Rodrigo, Pedro y Galisteo Fernández, Francisco, Diccionario de la represión en Granada (1931-1981), en elaboración.
  • Ruiz, David, Octubre de 1934. Revolución en la República española, Madrid, Sínte sis, 2008.
  • Vega, Eulalia, Anarquistas y sindicalistas durante la Segunda República. La CNT y los Sindicatos de Oposición en el País Valenciano, Valencia, Edicions Alfons el Magnànim, 1987.
  • El Defensor del Granada
  • Archivo de la Real Chancillería de Granada
  • Archivo Intermedio Militar Sur (Sevilla)   (Universidad de Córdoba. TMT-SSE-LEG- 00107-03051).

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Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Ya jubilado, su último destino fue el IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976); Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.

Desde hace años es colaborador habitual de El Independiente de Granada, donde ha publicado numerosos artículos y reportajes sobre Memoria Democrática, muy seguidas por lectoras y lectores de este diario digital.
Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981. Es colaborador habitual de El Independiente de Granada.