Unidad de Desintoxicación para personas con adicciones del Virgen de las Nieves

Terapia intensiva por la esperanza

Ciudadanía - J.I.P. - Domingo, 24 de Octubre de 2021
El Hospital Universitario Virgen de las Nieves cuenta con una unidad de Desintoxicación para personas con adicciones que deciden tratarse para acabar con ellas, una de las tres de las que dispone el sistema sanitario público andaluz. Esta es su labor para desintoxicar a pacientes que, pese a la dureza del proceso, agradecen su labor porque merece la pena tocar la puerta de la esperanza para empezar una nueva vida.
Reportaje gráfico: Prensa HVN

Un recurso de esperanza y para recuperar la vida. Eso es la unidad de Desintoxicación Hospitalaria de la que dispone el hospital granadino Virgen de las Nieves, por la que continuamente pasan personas que han tomado la determinación de vencer a las adicciones que padecen y de las que son conscientes de que merman su vida.

Desde que en 2002, año en que esta prestación se incorporó en el servicio de Medicina Interna, se han tratado a más de 1.900 personas con dependencia severa a una o varias sustancias: alcohol, cannabis o cocaína, como las más frecuentes.

En esta unidad, coordinada por el internista Antonio Díaz, se atiende in extremis a todo aquel o aquella que, de forma voluntaria, esta es la premisa, y después de que no hayan funcionado otras terapias ambulatorias, decide internarse en el hospital durante unas dos semanas para recibir tratamientos que ‘limpien’ su organismo de sustancias tóxicas.

Este espacio, ubicado en la novena planta del Hospital General, no es solo un lugar de internamiento, lo es también de acogida y acompañamiento por el equipo de profesionales, médico y de enfermería, que, además de experiencia, conocimientos clínicos y formación específica, ofrecen calidez en los cuidados y empatía.

Este espacio, ubicado en la novena planta del Hospital General, no es solo un lugar de internamiento, lo es también de acogida y acompañamiento por el equipo de profesionales, médico y de enfermería, que, además de experiencia, conocimientos clínicos y formación específica, ofrecen calidez en los cuidados y empatía

Desde el momento del ingreso, “los profesionales tienen actitud de acompañamiento y acogida porque son conscientes que, el grado de incertidumbre al ingreso, precisa de una adecuada acogida inicial que aplaque la ansiedad que, sin duda, conlleva este periodo de deshabituación”, dice el coordinador.

Para que esta atención integral sociosanitaria se haga en las mejores condiciones, la unidad dispone de unas amplias y luminosas instalaciones con un acceso propio. Tiene capacidad para cinco personas en régimen de ingreso, aunque en el periodo de pandemia por el Covid se ha visto reducida a cuatro plazas de hospitalización por necesidades de distancia y reordenación de espacios.

La unidad de desintoxicación hospitalaria es un recurso específico integrado en el III Plan Andaluz sobre Dependencias y Adicciones PASDA (2016-2021) de la Consejería de Salud y Familias y Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.

Está en estrecha conexión con la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía (ASSDA) en la promoción, desarrollo y gestión de recursos de atención social a personas, familias y a los grupos en las que las mismas se integran.

En Andalucía hay tres unidades de desintoxicación hospitalaria, además de la del Virgen de las Nieves, prestan su labor la del Hospital Punta de Europa de Algeciras y la del Hospital San Lázaro de Sevilla.

Desintoxicado en 15 días

Los ingresos son programados a través de una lista de espera a la que se accede desde los diversos centros provinciales o comarcales de Drogodependencias, o entidades integradas en el Plan Andaluz sobre Dependencias y Adicciones, como Proyecto Hombre.

Permanece hospitalizada entre 10 y 15 días y está asistida presencialmente las veinticuatro horas del día por el personal sanitario

Aunque el acceso es por exhaustivo orden de inclusión en la lista, hay excepciones como los menores de edad y mujeres embarazadas, para los que la espera se prioriza por sus circunstancias especiales.

Los ingresos son voluntarios, salvo dictamen judicial, motivo poco frecuente. La persona acepta la hospitalización con un compromiso firmado de cumplimiento terapéutico, orientado a la desintoxicación de la sustancia o sustancias en cuestión, a criterio del equipo terapéutico que solicitó la estancia hospitalaria. Permanece hospitalizada entre 10 y 15 días y está asistida presencialmente las veinticuatro horas del día por el personal sanitario.

La principal causa por la que se derivan a estos pacientes es la imposibilidad de una desintoxicación ambulatoria, ya sea por el acúmulo de enfermedades que hace necesaria la vigilancia médica del proceso de desintoxicación, o por las características de la sustancia a desintoxicar, para garantizar la seguridad

La principal causa por la que se derivan a estos pacientes es la imposibilidad de una desintoxicación ambulatoria, ya sea por el acúmulo de enfermedades que hace necesaria la vigilancia médica del proceso de desintoxicación, o por las características de la sustancia a desintoxicar, para garantizar la seguridad.

El proceso previo a la hospitalización lo inicia un equipo multidisciplinar, normalmente médico terapeuta, trabajador social y psicólogo, del centro de drogodependencias del que procede el paciente, que hacen una intervención básica pero integral del problema, se orienta la línea terapéutica a seguir y se indican los recursos que precisa la persona afectada por la adicción.

