¿De qué se trata el 23J?

Opinión - Juan I. Pérez - Domingo, 11 de Junio de 2023
Carmen Calvo, en Armilla, en la campaña electoral de las últimas generales.
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Carmen Calvo, en Armilla, en la campaña electoral de las últimas generales.

En tiempo exprés los socialistas de Granada cerraron sus candidaturas para el 23J con la sorpresa de que aterrizara como número 1 al Congreso Carmen Calvo. Pese al secretismo de la operación, por los cambios que implicaban en las candidaturas iniciales, fue desvelado en las vísperas de que el Comité Provincial las ratificaran por “unanimidad”.

La presencia de Carmen Calvo generó runrún en el PSOE de Granada, poco acostumbrado a estas apariciones estelares, pero apenas se dejaron ver en las intervenciones en el Comité Provincial que, finalmente, aprobó las candidaturas de forma unánime

La historia de cuneros o paracaidistas en listas electorales por Granada es grande y diversa [Gabriel Pozo Felguera les dedicó un delicioso artículo en este diario: A los cuneros los carga el diablo]. Y aunque su presencia en las listas sea objeto de críticas lógicas, y el término que los define sea despectivo, tanto por la escasa o nula vinculación al territorio, como por el impacto sobre la organización política que los recibe, sobre todo, si, como en el caso del PSOE, en el proceso de elaboración participa activamente la militancia, la Ley Orgánica del Régimen Electoral General no exige a los elegibles vinculación alguna con la circunscripción por la que optan.

Así, en las elecciones generales, municipales y europeas basta con que el partido o coalición presente en tiempo y forma su candidatura. No ocurre lo mismo en los comicios autonómicos, en el que las legislaciones de las comunidades, con diferentes formulaciones, sí que obligan a que el candidato tenga relación de vecindad o vinculación con la autonomía.

Las del 23J, es evidente, adquieren un carácter más que relevante y no sólo -que ya sería suficiente- porque España se juega si seguir por la senda de un Gobierno de progreso o retrocede hacia uno conservador, con la más que influencia, si no en coalición, de la extrema derecha, la más burda y retrógrada de Europa, por primera vez desde la muerte de Franco

Un nexo que, en la práctica, se traduce tan solo en el empadronamiento en algún municipio de la región. [Recuerden el caso de Macarena Olona en las últimas andaluzas, cuando se empadronó en Salobreña en su fracasado intento de ser la candidata de la ultraderecha a la presidencia de la Junta. Ahora se presenta por Granada como candidata a la presidencia del Gobierno, pero con nuevo partido, de indeterminada ideología de extrema derecha, Caminando Juntos, si consigue reunir 27.000 avales antes del 18 de junio, en las diez provincias en las que se presenta, mil, en Granada].

La presencia de Carmen Calvo generó runrún en el PSOE de Granada, poco acostumbrado a estas apariciones estelares, pero apenas se dejaron ver en las intervenciones en el Comité Provincial que, finalmente, aprobó las candidaturas de forma unánime.

Las intervenciones previas de Pepe Entrena, que encabezará la lista al Senado, y del delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ayudaron para que la organización socialista cerrara filas. “Las ideas en el PSOE están por encima de las personas”, dijo Entrena como aviso quien en otro momento añadió: “Hemos tratado de aunar criterios en este proceso y ahora toca unidad, ilusión y entrega para ganar el 23 de julio”. El PSOE es el primer partido en Granada que resuelve sus listas, un quebradero de cabeza, siempre, para todas las organizaciones, sea cual sea el tipo de elecciones.

La presión, nunca antes conocida, de los mayoritarios grupos de comunicación que respaldan a la derecha, que llevan en volandas a Feijóo y la determinación del PP y sus líderes, no solo ya de ganar lícitamente en las urnas, sino de eliminar-exterminar lo que llaman sanchismo, en alusión al secretario general del PSOE y presidente de un Gobierno absolutamente legítimo, que siguió ampliando derechos a la ciudadanía

Siempre son especiales las elecciones, salvo cuando el resultado está más que cantado, que no es el caso, pero las del 23J, es evidente, adquieren un carácter más que relevante y no sólo -que ya sería suficiente- porque España se juega si seguir por la senda de un Gobierno de progreso o retrocede hacia uno conservador, con la más que influencia, si no en coalición, de la extrema derecha, la más burda y retrógrada de Europa, por primera vez desde la muerte de Franco, lo que ocurrirá, inevitablemente, en Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares, Cantabria, Extremadura y Murcia, como ya lo es en Castilla-León, donde Vox ya ha dejado constancia en un año de gobierno con el PP lo que se avecina.

