'Apaga la luz'

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 4 de Junio de 2021
IndeGranada

Esto es lo que ocurre con la liberalización de un sector esencial para la población: que se encarece tanto como sus directivos decidan para acumular más ganancias. La subida constante de la luz pone en serio riesgo la salud de miles sino millones de españoles que se ven obligados a considerar la electricidad como un lujo más que como una necesidad, pero este riesgo no será combatido por gobiernos ni por las autoridades porque lo están consintiendo.

Nos cuentan que ese incremento es debido al aumento del precio del gas, de los peajes y otros motivos, pero sinceramente a los consumidores creo que nos da igual porque ni siquiera entendemos la factura, solo asistimos atónitos a que después de tres meses seguidos de subidas estamos pagando 82,13 euros de media, 26 más que hace un año.

En mayo de este año hemos llegado a pagar 67,12 euros por el megavatio hora, un 3,12% más que en abril, un 70% más que la media de lo que hemos pagado en este mes en los últimos cinco años. Es decir, se ha alcanzado nada menos que la cifra más alta de mayo desde que existen los registros. Nos cuentan que ese incremento es debido al aumento del precio del gas, de los peajes y otros motivos, pero sinceramente a los consumidores creo que nos da igual porque ni siquiera entendemos la factura, solo asistimos atónitos a que después de tres meses seguidos de subidas estamos pagando 82,13 euros de media, 26 más que hace un año.

 Desvalido se siente uno cuando conoce que el precio de la electricidad en España está por encima del de países como Finlandia o Dinamarca, de donde envidiamos unos sueldos muy superiores a los nuestros, y eso sin contar los impuestos, porque el gran caballo de batalla es que aquí pagamos un 21% de IVA, además del Impuesto Especial sobre la Electricidad, que incrementa la factura en un 5,11%, mientras que en países como Irlanda pagan el 13% y en Italia, el 10%.

Aunque el paro haya bajado en mayo, seguimos en cifras impresionantes que nos colocan en una extrema vulnerabilidad, sobre todo sin saber lo que sucederá durante este verano y con la certeza de que no recuperaremos las cifras de ingresos en turismo de los años anteriores a la pandemia. Por eso mismo, es todavía más triste que nuestra factura de la luz se haya convertido en una cantidad similar a una hipoteca que hay que sumar a la que religiosamente nos vemos obligados a abonar mensualmente.

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) y Facua han denunciado lo que suponen un castigo al pequeño consumidor y, en especial, a los hogares más vulnerables y han advertido de que utilizando el argumento de los cambios en la parte regulada de la factura aprobada por el Gobierno se están aplicando en el mercado libre abultadas subidas.

El hecho es que uno se siente desamparado, sin nadie que le defienda, cuando ve que la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, desvía el tema al ser preguntada e incide en el daño que está causando el machismo cuando alude a que «el temazo no es a qué hora se pone la lavadora sino quién la pone y quién plancha».

El hecho es que uno se siente desamparado, sin nadie que le defienda, cuando ve que la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, desvía el tema al ser preguntada e incide en el daño que está causando el machismo cuando alude a que «el temazo no es a qué hora se pone la lavadora sino quién la pone y quién plancha». En mi casa la ponemos o mi marido o yo, ambos hombres, pero estoy completamente de acuerdo con que hay que cambiar las costumbres, la educación y la cultura para que los varones nos coloquemos al nivel de las mujeres en las tareas del hogar; eso sí, una cosa no quita la otra. Me recuerda a lo que hago yo con mi hija de tres años cuando tiene una rabieta porque quiere una chuche: «No llores, mira allí, qué bonito el pajarito, cómo vuela, ¿ves?». A veces cuela, deja de llorar y se ríe viendo los colores o canturreos del ave, pero otras, no. Sin embargo, creo que los españoles somos adultos y no es de recibo que nos traten como a bebés ofreciendo explicaciones incompletas o difusas para que nos centremos en otro tema, por muy importante que este sea.

Es lógico porque desde que el Gobierno de Aznar en 1997 liberalizó el sector se han producido continuas subidas, con otros gobiernos, que han permitido que nuestros mayores se hayan muerto literalmente de frío o se hayan visto obligados a abrigarse en invierno con mantas, gorros de lana y guantes en casa para no encender el calefactor, por miedo a una factura que no pudieran costear. Miles de abuelos con pensiones ridículas, después de habernos dedicado decenas de años de su trabajo, tienen que buscar alternativas porque los bonos sociales no son suficientes para reducir sus gastos y seguir comiendo y viviendo.

Lástima que un gobierno de izquierdas se comporte exactamente como otro de derechas, pues parece que al final no es cuestión de ideología política sino de entes superior a ellos que son los que manejan los hilos y obligan al partido de turno que esté en el poder a hacer aquello que se espera de su gestión sin tener en cuenta lo que la población general necesita

Recuerdo cómo en el programa de Jordi Évole hace unos años, un directivo de las eléctricas recordaba que su función era ganar dinero porque se trataba de una empresa privada e incluso comparaba la compañía con la producción de latas de sardinas. Y eso da la medida exacta de lo que sienten esos altos directivos: el objetivo es ganar el máximo dinero al menor coste, al margen del número de vidas humanas que haya que sacrificar para eso. Es comprensible que las empresas busquen dividendos, pero es que en el caso de la luz estamos hablando de un bien de primera necesidad que no se pueden permitir la mitad de los españoles y que por eso consumen con extrema cautela.

Lástima que un gobierno de izquierdas se comporte exactamente como otro de derechas, pues parece que al final no es cuestión de ideología política sino de entes superior a ellos que son los que manejan los hilos y obligan al partido de turno que esté en el poder a hacer aquello que se espera de su gestión sin tener en cuenta lo que la población general necesita. Después de su paso por el poder, ya le alcanzarán los beneficios personales.

Y aquellos que tanto gritaban contra Rajoy cuando veían el incremento desorbitado de la tarifa eléctrica, ahora callan y nos invitan a girar la cabeza para que nos olvidemos de que están haciendo exactamente lo mismo.

Mientras tanto, nos entretienen con protestas que en las que está bien participar, pero que no tendrán ningún resultado más que el de la pataleta, como la convocatoria de bajar los contadores de la luz el próximo 7 de junio, lunes, de diez a diez y cuarto de la mañana. Lo dicho, uno se siente más desprotegido que nunca por nuestros gobernantes, sean del color político que sean.

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).