Los desencuentros entre los socios unidos tras los resultados electorales marcan el balance

Un año municipal en permanente crisis

Política - M.A. - Domingo, 24 de Mayo de 2020
Este martes, 26 de mayo, se cumple un año de las elecciones municipales en las que la suma de las derechas terminó, contra todo pronóstico, situando a Luis Salvador en el sillón de la Alcaldía. Doce meses en crisis permanente, agravados los dos últimos por la pandemia, que analizamos.
Sebastián Pérez abandona el pleno municipal el pasado 31 de enero para anunciar su dimisión como presidente provincial del PP.
Álex Cámara/EP
Sebastián Pérez abandona el pleno municipal el pasado 31 de enero para anunciar su dimisión como presidente provincial del PP.

La noche del 26 de mayo del pasado año no hubo fiesta en el Hotel Los Ángeles, cuartel electoral de Ciudadanos. No la que esperaban. Porque sus resultados, una vez más, quedaron muy lejos de las expectativas, sin moverse de los cuatro concejales. Ni Luis Salvador, que esa noche ya se reivindicó como 'llave de gobierno', podía imaginar que el 15 de junio terminaría con el collar y la vara de mando de la Alcaldía de Granada. El giro que ya había consolidado su partido hacia la derecha y una carambola en los pactos para conservar el PP Madrid, Murcia y Málaga, lo hicieron posible. 

Las derechas sumaron y pactaron, pero el papel del PP no siguió el guion esperado

Un año después, el Ayuntamiento de Granada arrastra la crisis política que se abrió tras los comicios, los primeros después de tres largas décadas en los que el PSOE municipal ganaba las elecciones en la capital. No fue suficiente, porque las derechas, como se barruntaba, sumaron y pactaron. Lo que no siguió entonces el guion esperado fue el papel del PP, con Sebastián Pérez vetado para la Alcaldía, marcando con ello a un gobierno local instalado en la inacción porque ha perdido muchos meses apagando fuegos.

Una crisis evidente que ha tensado al gobierno bipartito, se ha llevado por delante la presidencia de Sebastián Pérez en el PP, lo que no logró ni la denuncia ante los tribunales, y que ha hecho saltar (más) chispas en el seno de Ciudadanos. 

Sebastián Pérez sale por la puerta de atrás del PP provincial

Sin duda en el balance del año transcurrido el protagonista es el primer teniente de alcalde. A Sebastián Pérez lo ha sacrificado políticamente su propio partido. Con Luis Salvador investido alcalde, intentó sin éxito que le acompañara en la exigencia de la alternancia pasados los dos primeros años de mandato, retrasando con ello la firma del pacto de gobierno y sometiendo a Granada a una situación inédita que provocó bochorno, por la incapacidad de traducir en un acuerdo los votos de la investidura.

Como todo, terminó llegando ordenado desde Madrid. Para PP y Ciudadanos. Y Vox.

Imagen de la rueda de prensa de los cien primeros días de gobierno municipal. j.a./ayto.granada

Sebastián Pérez inició entonces una estrategia que, pese al golpe de efecto de Órgiva, donde dio por iniciado el curso político a finales de verano con un órdago a Salvador: o había alternancia o rompía el gobierno y se iba a la oposición, fracasó estrepitosamente. Porque el PP no le acompañó.

No lo hizo tampoco cuando la Audiencia Provincial le dio oxígeno evitando que se repitiera el congreso en el que resultó elegido presidente. 

"El PP vendió a Granada a cambio de Málaga y Murcia", las palabras de Sebastián Pérez que han marcado el último año

Y esa falta de respaldo cada vez más evidente fue un clamor cuando el PP avaló que Vox tutelara la labor de Pérez en Contratación. Y llegó el 31 de enero de 2020, día y año en el que Sebastián Pérez, que hasta entonces hablaba del partido como su familia, proclamó públicamente: "El PP vendió a Granada. Fue un cambio de monedas por Málaga y Murcia". Y se desahogó durante diez minutos y cuarenta y dos segundos, el tiempo que duraron sus declaraciones, como él mismo ha recordado posteriormente para reafirmarse en lo dicho.