La presión, nunca antes conocida, de los mayoritarios grupos de comunicación que respaldan a la derecha, que llevan en volandas a Feijóo y la determinación del PP y sus líderes, no solo ya de ganar lícitamente en las urnas, sino de eliminar-exterminar lo que llaman sanchismo, en alusión al secretario general del PSOE y presidente de un Gobierno absolutamente legítimo, que siguió ampliando derechos a la ciudadanía, que abrió José Luis Rodríguez Zapatero, que impulsó la mayor protección social en la crisis más grave que ha vivido este planeta, le imprime un inédito carácter épico a una victoria, que guarda más relación con una contienda bélica que democrática.

Puede, aunque ni tan siquiera, que solo sea comparable con la que activó la derecha de José María Aznar contra el último Gobierno de Felipe González, -“Váyase, señor González”-, ahora, cínicamente venerado como modelo por Alberto Núñez Feijóo, lo que deja a aquella etapa del aznarismo por detrás de este 23J.

Porque de eso se trata el 23J, de optar entre Sánchez y Feijóo, con el apoyo, en el caso del socialista, del ilusionante Sumar, y en el del popular, de la extrema derecha reaccionaria

No, no se trata de falta de liderazgos en el PSOE de Granada. En esta volcánica situación, y tras la derrota socialista en las municipales y autonómicas del 28M, planteadas con un plebiscito por el PP, cuya contundente victoria le ha dado más munición, lo que obligó a Pedro Sánchez a sumir resultados y adelantar las generales, el secretario general del PSOE pide expresamente que Carmen Calvo lidere la lista al Congreso en Granada, que fue número 2 por Madrid tras él.

Con su apuesta, reclama también una altura de miras a la militancia, como ocurre en otras provincias con ministros o socialistas destacados, sean o no, de esa circunscripción, para reforzar, armar las candidaturas con lo que considera lo mejor del partido.

Incluido, claro está, de conseguir revelar la verdadera manera de ser de un candidato o candidata a la presidencia del Gobierno, para que la ciudadanía conozca sus verdaderos propósitos, sus verdaderas intenciones, su capacidad, lo que quiere ocultar. A quiénes se debe, cuáles serán sus peajes

Porque de eso se trata el 23J, de optar entre Sánchez y Feijóo, con el apoyo, en el caso del socialista, del ilusionante Sumar, y en el del popular, de la extrema derecha reaccionaria.

Se trata de elegir entre dos opciones marcadas por principios ideológicos. De elegir entre lo demostrado y lo que tiene que demostrar. Se trata de Política. Para atraer al mayor número de votantes con la mejor estrategia, que siempre es la que gana. Incluido, claro está, de conseguir revelar la verdadera manera de ser de un candidato o candidata a la presidencia del Gobierno, para que la ciudadanía conozca sus verdaderos propósitos, sus verdaderas intenciones, su capacidad, lo que quiere ocultar. A quiénes se debe, cuáles serán sus peajes.

¿A qué partido o coalición no le gustaría contar con una política de esa talla, de su propia formación, si es que acaso dispone de ello? Para recuperar votos perdidos, para ampliar el electorado y elevar el nivel de la campaña

Y si para armar en estas circunstancias con una cunera, qué mejor para el PSOE de Granada que sea Carmen Calvo, una referencia histórica y presente indiscutible, de una trayectoria impecable, en la defensa de valores reconocibles para el socialismo, ese que se siente orgulloso de sus siglas y de lo que ha representado para el avance de este país, que la derecha y la derecha de la derecha desprecian. Asidua a Granada cuando ha sido llamada.

¿A qué partido o coalición no le gustaría contar con una política de esa talla, de su propia formación, si es que acaso dispone de ello? Para recuperar votos perdidos, para ampliar el electorado y elevar el nivel de la campaña.

O la exministra Pilar del Castillo, esta de número 1 por Granada en las de 2004, cuya vinculación con la provincia era nula, antes, durante la campaña y tras ser elegida diputada

Y tendrán todo el derecho el resto de partidos a criticarlo. Pero que recuerden que la autonomía en la elaboración de las listas e generales siempre suele ser limitada. Como en el PP, que desde Madrid le impusieron en las de 2011 de número 3 a Eugenio Nasarre, tras serlo en Madrid y Jaén, que nadie recuerda que visitara Granada.

O la exministra Pilar del Castillo, esta de número 1 por Granada en las de 2004, cuya vinculación con la provincia era nula, antes, durante la campaña y tras ser elegida diputada. 50 días después dejó el escaño para integrarse en las listas al Parlamento Europeo por el PP.