LORCA Y GRANADA EN LOS JARDINES DEL GENERALIFE

Cinco latidos en Cuba

Cultura - Patri Díez - Viernes, 21 de Julio de 2017
La fotoperiodista y creadora Patri Díez nos ofrece una visión muy personal del espectáculo ¡Oh Cuba!, que este verano se representa en los Jardines del Generalife.
Un momento del espectáculo.
Foto:J.M.Grimaldi/ Edición: Patri Díez
Un momento del espectáculo.

De cuántos sitios fue Federico García Lorca. A sus pasos cualquier semilla era fragmento de totalidad. “Otra vez la Andalucía mundial. Es el amarillo de Cádiz con un grado más, el rosa de Sevilla tirando a carmín y el verde de Graná con una leve fosforescencia de pez”. Los espectáculos del ciclo Lorca y Granada en los Jardines del Generalife, de cada verano, suponen una oportunidad de volver a recrear la palabra del poeta. En forma plástica, musical, escénica y por qué no: de búsqueda y posible hallazgo. De algo, algo, que nos haga creer que Lorca sigue creando. En ese sentido parecía que Loles León lo volvía a inaugurar desde los versos de Nicolás Guillén. Loles iba de blanco, luz que se hacía cuando de su boca era Federico. Paseaba entre cada uno de los cinco latidos, en el escenario, guardando los tiempos para construir con la indeleble eternidad de los versos. En ¡Oh Cuba! el recuerdo sigue siendo la palabra.   

La tónica de Poeta en Nueva York era la de versos larguísimos, sin métrica ni rima, con imágenes impactantes, casi oníricas. Son las imágenes de un andaluz deslumbrado por el sol que no se ve, por los rascacielos que descoyuntan la mirada, la de un andaluz obsesionado por la angustia y la geometría, por la sensación de muerte. El viaje a Cuba lo devuelve a su realidad natural, al olor de la tierra acogedora, nada que ver con el universo hostil de Nueva York. De pronto, Lorca, deja de ser un cantaor quejándose ante los helicópteros en lo más alto del más alto rascacielos de Nueva York  para volverse alegría, triunfo del hombre sobre la máquina. El poema Son de negros en Cuba cierra el libro Poeta en Nueva York, un poema festivo en el que el hombre vuelve a cantar.  

Un pulso de bienvenida y uno de hasta siempre. Se acaban de estrenar diferentes latidos: de orígenes, latido clásico, latido mulato, del amor y del deseo y el latido de la convulsión. Como fue la estancia del poeta en Cuba, cargada de ritmo y de musicalidad; así hemos leído este espectáculo, que del mismo modo que el poema, leerlo es haberlo vivido.  

¡OH CUBA! ES UNA PRODUCCIÓN DE SEDA/ENTRE ARTE. ACTÚA LOLES LEÓN, MÚSICA DE ANTONIO CARMONA Y DIEGO FRANCO, COREOGRAFÍA DE ADRIÁN GALIA, SOLISTAS DEL BALLET ESPAÑOL DE CUBA. DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN DE FRANCISCO ORTUÑO MILLÁN. 

Y al final volvió el ruido del agua del estanque con unos aplausos que sonaban lejos, entre gritos de alegría, los artistas celebraban su triunfo entre bambalinas.