La petición del PP de la Alcaldía de Granada sitúa a Marín en la encrucijada: ¿sacrificar a Salvador o abrir una brecha en la Junta, que no le conviene?
El apoyo del PP andaluz al relevo en la Alcaldía de Granada supone la mayor brecha entre los dos socios del Gobierno andaluz, tras reiterar hasta el momento, tanto Juan Manuel Moreno como Juan Marín, que no hay cambio previsto en esta capital y superar todas las crisis entre los dos partidos de derechas, por el pacto en Andalucía. Pero, ¿está dispuesto Juan Marín a batallar la Alcaldía a costa de abrir una crisis en la Junta?
Qué prefiere Juan Marín: ¿sacrificar a Luis Salvador, el alcalde de la ciudad más importante que gobierna su partido en España, o tensar hasta el extremo la cuerda con el PP, lo que puede propiciar el adelanto electoral en Andalucía y jugarse la desaparición de Ciudadanos?
La respuesta a esta cuestión es la clave de que prospere la alternancia en el gobierno municipal de Granada, que cuando se aproxima la mitad del mandato, impulsa el PP de Granada, con el absoluto apoyo del PP andaluz, como lo demostró este viernes la secretaria general del PP-A, Loles López.
Y ese apoyo parte inexcusablemente del presidente del PP de Andalucía y presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, quien, como Juan Marín, ha negado hasta el hartazgo el posible relevo en la Alcaldía de Granada, en manos de un Luis Salvador, aislado desde el primer día, al que tan solo en el grupo municipal le apoya su concejal José Antonio Huertas, ante los continuos desplantes de Manuel Olivares, que llama a la puerta del PP, y el irrelevante papel de Lucía Garrido, apartada por el hasta ahora regidor.
El alcalde, en el pleno de este viernes, en una imagen con los portavoces de PP, Cs y Vox. j.algarra
La debilidad del gobierno municipal, que apenas sustenta el PP, más que nada porque son más, -ahora 6 concejales frente a 4-, es tan evidente que hace pocas semanas en la inauguración de la nueva (y necesaria) sala de prensa del Ayuntamiento, entre los periodistas el comentario más destacado y coincidente era que, al menos, esa sala -que hasta el alcalde inauguró con el descorrimiento de una cortinilla- sería el único legado de este gobierno.
A diferencia de lo que ha ocurrido en el bipartito del gobierno municipal de la capital granadina, en el otro bipartito, el del Gobierno andaluz, con los mismos partidos protagonistas, PP y Ciudadanos, ha sabido sortear todos los escollos
A diferencia de lo que ha ocurrido en el bipartito del gobierno municipal de la capital granadina, en el otro bipartito, el del Gobierno andaluz, con los mismos partidos protagonistas, PP y Ciudadanos, ha sabido sortear todos los escollos. Desde la renuncia de Ciudadanos a aparecer con la ultraderecha, la auténtica muleta del bipartito autonómico, como lo ha demostrado cuando esta semana le retiró el apoyo, hasta la crisis propiciada en Murcia.
Entonces, Moreno y Marín sellaron un pacto de no agresión, todo hay que decirlo, gracias a la generosidad del PP andaluz, puesto que como se ha visto en Madrid, Ciudadanos es un partido que se descompone, y no es difícil de imaginar que pueden acabar en la irrelevancia, también en Andalucía.
A estas alturas, Juan Marín, quien dice que con Juan Manuel Moreno no habla de partido, sino de gobierno, ya sabe los planes de su presidente: el relevo en la Alcaldía de Granada, a pesar de que hace menos de un mes en Granada reiteró, ante su vicepresidente, que no vislumbraba en el horizonte "ningún tipo de cambio” en la Alcaldía de Granada.
Marín salió al paso esta semana para decir lo mismo de siempre: que no hay cambio y que hay un pacto suscrito, aunque el cambalache lo sellara con Teodoro García Egea, el secretario general del PP, Fran Hervías, entonces, secretario de Organización de Cs, y ahora en la fontanería del PP.
Pero no hay vuelta atrás. Y a Marín no le conviene abrir una crisis en el bipartito de la Junta, con lo cómodo que está él y los suyos -y todos sus cargos en las ocho provincias andaluzas- y provocar un adelanto electoral en Andalucía, al que están abocados al abismo.
El PP ha jugado sus fichas, una vez que la dirección nacional se ha desentendido del bochornoso cambio que le dio la Alcaldía de Granada a Cs a cambio de Murcia, tras el golpe dado por los populares en la Región, para evitar una moción de censura del PSOE con Cs
El PP ha jugado sus fichas, una vez que la dirección nacional se ha desentendido del bochornoso cambio que le dio la Alcaldía de Granada a Cs a cambio de Murcia, tras el golpe dado por los populares en la Región, para evitar una moción de censura del PSOE con Cs.
Aunque el PP de Granada y el andaluz traten de cambiar la historia y aludan al rechazo de la ultraderecha en apoyar a Sebastián Pérez como alcalde, tras las elecciones, para reclamarla ahora que se ha ido del partido, sin dejar el acta y pasar al Grupo Mixto.
Otra cosa es cómo convencer a Sebastián Pérez, necesario para que prospere el relevo para que sea alcalde Luis González, quien le debe al expresidente provincial su meteórica carrera política -como vicepresidente primero de CajaGranada, senador y número dos en la lista municipal-.
Pero Marín bastante tiene con convencer a Luis Salvador, enemigos íntimos, que de Sebastián Pérez se encargará el PP de Granada, que ya ha dicho basta de formar parte de un gobierno errático, sin pulso, gris.
Luis Salvador, hábil negociante, como ha demostrado sobradamente en sus etapas en el PSOE y Cs, puede guardar una bala en la recámara para acceder finalmente a dejar la Alcaldía. Un puesto en las futuras listas en el Congreso, en el que puede ser su tercer partido.
Como dijo el secretario general del PP de Granada, Jorge Saavedra, este jueves cuando anunció la ronda de contactos -que incluye a Sebastián Pérez- para relevar a Luis Salvador, para referirse a los plazos, la política es “tan volátil, tan líquida, que todo puede cambiar” en un minuto, como lo ha dejado claro Moreno, tras el golpe inesperado que le ha dado a su socio, Marín.
Más información: