'Para billy woods, no hay mayor cuento de terror que el racismo'

Como anticipé hace unas semanas al hablar del disco de MIKE, la llegada de un nuevo disco de billy woods es todo un acontecimiento entre los aficionados al hip hop alternativo. El rapero zimbabuense-estadounidense lleva unos años recogiendo los frutos de su incansable trabajo de más de dos décadas, como artista en solitario, con su compañero ELUCID en Armand Hammer y como director del sello discográfico Backwoodz Studioz. Desde que su excelente Aethiopes (2022) recibiera por fin la atención que merecía, woods ha encadenado una serie de exitosos lanzamientos, siendo el más importante de ellos Maps (2023), junto a Kenny Segal, universalmente aplaudido como uno de los álbumes más importantes de aquel año. Como para asimilar todo ello, 2024 fue su año más tranquilo en mucho tiempo: por primera vez desde 2016 no lanzó ningún LP. Esta (relativa) escasez de material no hizo sino aumentar la expectación. Ya se echaban de menos sus letras, tan analíticas y políticas como poéticas y evocadoras; sus flows constantes e idiosincráticos; su humor negro, ácido y seco; su increíble capacidad para convertir la base más extraña en un lienzo para su arte.
El álbum se articula en torno a la figura del golliwog, un muñeco creado por la historietista Florence Kate Upton y basado en las caricaturas de los afroestadounidenses propias de los minstrel shows
Lo más impresionante es que, aun con esas expectativas tan altas, GOLLIWOG me ha dejado alucinado. Me atrevería a decir que es su mejor disco: tan potente conceptualmente como Aethiopes, tan sólido de canción a canción como Hiding Places (2019), pero aún más hipnótico que cualquiera de ellos. El álbum se articula en torno a la figura del golliwog, un muñeco creado por la historietista Florence Kate Upton y basado en las caricaturas de los afroestadounidenses propias de los minstrel shows. Si bien la autora lo concebía como un personaje afable y excéntrico, las obvias raíces racistas del mismo lo acabaron convirtiendo en una de las representaciones visuales más emblemáticas y perturbadoras del racismo contra los negros en el mundo anglosajón. Su sonrisa bobalicona, exagerada, lo convierte en el protagonista ideal para las pesadillas de cualquiera que haya sufrido los prejuicios y proyecciones que llevaron a su creación. Y eso es precisamente GOLLIWOG: una pesadilla auditiva de casi una hora de duración, tan absorbente y estremecedora que es fácil olvidar que solo estás escuchando un disco.
Lo único que sabemos, gracias a las rimas de woods sobre la colonización de África, es que este espacio está atravesado por la violencia, el miedo, la miseria; pero no en su forma pura, directa, sino deformadas de manera grotesca, como en uno de esos espejos de feria
De hecho, el tracklist parece configurado para reforzar esa sensación. “Jumpscare”, la primera canción, no es un inicio muy ortodoxo: ruidos extraños, como magnéticos, nos dan la bienvenida, y una melodía de caja de música se entrelaza con ellos hasta construir una base inestable e inquietante. Al cabo de un minuto, el zumbido de unas moscas y unos samples en francés inician una transición que lleva a una base totalmente diferente, con una percusión muy sencilla, una línea de bajo de apenas dos notas y una alarma que pone los pelos de punta. La canción termina y aún no nos ha dado tiempo a hacernos una composición de lugar. Lo único que sabemos, gracias a las rimas de woods sobre la colonización de África, es que este espacio está atravesado por la violencia, el miedo, la miseria; pero no en su forma pura, directa, sino deformadas de manera grotesca, como en uno de esos espejos de feria.
