Abro hilo, en El Independiente de Granada
Las cosas hay que hacerlas bien. En cualquier circunstancia. Por eso quiero empezar este artículo agradeciendo al Independiente de Granada la posibilidad que me ofrece de trasladar algunas reflexiones con total honestidad. Sí, ya sé que muchos dirán que mi honestidad es de parte, que siendo concejal de un partido político en el Ayuntamiento de Granada, me dedicaré a arrimar el ascua a mi sardina. Pero a estas alturas no pretendo hacer ejercicios de supuesta objetividad. Al contrario. La política es más necesaria que nunca. La defensa de la democracia es un ejercicio diario en cualquier momento y fundamental en estas circunstancias. Más que nunca. Y la política es expresión de puntos de vista. Unas veces serán divergentes, otras no tanto. Un Pleno en el Ayuntamiento de Granada puede tener entre 70 y 120 puntos de acuerdo. Puedo decir, por experiencia, que normalmente el 80% de los puntos se acuerdan por unanimidad. Son las iniciativas de los diferentes grupos las que generan debate, donde se contrastan modelos ideológicos. También genera debate y confrontación la gestión en sí. No es lo mismo reforzar el área de servicios sociales que primar la beneficiencia o privatizar la gestión de determinadas políticas.
Esta crisis sirve para contrastar modelos de gestión. Cuando nos volvemos vulnerables, por un virus o por una crisis económica, el Estado, lo público, es nuestra mayor defensa. El mercado se pone en evidencia y descubrimos algunos de sus dogmas: no distribuye riqueza, no reparte mascarillas, ni respiradores, ni construye hospitales. Es el Estado el responsable de poner orden y defender al conjunto de sus ciudadanos.
En estos momentos de emergencia, para salvar vidas, economías familiares o investigar, la confrontación política, a mi entender, debe quedar en un segundo plano
De modo que, en estos momentos de emergencia, para salvar vidas, economías familiares o investigar, la confrontación política, a mi entender, debe quedar en un segundo plano. Esa ha sido la actitud del PSOE de Granada y de su grupo municipal, el más votado en las últimas elecciones locales: Arrimar el hombro, no confrontar públicamente, prestar apoyo, ideas, propuestas. Desde el primer momento, esto era lo más importante. Esto no es fácil pero aquí estamos. Y, además, vamos a ponernos las pilas y a hablar con todos aquellos colectivos sociales y sectores económicos, con el objetivo de intercambiar opiniones y recoger propuestas. El resultado ha sido un documento con 80 medidas que antes de hacerlo público se le envió al alcalde para que lo utilizara a su antojo a la busca del bien común.
Por supuesto que también hemos tomado nota de las fallas del gobierno local, de sus ausencias y olvidos, algunos clamorosos. Pero durante el mes de marzo y abril esto no era lo importante. Primero la vida, actuar para atender emergencias.
De hecho, no deja de ser sintomático, que sean las propuestas socialistas las que están generando debate. Como por ejemplo la de ampliar el espacio para terrazas de bares, que no para poner más mesas, durante un tiempo. Alguna gente ha criticado que no hemos aprendido nada. Ya nos hubiera gustado recolocar a todo el personal de la hostelería en la industria verde o en el sector biotecnológico. Pero en estos momentos, esto no es posible y quien lo critica debería saberlo. Ahora toca también proponer medidas urgentes a la par que propiciar un cambio de modelo productivo que no será inmediato. Las reconversiones pueden ser a las bravas o pueden ser menos traumáticas invirtiendo en formación y en muchas cosas más.
Yo creo que esta es una forma de hacer política honesta. Sencillamente. Algo que no está ocurriendo en Madrid desgraciadamente para todos y todas.
