Debate interminable y a veces apasionado (que seguramente, no apasionante), el de las infraestructuras, y más en campaña electoral. Cierto que la existencia de las mismas es necesaria, su ejecución beneficiosa para la colectividad y su puesta en marcha, un motor de desarrollo económico para el territorio donde se sitúan. Las infraestructuras, sean viarias, ferroviarias, aeroportuarias, hidraúlicas, culturales, deportivas, sanitarias, educativas, etc. son fuente general de riqueza, empleo y bienestar. Es indudable.

Demasiadas opciones de “izquierdas” se están fraguando o se han fraguado en nuestro país, últimamente, seguramente fruto de la complejidad de la sociedad global y de las dificultades de ofrecer una

No sólo el maltrecho y ajado corazón de Joaquín Sabina está cerrado por derribo.

Tengo buena memoria, y pese a ello ya ni recuerdo la última vez que pisé los estudios de TG7.