Carecía de calificación ambiental y la documentación que había aportado el establecimiento no estaba visada por un profesional acreditado. Son algunos de los motivos que han conducido al cierre del Starbucks de Gran Vía tras una inspección municipal que constató que el famoso establecimiento no había cumplimentado los requerimientos planteados en tres ocasiones. 

La inspección municipal se activó tras constatar que se habían depositado 1.500 litros de residuos en la vía pública sin contenerizar, lo que motivó que se solicitara la licencia de apertura, como se hace habitualmente. 

La documentación aportada por el establecimiento no estaba visada por un profesional acreditado; el establecimiento no aportó documentación gráfica sobre las soluciones para el sistema de ventilación y climatización en las que se incluyeran redes de conductos y altura de las descargas; tampoco se justificaba cuáles serán los elementos de la actividad que realizarán el vertido en la arqueta separadora de grasas; además de irregularidades en la acústica, según la información recopilada por El Independiente de Granada en fuentes del área de Medio Ambiente.