Buenos tiempos para la electrónica

Como salido de una película de ciencia ficción, el patio interior del Museo Cajagranada parece pensado para ambientar cualquier evento futurista. De haber estado construido, sus estructuras en espiral hubieran servido a Kubrick para situar las peripecias de sus drugos. Seguro. Y allí se celebró muy coherentemente durante el fin de semana la primera edición del festival Buen Tiempo, auspiciado por la Fundación Miguel Ríos en el programa Caja Sonora.
Un millar de personas pasaron por las dependencias del Museo a lo largo del fin de semana para asistir a alguna de las actividades previstas: cursos de DJ para chicos y mayores, proyecciones de documentales relacionados con el mundo de la pista, varias mesas redondas, así como para contemplar la interesantísima exposición que rememora la llegada de la electrónica a la música en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado con numeroso pioneros, tanto del diseño de nuevos instrumentos como de la creación sonora; visionarios como Maurice Martenot y Louis Theremin (incluso anteriores, en los veinte), Varèse, Stockhausen, Oskar Sala, John Cage, Bob Moog, Wendy Carlos, Emerson…y tantos que han precedido a la ‘democratización’ de la electrónica que apareció medio siglo después con la fabricación oriental en serie que produjo el abaratamiento de los tecladitos ya casi domésticos, como el popular Casio, y ya la llegada de la digitalización, que permite a cualquiera tener en casa un ‘home studio’ de razonable calidad o calmar el llanto de un bebe con un otamatone.
Por la noche se pasó de la teoría a la práctica, con unas sesiones en colaboración con el colectivo El Alminar y la comparecencia en el patio elíptico de generadores de música como 8kitoo, Nefy, Broken Lip y Under Compulsion. El objetivo era acercar la música electrónica a todos los públicos, y de convertir Granada en un punto de encuentro para profesionales, creadores y amantes del sonido digital. Objetivo cumplido.