De saltabalates y vendedores de humo

Blog - Andres Cárdenas - Andrés Cárdenas - Martes, 8 de Noviembre de 2016

Estimados lectores, aprovecho la amistad que me une a ustedes para pedirles un favor. Es que estoy intentado localizar a un tipo que conocí el otro día y no sé cómo encontrarlo. A lo mejor alguno de ustedes me da una pista.

Verán, hace casi un mes estuve en la presentación del libro de un amigo mío. Fue en la Biblioteca de Andalucía. A mi lado se sentó un tipo grueso tirando a alto, con amplias entradas de pelo, ojos acuosos, labios carnosos y una verborrea a prueba de paciencia. Me dijo que me conocía (había leído mis crónicas veraniegas y mis columnas en El Independiente de Granada) y precisamente quería hablar conmigo para que formara parte de un proyecto editorial que tenía en mente. Me dijo que conocía a muchos autores locales y me hablaba de ellos como si todos fueran muy amigos suyos. Eso sí, despotricó de un par de poetas y a tres o cuatro escritores y periodistas me los puso a caer de un burro. Tampoco los editores locales le causaban una buena impresión. Decía de ellos que no saben editar bien y que eran todos unos tramposos porque no pagaban a casi nadie los derechos de autor. Pero su proyecto era la repera. Iba a contar con personas que cierta relevancia literaria. Y todos íbamos a ganar un porrón de dinero. Ya contaba para su iniciativa con el favor de Fulanico que obtuvo un premio nacional de novela y con Zetanico, que hace dos años ganó no sé qué premio internacional de Poesía. Estaba todo muy adelantado. Incluso ya tenía financiación. Había hablado con varios prebostes de Granada y con un par de gestores culturales y le habían dicho que le iban a ayudar. Iba a ser todo un éxito, seguro. Al parecer todos estaban deseosos de que ese proyecto siguiera adelante porque iba a ser la bomba, el no va más del panorama literario granadino. Me preguntó si yo quería formar parte de dicho proyecto y le dije que sí, que contara conmigo. Antes de despedirse me pidió el número de móvil porque me iba a llamar dentro de un par de días. A mí se me olvidó pedirle el suyo.

De eso hace ya casi un mes. Pero no busco a ese tipo porque quisiera formar parte de ese importante proyecto editorial suyo. Todos los días conozco a saltabalates ingeniosos que te hablan de iniciativas hueras y poco probables. Vendedores de humo que se montan películas en su cabeza y luego te dan el coñazo con el único propósito de entretenerse y de hacerte perder el tiempo. Estoy harto de esas personas. Busco al tipo del que les hablo porque le presté treinta euros para coger un taxi y no me los ha devuelto. Y no sé dónde encontrarlo. Ayúdenme, por favor.