Las direcciones regional y nacional del PP pasaron muy pronto página, con pocas explicaciones, y el partido encomendó temporalmente el timón provincial a Pablo García,a la espera de que sea Marifrán Carazo quien desembarque en la presidencia. Un proceso en el que, como ocurrió en otra etapa, habrá que mirar de reojo a César Díaz. Ya lo intentó sin éxito y tras su repesca, precisamente por Sebastián Pérez -que no ha ocultado sentirse traicionado-, es la voz 'popular' que más suena junto a la de la consejera. 

La crisis interna de Ciudadanos

Luis Salvador y Manuel Olivares, en una reunión telemática durante el estado de alarma. ayto.granada

Las aguas de Ciudadanos pocas veces han estado en calma en Granada, que ya pareció nacer con dos 'familias políticas', la de Salvador y la próxima al vicepresidente de la Junta, Juan Marín. Y las elecciones municipales del pasado año terminaron por distanciar a Manuel Olivares de Salvador. Porque hasta que Salvador hizo valer sus galones en el partido, era Olivares el llamado a defender la candidatura a la Alcaldía tras su etapa como portavoz municipal. 

Y ahí comenzó a larvarse otra de las crisis que han aflorado durante el último año. Como en el seno del PP, aireada en público. Estalló contra el alcalde por dejarlo en evidencia ante la oposición a cuenta de la renuncia al millonario plan de empleo con dinero de Europa. Olivares se sintió desautorizado por Salvador cuando éste anunció que daba marcha atrás como pedía la oposición. Amenazó con marcharse -sólo del área de Empleo, precisó después- y encontró al mejor aliado: Sebastián Pérez. 

Al plan de empleo se renunció y quedó en evidencia una fractura interna en un momento delicado para el partido naranja, tras la dimisión del que fue su líder, Albert Rivera, por el fracaso en las elecciones generales. Y con un tercero en discordia, Fran Hervías, que tras quedar descolgado del Congreso de los Diputados, ha encontrado ahora acomodo como senador por la Comunidad Autónoma.

Demasiados frentes para encomendarse a la capitalidad cultural, y el freno en seco provocado por la pandemia

Este contexto la gestión municipal a duras penas se abría paso hasta que la pandemia frenó en seco cualquier intento. 

Hasta marzo, el alcalde se había encomendado a la capitalidad cultural, con reuniones semanales para elaborar un plan estratégico. Pero ni el formato ni el contenido logró dar brillo a ese objetivo.

Mientras tanto, el presupuesto -prorrogado desde 2015- tampoco terminaba de salir. En el camino para lograrlo, la revisión del plan de ajuste y con ello, la subida del IBI de la que habían abominado cuando PP y Cs estaban en la oposición. De la gestión económica los dos partidos resaltan, para resarcirse, que han reducido el periodo medio de pago a proveedores.

Con el estado de alarma, la gestión municipal de nuevo se ha visto comprometida. Cualquier borrador de presupuesto no tiene validez con la grave crisis económica que enfrentamos. La crisis social ha dejado además en evidencia la respuesta municipal y ha obligado a reaccionar y reforzarla tras las críticas generalizadas por insuficiente.

De negar tres veces a Vox, a reivindicarlo como socio preferente

Vox ha pasado de ser el aliado incómodo de Ciudadanos a su 'socio preferente' para sacar adelante el presupuesto. De esquivar preguntas o responder con enfado sobre el acuerdo con la ultraderecha, Salvador pasó a ofrecerle la presidencia de comisiones municipales. Lo hizo con la de la televisión municipal y posteriormente con la ya mencionada de Contratación. Fuese o no de fondo la razón de la salida de Sebastián Pérez, sí que fue el detonante. Por sorpresa, Vox ha renunciado ahora a presidirla.