El coordinador de la unidad recalca que, “para que la persona con este problema se implique en su proceso de desintoxicación o deshabituación en primera persona es crucial el trabajo de este equipo multidisciplinar”. Y añade que “una vez implicada activamente en su proceso de desintoxicación, podemos esperar un proceso satisfactorio y beneficioso para la persona afectada”.

Algunas de las actividades que se ofrecen en la unidad.

Cuando el paciente llega al hospital es atendido de forma directa por un equipo de enfermería y técnico en Cuidados Auxiliar de Enfermería (TCAE), con visita médica por un facultativo especialista de Medicina Interna y atención continua durante las 24 horas, por internista de guardia. La unidad cuenta con una supervisora de enfermería, Carmen Aguilera, que es fundamental para la coordinación de las terapias.

Díaz se muestra muy satisfecho con el equipo de profesionales que “cuenta con gran experiencia en atender y acompañar a las personas que ingresan, conscientes de que la estancia y el motivo por el que están ahí conlleva una gran complejidad”.

El equipo lo forman. Juan Diego Mediavilla García, Alicia Rodríguez Fernández, Carmen López Sánchez, Raquel Jiménez Durán, Inmaculada Bellido Martín, Antonio Díaz Chamorro, Rafael Mesa Prado y Carmen Aguilera Campaña, supervisora. Antonio Díaz, coordina la unidad.

Para Díaz, la mejor señal es que la persona esté implicada activamente en su proceso de desintoxicación, porque es en ese momento “cuando se ha adaptado a la dinámica en la unidad y ya percibe cambios beneficiosos en su organismo” es, entonces, “fundamental fortalecer su voluntad con motivación para que pueda poner las bases para un proceso de deshabituación que ya se ha iniciado y debe hacerse sólido”, indica

Este médico con vocación de ayudar, con templanza, siempre busca un poco de tiempo en sus horas de guardia para visitar a estos pacientes. Le gusta charlar con ellos, comentar las noticias que ven en el televisor, ver los trabajos que realizan en los talleres, saber algo más de sus inquietudes y proyectos vitales.

Cuando llegan los pacientes, se les informa del proceso. La idea es aislarlos durante la estancia para no distraerlos del objetivo que les lleva a la Unidad. Por eso se les retira el móvil y no se permite que hablen con familiares y amigos. 

“Una vez inmersos en el proceso de desintoxicación, entra en juego la escucha activa que es primordial para hacer consciente del cambio que se está produciendo y crucial para la implicación de la propia persona en el proceso de reordenación en el que se ha embarcado”, subraya el internista.

Para Díaz, la mejor señal es que la persona esté implicada activamente en su proceso de desintoxicación, porque es en ese momento “cuando se ha adaptado a la dinámica en la unidad y ya percibe cambios beneficiosos en su organismo” es, entonces, “fundamental fortalecer su voluntad con motivación para que pueda poner las bases para un proceso de deshabituación que ya se ha iniciado y debe hacerse sólido”, indica.

Según la experiencia de casi 20 años de funcionamiento de este servicio, Díaz señala que “es destacable la capacidad de muchos de los ingresados, para levantarse de una situación complicada y compleja, viendo como personalmente se proponen soluciones y medios que han surgido de la motivación por verse libres de los condicionantes del consumo adictivo y sinceros deseos de cuidarse con actitudes y prácticas saludables”.

La estancia en la unidad da pie a conversaciones y encuentros entre los profesionales y entre los mismos pacientes, que en las actividades comunes comparten emociones y se retroalimentan, lo que en, palabras de Díaz, “hacen propicio plantearse cambios suficientes para creer en ellos y, sobre todo, verlos posibles”.

"Imagino a un ingresado en UCI, mirando el techo en blanco de la sala, con el sonido y pitidos de los monitores, tras haber sufrido un infarto de miocardio y echando la mirada atrás de los riesgos a los que se ha sometido, todo el tabaco que no ha dejado de fumar, entre otros riesgos, y pienso en las de personas que tras una experiencia vital crítica como ésta, hace un cambio de planes y decide poner remedio y cuidarse, motivado por que la vida que es un regalo, el mejor regalo que a uno le pueden hacer"

Un camino de largo recorrido

La estancia en la unidad de Desintoxicación Hospitalización no es una cura de la adicción definitiva, se da un gran paso, pero es necesario continuar con una atención especializada. Al salir del hospital, con mucho camino ganado, el proceso continúa con un ingreso en comunidades terapéuticas o en viviendas de apoyo al tratamiento y un seguimiento estrecho por los distintos equipos de drogodependencias o el recurso adecuado en cada caso.

La unidad “constituye un eslabón de la cadena directriz del proceso de tratamiento, y que cuando es requerido, es un eslabón de gran importancia para el resultado final”.

Antonio Díaz resalta que la unidad “constituye un eslabón de la cadena directriz del proceso de tratamiento, y que cuando es requerido, es un eslabón de gran importancia para el resultado final”. Para conseguir la desintoxicación “ponemos todo nuestros conocimientos y mejor actitud para que la estancia cumpla su objetivo principal y también suponga una experiencia motivadora para la persona que ha decidido dar otra dirección a su vida”.

Y, merece la pena desintoxicarse, como algunos de los pacientes que han pasado por la unidad lo dejan por escrito cuando reciben el alta, en cartas en la que expresan su agradecimiento por el trato y la atención recibida.

Una recompensa para el equipo de profesionales sanitarios que atienden la unidad.