'No todo se puede comprar ni alquilar'

En España es ilegal el alquiler de vientres. A partir del 1 de mayo de 2025 tampoco podrán ser inscritos en el Registro Civil bebés más que por vínculo biológico o por adopción.
En la ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción humana asistida se establecía que la nulidad de cualquier acuerdo o contrato “por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncie a la filiación materna a favor del contratante o de un tercero”, lo que debía impedir cualquier acuerdo, incluso cuando se presentaba bajo forma de altruismo. La madre gestante es siempre y en todo momento la madre legal del bebé.
Entre ese año y 2021 constaban en nuestro país más de 3.200 criaturas nacidas bajo este régimen. En el Registro Civil, solo en 2024, se han registrado 154
Apenas cuatro años después, en 2010, se dicta una discutible instrucción por la que se intentaba salvaguardar el interés superior del menor, regulando algunos requisitos para la inscripción, como por ejemplo la presentación de una resolución judicial extranjera debidamente validada. Entre ese año y 2021 constaban en nuestro país más de 3.200 criaturas nacidas bajo este régimen. En el Registro Civil, solo en 2024, se han registrado 154. Para conseguir un bebé por este método solo es necesario tener la voluntad, una saneada cuenta corriente y acudir a cualquiera de los países en los que es legal pagarle a una mujer por tener un hijo para otras personas, sea EEUU, Ucrania o Canadá. Tampoco es tan extraño: en nuestro Código Penal no hay ningún artículo referido a este tema.
A la sombra de ese vacío legal existe todo un entramado económico, como no podía ser de otra manera, el de agencias que trabajan para legalizar esta práctica y que viven de quienes consideran que tener un hijo o una hija es algo así como un derecho humano y no sólo un deseo.
Pero a partir del 1 de mayo, con la publicación en el BOE de la nueva instrucción que adapta la legislación a una previa sentencia del Tribunal Supremo, se actualiza el régimen registral de la filiación de los nacimientos mediante gestación subrogada, quedarán sin efecto las instrucciones de 2010 y 2019, las que establecían las condiciones para la inscripción directa de los menores en los Consulados. También se establece que el Registro Civil no admitirá “en ningún caso” como título para la inscripción del nacimiento y la filiación de nacidos mediante gestación subrogada, una certificación registral extranjera, la simple declaración acompañada de certificación médica relativa al nacimiento del menor, ni una sentencia firme de las autoridades judiciales del país correspondiente.
A partir de la publicación en el BOE de la Instrucción de 28 de abril de 2025, de la Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, sobre actualización del régimen registral de la filiación de los nacimientos mediante gestación por sustitución nuestro país es, de forma más clara, un país que vela por los derechos de las mujeres y contra cualquier forma de violencia hacia ellas.
Vuelve a ser actual la campaña que, en junio de 2005, lanzaron un grupo de intelectuales y filósofas feministas bajo el lema “No somos vasijas”
Vuelve a ser actual la campaña que, en junio de 2005, lanzaron un grupo de intelectuales y filósofas feministas bajo el lema “No somos vasijas”. En su manifiesto expresaban un rechazo firme a la maternidad subrogada, argumentando que esta práctica vulnera los derechos de las mujeres y de los menores, y convierte sus cuerpos en objetos de comercio. Las firmantes alertaban entonces a los gobiernos y partidos políticos contra campañas mediáticas favorables a su regulación, defendiendo que el deseo de ser madre o padre no justifica la explotación reproductiva. También denunciaban que la subrogación priva a las mujeres gestantes de su autonomía, implica formas modernas de control sexual y violencia obstétrica, y fomenta la mercantilización del cuerpo femenino, incluso bajo el pretexto del altruismo.
Han pasado 10 años y lo que en aquel momento parecía apenas una entelequia, se ha convertido en un lucrativo negocio, otra vez asentado sobre el cuerpo de las mujeres, sobre la vulneración de sus derechos más elementales.
La publicación en el BOE de esta instrucción es un paso decidido en la buena dirección, pero otra vez es necesario acabar este escrito con una de mis frases más recurrentes: sigue haciendo falta mucho feminismo. Mucho más.