'Entre las sombras'

Es una muestra diáfana, de claro efecto comprensivo en su visualización. El espectador podrá sentir el influjo de las piezas allí expuestas, cuya interpretación se produce con facilidad, pues gracias a las esculturas o pinturas, soportadas estas últimas en un cromatismo descriptivo del sentido comunicado, se puede acceder a la idea básica que subyace en la intención plástica del artista.
Presidiendo la Sala, aparece en ese espacio irreal, Federico García Lorca, quien con su mirada nos retrotrae al universo mágico popular, tragedia tras el alboroto de la vida corriente, siempre presente en la cultura tradicional
Hay piezas en las que el color de fondo comunica calidez, acogimiento, luz que transita y define el hilo del tiempo fenecido. Permanecen en él las personas en estado de espera, expectantes, mirando al infinito, futuro deseado que llega y se esfuma. En otras es la fría claridad, de vetas grisáceas, que nos informa de la atemporalidad de las figuras en ella instalada, insensible estado en la no existencia, figura del recuerdo, sean los cráneos de carneros o personas. Éstas están perdidas fuera de la realidad cotidiana. Los cráneos de chivo comunican la magia, el aquelarre que permite conectar ambas dimensiones. Acompañan al conjunto dos piezas de Cristo crucificado, pasión sufrida en el tránsito. Presidiendo la Sala, aparece en ese espacio irreal, Federico García Lorca, quien con su mirada nos retrotrae al universo mágico popular, tragedia tras el alboroto de la vida corriente, siempre presente en la cultura tradicional. Y en medio de todo se sitúa la escultura del infante, que con un péndulo busca su permanencia, mas la máscara del cráneo de chivo nos indica su futuro, todo es ilusión parece significar esta obra.
Desde niños se impone la máscara, siendo el péndulo el que señala el punto de lo que debe ser
Pero en esta propuesta se incorpora un guiño al espectador, a través del título de la obra de Federico, El Público. Es a partir de esta pieza teatral lorquiana, cuando se describe con literalidad la inquietud portada en ella, plasmación del estado de ánimo del poeta, que a través de esta obra teatral, innovadora, rompedora con el teatro burgués de la época, surrealista, expone la realidad oculta en las sombras de su personalidad, escondida de la mirada de una sociedad inquisitorial, sufriendo, aquel que osaba atravesar el límite de la luz, la condena de su comunidad. Son los cráneos figuras de la máscara, faz irreal que esconde la realidad de quien así se siente, siendo su reflejo la muerte en vida, el aniquilamiento de la verdadera personalidad y ser, opresión social sobre el atrevido que se la quita. Desde niños se impone la máscara, siendo el péndulo el que señala el punto de lo que debe ser. Federico con esta obra se abría a su verdad personal, mostrando su libertad expresiva, su personalidad verdadera, buscaba la vida, un soplo de aire fresco en el mundo de los pútridos, como a él le gustaba definirlo.
Ambas visiones se complementa, pues mientras la segunda es la cara real de lo que quiere decir esta propuesta plástica, la primera significa el arquetipo eterno que a todos nos sujeta. La ilusión de existir, disuelta en la nada.
Rafael Peralbo elabora una obra de sólida definición estética, de profundo peso intelectual, siendo sus piezas plásticas composiciones de excelente factura estilística, incorporando tonalidades elegantes, que dan fuerza, y calidad artística, a la instalación presente en esta exposición.