Hace treinta años que Enrique Sánchez, como San Pablo cegado por la luz (beat en este caso), se cayó del caballo y dedicó toda su vida a difundir el legado de The Beatles. Sánchez mantiene desde entonces el grupo Los Escarabajos. El grupo para el evangelismo práctico, que para la teoría alimenta una erudita una carrera literaria ya con varios volúmenes, el más reciente titulado 'Por un penique de fresas: La semilla española del disco que cambió a los Beatles' (Sílex Música). Sánchez ha sumado a su presente gira a un músico clónico de John Lennon, el argentino Enrique Parisi, que es una alucinante una fotocopia del original. Estarán en el Planta baja el día 2 (21h). Beatles forever para siempre. 

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─ 30 años ejerciendo de Beatle postizo… ¿En algún momento ha confundido su personalidad? 

─ A mí cualquier postizo siempre me viene bien, porque parafraseando a Richard Lester en 1966, «soy un Beatle con tech solar». Rescato ese comentario en mi último libro. Y aunque me fascina recrear en mis carnes situaciones de todo tipo que vivieron los Fab Four, lo hago solo por entender mejor la experiencia y sin dejar de ser yo.

─  ¿Y con quién de los cuatro sería mejor? 

─ En realidad cualquiera me vale, pero fundamentalmente John Lennon y Paul McCartney, por constituir la máquina creativa del cuarteto. Es un ejercicio académico intentar componer una canción propia como si la hubiera hecho un miembro del tándem. Aunque, por etiquetas, George Harrison, al compartir con él la guitarra solista y defenderla en Los Escarabajos, amén de sus inquietudes espirituales. De Ringo que quedo con un anillo que llevo en el pulgar de la mano izquierda, que me une a mi esposa y manager Marisa Pérez y significa mucho para mí, aparte de la alianza.

─ Porque en el documental ‘Get Back’ queda claro quién fue quien… 

─ Bueno, lo que queda claro es que continúa habiendo un sinfín de material inédito que probablemente tarde ya mucho en salir a la superficie, dadas las repercusiones del proyecto ‘Get Back’, disneyzado y televisado por tiempo limitado para el gran público. Solamente lo he visionado una vez, pero me he prometido a mi mismo hacerlo una segunda, con bloc y lápiz a mano.

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─ Yoko y Macca han hecho las paces,  y Sir Paul toca también con los Stones Uff, ¡esto ya no es lo que era…! 

─ Desde luego que no, pero resulta mejor tener la fiesta en paz, traducida esta como la armonía interior, aunque suene muy hippie. En los tiempos que corren habría que reciclar slogans como los de aquellos tiempos.

─ Por cierto que una línea de bajo muy punk… ¡a sus años! 

─ Paul McCartney ha sido siempre muy innovador en este sentido y jamás le faltará creatividad. Máxime si se enfrenta al reto de la consabida rivalidad Beatles-Stones.

─ ¿Los Beatles son como el 23F, que siempre queda algo por decir? 

─ Pues sí. Y quien no me crea, que se lea mi tercer libro, que en sus páginas descubre muchísima información nueva y referente a la conexión de John Lennon y Paul McCartney con el flamenco y el pasodoble en Andalucía. Porque parte del proceso de composición de ‘Strawberry Fields Forever’ y ‘Penny Lane’ tuvo lugar en nuestra región en 1966.

─ ¿Habrá estas navidades más Beatles o ya el tema se va agotando… 

─ Los de Liverpool, por lo que respecta a Los Escarabajos, son inagotables. 

─ En cualquier caso, si no aparece nada nuevo para regalar, siempre estará su libro… 

"El single indivisible definió un momento coyuntural en la andadura artística de la banda más popular del planeta. Un vinilo con tenue sabor andaluz, al que jamás se le ha dedicado tanto en una sola obra…"

─ Como dice la sinopsis de la cubierta: "En el lenguaje metafórico del tándem Lennon-McCartney a finales de 1966, por un penique de fresas acaso significaría por amor al arte, sentir que llevó a quien suscribe, cinco décadas después, a ahondar hasta el límite en dos canciones que marcaron la transición estilística del cuarteto de Liverpool: ‘Strawberry Fields Forever’ y ‘Penny Lane’". Mientras pertenece al dominio público el que John fraguase la primera composición en Almería, se ignora por completo que Paul lo hacía con la segunda al atravesar Andalucía y arribar a Sevilla, en un malogrado intento de reunirse con su compañero y embebido así mismo del folclore de la región. Bajo la perspectiva de un experimentado intérprete viajero, original y replicante, el autor ha recuperado en este libro la otra parte de la historia, identificando la semilla española del disco que cambió a Los Beatles, con sus vivencias personales, los testimonios de numerosos implicados y una copiosa información antes inédita. El single indivisible definió un momento coyuntural en la andadura artística de la banda más popular del planeta. Un vinilo con tenue sabor andaluz, al que jamás se le ha dedicado tanto en una sola obra…

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─ Porque el Lennon del sombrero cordobés le ha dado para 700 páginas… 

─ Y el McCartney del bigote, al principio postizo, conduciendo en su propio coche de Irún hasta Sevilla, viaje que reproduje fotograma a fotograma, porque conseguí su película privada en 8 mm.

─ Solo Ernesto Castellanos se había atrevido a tanto, cuando hizo uno de 300 páginas con los 30 minutos que estuvo Lennon en el aeropuerto de La Habana haciendo escala (risas).

─  (carcajada) De eso sabe usted más que yo, que aún no conozco Cuba, por lo que ya está tardando en invitarme a ese submarino amarillo fondeado en algún lugar.

─ Claro que, al parecer Lennon, como Elvis, vive también, y se hace llamar Javier Parisi, y además viene con ustedes para recordar los viejos tiempos en Andalucía… 

─ Eso sí que es una experiencia "religiosa", recreada por un tipo encantador, bellísima persona y excelente cantante y guitarrista que, para colmo, se parece naturalmente a John Lennon. No hay palabras para describir lo que se siente al tocar con él.

─ ¡Si llega a ir a Lepe, le sale un doble disco completo! 

─ (risas) Ya nos hubiera gustado añadir Huelva a la gira. Entonces lo hubiera invitado a comer pescado de verdad.