Campaña Inagra contenedor marrón.

El arte como medicina

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 10 de Abril de 2020
Uno de los conciertos virtuales de la OCG durante el confinamiento.
Prensa OCG
Uno de los conciertos virtuales de la OCG durante el confinamiento.

Hay un tipo de personas que desde siempre han puesto el foco en la diferencia entre unas clases y otras, exclusivamente en función de su riqueza o posición social heredada de su propia familia. Nunca he estado de acuerdo con ellos, obviamente, porque me han parecido herederos de dictaduras de otros tiempos que buscan separar en vez de unir; no obstante, me ha dolido siempre más escuchar cómo los abanderados de las libertades, en teoría más afines a mi ideología, distinguen entre unas personas u otras atendiendo a sus profesiones. Si los primeros consideran a reyes, grandes empresarios o futbolistas como la élite de la sociedad, los segundos creen que son los médicos, arquitectos, investigadores o ingenieros. Y de hecho, se enfadan porque estos últimos profesionales carezcan de la consideración social de los ricos o nobles cuando su papel en este mundo, según ellos, es mucho más esencial.

Yo, que siempre he creído que todas las personas somos iguales trabajemos donde trabajemos, desarrollemos la función que desarrollemos o hayamos nacido en la familia que hayamos nacido, veo que al final estos dos grupos de personas se parecen más entre sí que a mí mismo

Yo, que siempre he creído que todas las personas somos iguales trabajemos donde trabajemos, desarrollemos la función que desarrollemos o hayamos nacido en la familia que hayamos nacido, veo que al final estos dos grupos de personas se parecen más entre sí que a mí mismo.

Porque, vamos a ver… ¿Quién es esencial? Seguramente dependerá del momento histórico que vivamos, del lugar o de las necesidades que existan. Por ejemplo, durante el boom inmobiliario, los constructores estaban a la cabeza de nuestras necesidades, pero ahora mismo todos sabemos que los sanitarios son fundamentales para salir adelante: ellos tienen las pautas, las soluciones y los utensilios de los que los demás carecemos. Y no son los únicos: todos aquellos que nos surten de alimentos, empezando por los denostados agricultores que hace unos meses se tiraron a la calle para pedir un poco de comprensión y que los beneficios se repartan más equitativamente con respecto a distribuidores y mediadores, son primordiales. No es que los fontaneros, los carpinteros, los albañiles, los arquitectos o los ingenieros no sean importantes, se trata de que en este momento las funciones que desarrollan han quedado relegadas a un segundo plano.

¿Qué sería ahora de nosotros sin la cultura? La música que nos relaja cuando estamos demasiado agobiados, las películas que nos hacen reír  o llorar o en cualquier caso evadirnos de un mundo que ahora se muestra confuso y oscuro, los libros que nos trasladan a mundos mágicos o irreales y nos enseñan nuevas ideas, la distracción que nos produce pintar un cuadro o aporrear un tambor…

¿Y qué me dicen de la cultura? El hecho de pasarnos tantas horas encerrados en nuestra casa nos obliga a encontrar ocupaciones que nos distraigan. ¿Qué sería ahora de nosotros sin la cultura? La música que nos relaja cuando estamos demasiado agobiados, las películas que nos hacen reír  o llorar o en cualquier caso evadirnos de un mundo que ahora se muestra confuso y oscuro, los libros que nos trasladan a mundos mágicos o irreales y nos enseñan nuevas ideas, la distracción que nos produce pintar un cuadro o aporrear un tambor…

He escuchado tantas veces eso de «Niño, dedícate a algo útil, que el arte no sirve para nada y no da dinero», que ahora de pronto veo cómo esa frase se convierte en la falsedad más injusta de la historia, porque gracias al arte todos nosotros podemos vivir mejor, nuestras emociones se gestionan con más alegría, nuestros días se llenan de mayor riqueza, pese a todos aquellos que siempre han injuriado la cultura especialmente cuando se trataba de la propia.

Permítanme que hoy considere que los artistas se han convertido en seres esenciales, que pintar un cuadro, tocar el piano o escribir una poesía son actividades que dan sentido a esta nueva vida de encierro obligado.

¿Por qué es tan importante la cultura? Porque todas las ideas brillantes han nacido de mentes libres, en paz e ilimitadas y el arte es una ayuda sin igual para acceder a este estado. ¿Cuántas veces una película, un espectáculo, un libro o una canción determinada nos ha cambiado nuestro estado de ánimo? Y que nadie lo dude, cuando uno está feliz es cuando surgen las ideas más inspiradas, no cuando está amargado

¿Por qué es tan importante la cultura? Porque todas las ideas brillantes han nacido de mentes libres, en paz e ilimitadas y el arte es una ayuda sin igual para acceder a este estado. ¿Cuántas veces una película, un espectáculo, un libro o una canción determinada nos ha cambiado nuestro estado de ánimo? Y que nadie lo dude, cuando uno está feliz es cuando surgen las ideas más inspiradas, no cuando está amargado.

Y me encantaría poder trasladárselo a todos esos políticos y materialistas que siempre han valorado más aquello que se puede traducir en dinero, lo que se supone que genera riqueza. Esos son lo que, antes de esta crisis, criticaban al cine español porque no ganaba dinero o gritaban contra las subvenciones a la cultura porque creían que solo servían para que unos cuantos vivieran de ellas sin dar un palo al agua. Porque para ellos, dedicarse al arte estaba destinado a vagos que no estaban dispuestos a trabajar en algo que generara riqueza de inmediato. Y soy consciente de que muchas personas siguen pensando igual, siguen creyendo que el arte no sirve para nada, aunque después se encierren en su despacho a escuchar su música preferida o se entretengan con sus amigos cantando en el karaoke.

Así que, en este encierro por el Covid-19, además de poner en valor a médicos, enfermeros, sanitarios, cuidadores, limpiadores, dependientes, fuerzas policiales y voluntarios, entre otros, quiero resaltar, una vez más, la importancia de la cultura y mi agradecimiento a todos aquellos que se dedican a hacer arte porque son unos maestros en ayudar a que nuestra vida sea un poquito mejor, especialmente en estos momentos.

 

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).