Desde aquí, se sucede un corte detrás de otro, siendo varios de ellos apenas bocetos de canción: bases igual de desconcertantes y siniestras que esta aparecen y desaparecen sin ceremonias, aunque dejando como huella un profundo y pegajoso desasosiego
Desde aquí, se sucede un corte detrás de otro, siendo varios de ellos apenas bocetos de canción: bases igual de desconcertantes y siniestras que esta aparecen y desaparecen sin ceremonias, aunque dejando como huella un profundo y pegajoso desasosiego. woods no pretende darles una forma reconocible, sino que se limita a escupir barras sin componer estribillos, sin introducir ganchos. Temas como “STAR87”, “Counterclockwise”, “Pitchforks & Halos”, “All These Worlds Are Yours”, “Golgotha”, “Cold Sweat” o la final, monumental “Dislocated”, consiguen justamente dejar esa sensación de estar fuera de lugar, desorientado y desdibujado, de la que habla el último corte. La sensación que, según explica brillantemente woods en “Maquiladoras”, en diálogo con nada menos que Frantz Fanon, deja la colonización en las mentes de los colonizados: la de estar amputados, la de que se les haya arrancado (o hayan tenido que renunciar) a una parte de sí mismos. La de ser un simple y pobre muñeco atravesado de agujas, como canta Yolanda Watson en la magnífica “A Doll Fulla Pins”, combinando la referencia al golliwog con la imagen del vudú, ese otro producto truncado y estigmatizado de la colonización.
La genialidad del álbum está, obviamente, en su capacidad para transmitir musicalmente ideas tan sesudas
La genialidad del álbum está, obviamente, en su capacidad para transmitir musicalmente ideas tan sesudas. Pero podría haber resultado demasiado hostil, demasiado denso, si todas las canciones hubieran sido así de abstractas. Afortunadamente, hay temas desarrollados de forma más completa, incluso algunos que son auténticos bangers, como “Misery”, con su crujiente percusión y sus estridentes vientos de hot jazz, o “Corinthians”, que estalla en esa segunda mitad donde Despot, el misterioso rapero underground neoyorquino, brilla de nuevo, como ya hiciera en “Versailles”, de Aethiopes. También “BLK ZMBY”, que compara los Estados africanos nacidos de la descolonización con zombis que devoran a su propia población, engancha gracias a las increíbles texturas de sus múltiples capas de instrumentación. Aunque quizás ninguna sea tan memorable como “Waterproof Mascara”, una canción construida sobre un sample de una mujer llorando y que narra el regalo envenenado de la muerte de un padre de familia violento (“Watched my mother cry from the top of the stairs/Scared when it came through the walls, I covered my ears/Half-hoping you-know-who would die, then he did (Surprise!)/Careful what you wish for, might just get that shit”). Este tema tiene una capacidad para incomodar y fascinar simultáneamente al oyente casi sin parangón en la historia del hip hop; quizás solo “We Cry Together” de Kendrick Lamar y “Kim” de Eminem se le puedan comparar.
En cualquier caso, el disco consigue resultar de lo más unificado y compacto, a pesar de esta peculiar estructura y de que trabajen en él la friolera de dieciséis productores diferentes, gracias a su capacidad para evocar constantemente de diversas formas el terror cotidiano, omnipresente, del racismo
En cualquier caso, el disco consigue resultar de lo más unificado y compacto, a pesar de esta peculiar estructura y de que trabajen en él la friolera de dieciséis productores diferentes, gracias a su capacidad para evocar constantemente de diversas formas el terror cotidiano, omnipresente, del racismo. Hay varios referentes e imágenes que se repiten, desde el fantasma de MF DOOM a los libros de Stephen King, aunque quizás la más expresiva del espíritu del disco sea la de la máquina del tiempo: ese “Acura Legend afrofuturista” que le sirve para volver atrás pero que, sin embargo, no le permite cambiar nada de lo que ha sucedido. Esa impresión de fatalidad, de que es inútil luchar, contrasta con su declaración al final de ese ya lejano primer corte, donde afirma que va a usar la lengua inglesa, aunque sean las herramientas del amo, para sus propios objetivos. woods, ya lo conocemos, no es precisamente un optimista; pero sí es un creyente en el poder del lenguaje y del arte para expresar y conjurar a la vez los horrores que tan bien ilustra a lo largo de todo el álbum. Es en esa intersección entre el espanto que generan las atrocidades más deshumanizantes y la evidencia de la inalienable creatividad del ser humano donde habita GOLLIWOG, una obra maestra (otra más) de uno de los autores más originales del hip hop contemporáneo.
-
Puntuación: 8.9/10
-
Pincha aquí para escuchar el disco