'Sembrando el odio con nuestros impuestos'

El pasado jueves 25, Gustavo de Castro, diputado provincial de VOX, faltó a su obligación de asistir y participar en el Pleno de la Diputación. Obligación por la que cobra más 61.129 euros anuales. Una cantidad como para no deber permitirse el absentismo laboral injustificado.
El salario que todos los granadinos y granadinas pagamos a don Gustavo, es, entre otras cosas, para que represente a su opción política en los debates y votaciones sobre temas tan importantes como la capitalidad cultural de Granada, el convenio colectivo del personal laboral y la bolsa de trabajo de la Diputación, las inversiones en instalaciones deportivas, la situación del INFOCA y la ayuda a domicilio o las inversiones en el aeropuerto de Granada. Estos temas, entre otros, se trataban en ese último pleno en el que el Sr. de Castro decidió hacer rabona, pese a seguir cobrando por un trabajo que no hizo.
Ha andado muy ocupado estos días don Gustavo en intentar, sin éxito por cierto, sembrar el odio y el enfrentamiento social en el barrio de Casería de Montijo de Granada
Ha andado muy ocupado estos días don Gustavo en intentar, sin éxito por cierto, sembrar el odio y el enfrentamiento social en el barrio de Casería de Montijo de Granada. Cuando los señores de VOX se han enterado de que en el marco de las fiestas del barrio, se había programado una velada cultural, organizada por la asociación de amigos de Marruecos, han creído ver una oportunidad para hacer su “campañita”. Un día entero pasaron por un barrio que ni entienden ni conocen, intentando encontrar alguien que se hiciera eco de su repugnante discurso islamófobo. No lo consiguieron. De la negativa directa al silencio cortés, es lo más que han obtenido. Casería sabe muy bien lo que es la verdadera convivencia. Es un barrio con muchos problemas, sí: de paro, de vivienda, de falta de limpieza municipal, de acceso a la sanidad… pero se ve que no son estos los problemas que interesan a VOX.
Conozco bien ese barrio, pues ha sido el mío durante más de 30 años. Los niños van juntos al cole y juegan al futbol juntos sin importar su origen, mientras los adultos compran o se pelan en los mismos comercios y sufren juntos los apretones en el 8 o el 5. Desconocen los de VOX que allí los vecinos saben que si se recuperó la vitalidad de la asociación de madres y padres del colegio fue gracias a las madres marroquíes o que cuando un bloque dice de arreglar los jardines, no es raro que los marroquíes sean los primeros en bajar y hacerse los campeones del azadón. También, que compartimos las fiestas desde hace décadas.
No existe conflicto cultural en Casería, aunque los de VOX intenten crearlo
No existe conflicto cultural en Casería, aunque los de VOX intenten crearlo. Recuerdo incluso una situación surrealista en la que un grupo abrió el debate en el colegio público, reclamando, desde el punto de vista de la defensa del laicismo, que se prohibiera que profesores disfrazados de reyes magos pasaran por las clases el día 22 de diciembre… ¡Y fueron los padres y madres marroquíes, entre otros, quienes defendieron que siguieran pasando porque era una bonita tradición española!
Ante su rotundo fracaso, se grabó don Gustavo un vídeo hablando de invasión cultural, islamización y no sé cuántas barbaridades más. Ilustra el video con unas imágenes grabadas mientras asistía en absoluta soledad a la fiesta, porque ningún vecino se le quiso arrimar. Unos planos sacados de contexto en los que no se muestra el ambiente de baile y encuentro festivo que disfrutó todo el vecindario sin importar su origen. Quien quiera, puede verlas en Facebook o Instagram en el perfil de la asociación Play Norte, que ha hecho un precioso reportaje de esa noche.
El video de VOX es un bulo. Un montaje
El video de VOX es un bulo. Un montaje. Habla de un problema que no existe, lo ilustra con unas imágenes que distorsionan la realidad y sustituye con sonidos de llamada a la oración la música de fiesta que había en el encuentro… cualquiera que lo vea, creerá que se está convirtiendo en un gueto islámico un barrio que es un ejemplo de convivencia. El conjunto es una gran mentira. Una mentira dirigida a dividir y enfrentar a la sociedad española.
Y todo esto, recuérdenlo, pagado con nuestros impuestos. No estaría de más que don Gustavo pidiera perdón y de paso devolviera el sueldo de este mes, que no se ha ganado.