Artículo de Opinión

'Por Andalucía: la única garantía de un gobierno progresista y andalucista'

Política - Ángel de la Cruz - Jueves, 16 de Junio de 2022
Ángel de la Cruz se posiciona ante el 19J con las razones por las que apoyar un gobierno progresista y andalucista, el que a su juicio representa 'Por Andalucía', como alternativa a PP y Vox.
Detalle de un acto de Por Andalucía en Dos Hermanas.
Facilitada por el autor
Detalle de un acto de Por Andalucía en Dos Hermanas.

En las campañas electorales pasan tantas cosas que corremos el riesgo de olvidar las más importantes. Por eso, a veces el trabajo más difícil es abrirse paso a machetazos desbrozando la maleza del ruido y las interferencias para poder ver los árboles y el bosque. El primer debate electoral fue útil precisamente porque puso al descubierto las vergüenzas del gobierno de Moreno Bonilla. Fue tan sencillo como convocar en prime time a la Andalucía real que no tiene nada que ver con la Andalucía del photocall, cuya imagen ha sido construida por la propaganda mediática e institucional, es decir, con el dinero de los andaluces. Ningún arma es tan poderosa como la realidad cotidiana para evidenciar que el gobierno del PP solo ha servido para agravar los problemas históricos de nuestra tierra. Menos sanitarios, menos profesores y menos bomberos, esta es la tríada que representa el desprecio de Moreno Bonilla hacia lo público materializado en recortes y privatizaciones.

La manera más efectiva de combatir a las derechas no es vociferar contra ellas como nos pide -con razón- el cuerpo, sino construir su alternativa: el gobierno de coalición progresista y andalucista. Esto o un gobierno de PP y Vox es lo que elegiremos el domingo con nuestro voto

Pero no basta con constatar lo que hay. Está bien, es imprescindible, pero necesita una segunda parte: señalar la alternativa. Esa alternativa es el gobierno de coalición progresista y andalucista, la propuesta que Inma Nieto lanzó en el segundo debate electoral. Los andaluces somos plenamente conscientes de que vivimos en un sistema multipartidista y que, por ello, nuestro voto tiene que ser útil. Tiene que servir. Tiene que traducirse en avances concretos y tangibles. Los retos y las amenazas son tan imponentes que es una frivolidad presentarse a estas elecciones con el mero objetivo de conseguir un nicho de representación. La manera más efectiva de combatir a las derechas no es vociferar contra ellas como nos pide -con razón- el cuerpo, sino construir su alternativa: el gobierno de coalición progresista y andalucista. Este o un gobierno de PP y Vox es lo que elegiremos el domingo con nuestro voto. Todo lo que no ayude a dilucidar esta disyuntiva es ruido, interferencias.

El gobierno de coalición progresista y andalucista se puede encarar de tres maneras diferentes. Una de ellas es sin convencimiento y desde la indefinición. Es lo que hace el candidato de un PSOE que, no por casualidad, ha estado ausente en la oposición durante estos cuatro años y ha facilitado algunas de las medidas más nocivas para Andalucía, como la nueva ley del suelo. Si la estrategia consiste, otra vez, en parecer conservadores para atraer el voto mal llamado «centrista», el resultado no puede sorprender. Está bien que el PSOE-A haga gala en campaña de los avances conseguidos por el gobierno de coalición estatal, incluidos aquellos que el propio PSOE trató de frenar, pero los andaluces saben que solo habrá un gobierno de izquierdas si la correlación de fuerzas se impone, y que su ambición transformadora será directamente proporcional a la fuerza que consiga Inma Nieto en las urnas.

La gente entiende las limitaciones de unas instituciones apretujadas por los poderes económicos, pero quiere -y necesita- que su voto sea útil, que se traduzca en avances. Renunciar a esta posibilidad de antemano es caer en el aislamiento

La relación de Adelante Andalucía con un posible gobierno progresista y andalucista es más sencilla, pues para dicha candidatura parece que ni siquiera existe esa posibilidad. Hay que reconocer que es una posición coherente de quienes no reconocen ni los avances más importantes conquistados por Yolanda Díaz, como si detrás de los discursos no hubieran realidades cotidianas que mejoran o empeoran dependiendo de nuestro posicionamiento. Que se lo pregunten a los miles de trabajadores andaluces que ahora son indefinidos gracias a la reforma laboral, o a quienes no fueron despedidos gracias a los ERTE. La gente entiende las limitaciones de unas instituciones apretujadas por los poderes económicos, pero quiere -y necesita- que su voto sea útil, esto es, que se traduzca en avances que le hagan la vida al menos un poco más fácil. Renunciar a esta posibilidad de antemano es caer en el aislamiento, una posición donde la denuncia moral es gratificante para quien la realiza pero poco útil para los demás.

Así las cosas, Por Andalucía es la única garantía de un gobierno progresista y andalucista tras el domingo por varios motivos, de los que destaco dos. Por convicción: porque la voluntad inequívoca de Inma Nieto es sumar, no por gusto, sino porque sumando somos más útiles para el pueblo andaluz. Supo sumar en la conformación de la candidatura, que integra a seis fuerzas políticas, y sabrá hacerlo a partir del lunes a ser posible como presidenta. Por capacidad: porque Inma Nieto vino a la política como Yolanda Díaz para mejorar la vida de la gente y su conocida solvencia institucional la avala. Detrás tiene fuerza organizativa, arraigo territorial e inserción social: la mejor manera de luchar por Andalucía no es ondear la bandera blanquiverde más grande, sino recoger los problemas cotidianos y los anhelos de los andaluces para transformarlos en avances concretos y tangibles. Para eso sirve Por Andalucía, por eso es útil, esa es la garantía que ofrece.

Moreno Bonilla introdujo en el centro del debate mediático la idea del gobierno en solitario, como si los andaluces fuéramos tontos y creyéramos que vivimos en los tiempos del viejo bipartidismo, del turnismo y de las mayorías absolutas. Sin embargo, sus últimos movimientos evidencian miedo

Moreno Bonilla introdujo en el centro del debate mediático la idea del gobierno en solitario, como si los andaluces fuéramos tontos y creyéramos que vivimos en los tiempos del viejo bipartidismo, del turnismo y de las mayorías absolutas. Sin embargo, sus últimos movimientos evidencian miedo. Los andaluces sabemos que Moreno Bonilla solo sería presidente si Macarena Olona fuera vicepresidenta. Lo ha dicho ella, ha otorgado él. Por eso, la pregunta no es qué puede hacer la izquierda para romper una alianza estratégica del PP con Vox que va más allá de Andalucía, sino qué hará el PP cuando las fuerzas progresistas y andalucistas lo superen: ¿le va a dar la vicepresidencia a la extrema derecha o va a permitir que gobierne la alternativa más sólida y, ni que decir tiene, más positiva para el futuro de Andalucía? Lo que está claro es que la mejor manera de evitar el primer escenario es apostando por el voto útil a Por Andalucía, que disputa varios parlamentarios en varias provincias con el PP y con Vox. Ya saben, con cabeza y corazón. Con corazón y cabeza.

Frente a la indefinición y el aislamiento, Por Andalucía es el único voto que garantiza librar la batalla contra las derechas donde y como más les duele: traduciendo el apoyo electoral en avances sociales que mejoren la vida del pueblo andaluz. Por el empleo, por los servicios públicos, Por Andalucía: un gobierno de coalición progresista y andalucista.

Ángel de la Cruz (@angeldelacruziu) es presidente de la FEC -Fundación de Europa por los Ciudadanos- y editor de la revista laU.