Su estrategia, sabedor de que la 'llave del gobierno' es suya, pasa por acaparar la atención de los medios periódicamente. Lo hizo cuando sugería que estaba dispuesto a apoyar una moción de censura junto a los grupos de izquierda que es inviable; o en el último pleno, hablando de la necesidad de afrontar la grave crisis ahora provocada por la pandemia del coronavirus con un partido en la Alcaldía "con tradición", no el del alcalde. El mismo alcalde al que periódicamente critica pero que lo es por los tres votos de los concejales de Vox.

De momento no se ha plasmado en medidas que lleguen a la ciudadanía, y sigue rentabilizando en la calle el tirón del partido en España al ganar espacio político al PP y forzarle a extremar su discurso.

Parco en su defensa de las instituciones. El cambio en el modelo de gestión del Parque de las Ciencias, un emblema de la capital granadina que ha pasado a ser gestionado desde Sevilla, fue una prueba de fuego para el equipo de gobierno. Al frente del Consorcio está la Consejería de Educación y Deporte, en manos de Ciudadanos. Y el alcalde optó por negar la pérdida de autonomía que defendió la ciudadanía abrazando al museo -incluidos concejales de PP y Vox-. Tampoco Ciudadanos batalló con el PP en la Junta -que dirige la Consejería de Hacienda- para cuestionar la medida. 

Al Gobierno andaluz, al que imita en su fórmula el municipal de Granada, se le presenta como aliado. Es el principal logro que esgrime Luis Salvador.

La difícil tarea en la oposición del PSOE, que quiere ser 'gobierno en la sombra'

Cuenca, con siete de los concejalesde su grupo. psoe 

Las elecciones municipales del pasado año trajeron la primera victoria socialista en la capital tras atravesar el desierto. El PSOE se quedó a las puertas de lograr, mediante pacto, el gobierno de la ciudad. No hubo suma a la izquierda, sus meritorios 10 concejales y los tres de la confluencia no fueron suficientes. De la miel de la victoria se pasó demasiado rápido a un periodo para encajar el golpe. Tras las elecciones del 26 de mayo, los socialistas no estuvieron en ningún momento en disposición de conseguir la Alcaldía. Ciudadanos puso al PSOE la línea roja que no trazó con la ultraderecha. 

Difícil tarea la del grupo mayoritario de la corporación, que debe ejercer la oposición y liderarla, y ha elegido para ello un perfil con el que trata que se le identifique como gobierno en la sombra, con Francisco Cuenca al frente. Un perfil moderado, podría resumirse.

Para ello impulsó lo que denominó un pacto social con un calendario de reuniones con instituciones, agentes sociales y colectivos. Su objetivo, contraponer su 'acción' con la 'parálisis' que atribuye al gobierno bipartito. 

Plasmado todo ello ahora en un plan para la 'reconstrucción' de Granada.

Una confluencia que aspira a contener las políticas de derechas

Antonio Cambril, Elisa Cabrerizo y Francisco Puentedura. podemos-iu

En la bancada de la izquierda el otro grupo, el de Podemos-IU, con Antonio Cambril como portavoz, aspira a contener las políticas del bipartito. Lo hace con nuevas voces, la del propio Cambril y Elisa Cabrerizo, junto a Francisco Puentedura, que aporta la experiencia de los años como edil de IU.  

La confluencia afronta el reto de hacerlo con una de sus formaciones, Podemos, desdibujada en la capital y en transformación en Andalucía. 

Con la crisis sin precedentes provocada por la pandemia, ha logrado que el Ayuntamiento haga suyo la idea de un pacto por Granada. 

Queda también por reforzar el entendimiento entre PSOE y confluencia. 

Al cumplirse un año desde las elecciones municipales, todos los grupos afrontan un nuevo examen. Esta vez no es en las urnas. Deben demostrar que serán capaces de anteponer los intereses generales a los partidistas. El trabajo para darle forma a ese pacto por Granada ya está en marcha.