una noche mágica en el parapanda folk

De viaje (y fantasías sonoras) de Murcia a Madrid

Cultura - Prensa Festival Parapanda Folk - Sábado, 27 de Julio de 2024
Una crónica muy especial de las actuaciones de Juan José Robles, Ursaria y La Alpargata,enoche, en el Parapanda Folk, que esta noche recibe a Casa Palma y Korrontzi. Para no perdérselos.
Juan José Robles, en su actuación anoche.
Prensa Parapanda Folk
Juan José Robles, en su actuación anoche.

Un viaje de Murcia a Madrid; de hortelanos a osos, recorriendo la esencia popular de dos regiones con un rico poso de música tradicional, fue la propuesta de la noche del viernes del Parapanda Folk de Íllora. Sobre el escenario del Anfiteatro Municipal Enrique Morente, dos nombres: el de Juan José Robles, uno de esos músicos capaces de sacarle máximo lustre a los instrumentos de cuerda, y el de la banda Ursaria, con un proyecto sonoro, de investigación musical y hasta agitador de mentes dormidas totalmente único.

Multiinstrumentista virtuoso de la guitarra, el laúd, la mandolina y guitarros, Robles regaló un recorrido vital en forma de canciones que dejaron ver buena parte de las influencias de las que bebe para sus composiciones, entre las que también se cuelan guiños a las jotas, fandangos, valses, polkas, malagueñas, seguiriyas y hasta sones de Latinoamérica

El músico murciano Juan José Robles, todo un veterano con cerca de cuatro décadas ligado a la música popular desde que comenzase muy de niño en rondallas y formaciones tradicionales de su pueblo, llegó a Íllora con una oferta musical que más bien se convirtió en un periplo por los diferentes ritmos de raíz de su región. De este a oeste y de norte a sur sin dejar de recorrer ni un rincón de una zona sobresaliente en la historia del folclore de este país.

Multiinstrumentista virtuoso de la guitarra, el laúd, la mandolina y guitarros, Robles regaló un recorrido vital en forma de canciones que dejaron ver buena parte de las influencias de las que bebe para sus composiciones, entre las que también se cuelan guiños a las jotas, fandangos, valses, polkas, malagueñas, seguiriyas y hasta sones de Latinoamérica. Fue un viaje marcado por el profundo conocimiento de las raíces de la música y por las posibilidades de los instrumentos de cuerda que Robles domina a su antojo, como la bandurria de 89 años que ‘estrenó’ en Íllora para interpretar el precioso homenaje a los pueblos olvidados de ‘Rincón del Tío Atilano’ o el buzuki -también de estreno- para ‘Geosmina’.

Acompañado por Tobal Rentero (laúd, dulzaina, guitarro), José Antonio Aarnoutse (guitarras), Enrique González (percusiones), Jesús Gea (contrabajo) y Carolina Valencia (pandereta y cucharas), el de Alhama (la de Murcia) construyó sobre el escenario una pequeña antología musical cargada de color y  calor con un sobresaliente peso de las canciones que se reúnen en ‘Transiciones’, su tercer disco y posiblemente uno de los álbumes más celebrados de la música folk nacional.

En la fiesta en la que convirtió cada uno de sus temas, el de Murcia tuvo tiempo para recordar en ‘Caminos de herradura’ a todos aquellos canteros de la Sierra Espuña que con su esfuerzo hicieron realidad los enormes bosques de la zona, con pequeños guiños a Andalucía en ‘Calle Real’ y a La Mancha con ‘Huele a pan tierno’. ‘Vesania’, una palabra que alude a esa rabia, a esa furia e impotencia que muchas veces sentimos ante lo que sucede a nuestro alrededor, tuvo también buena parte de protagonismo en una actuación en la que animó a compartir escenario con él y los suyos a Ismael Clemente de Ursaria -al que más tarde le devolvería la colaboración- para atreverse con una malagueña y a su paisano ‘El Pantorrillas’ con una jota que sacó a bailar a buena parte del público.

Instantes después tomó el escenario del Anfiteatro Municipal Enrique Morente la banda madrileña Ursaria, el personalísimo proyecto de Ismael Clemente, Sonia Loaysa y Daniel Martín que, después de ser artífices de diferentes formaciones relacionadas con la reinterpretación de músicas tradicionales, decidieron acercarse a aquello que mejor conocían y que tenían más cerca: la música con raíces de “ese lugar emocionalmente desdibujado que es Madrid”, plena de riqueza y matices pese a ser bastante más desconocida que las de otras partes de la península. A ella le dieron una vuelta de tuerca para ponerla prácticamente del revés, fusionando lo autóctono con lo rural y lo urbano y convertidos en músicos rapsodas, prácticamente trovadores de nuestro tiempo, que igual hablan de la ‘mala cabeza’ de Carl Sagan que evocan aquel Villar del Río de ‘Bienvenido Mr. Marshall’ o lamentan nuestro creciente afán consumista y la aún mayor adicción a los teléfonos móviles.

Así, y con todos los rincones y aristas de Madrid en la cabeza, en el corazón y en cada una de las notas de sus composiciones, Ursaria tiró de acordeón, percusiones, vientos, cuerdas y hasta un organillo para explorar lo mucho que puede dar de sí -si se explora de la forma adecuada- un rincón geográfico con un patrimonio musical en el que habitan cómodos chotis, zarzuelas, seguidillas, boleros, mayos, polcas, mazurcas, rondas, jotas, cantos de trabajo y de taberna, romances, coplillas y hasta cuplés. Incluso estuvo presente la auténtica gaita serrana, el único instrumento cuyo origen se sitúa en Madrid y cuyo uso está reivindicando la banda.

La formación, que llegó a Íllora en formato quinteto junto a Francis García (bajo) y Sara González (percusiones y pandereta) puso en pie temas como ‘El Emperador de Roma, ‘Epitalamio de Robregordo’, ‘La Gandalla’, ‘Vísperas de San Isidro’, ‘Barrio de las Maravillas’ o ‘Frascuelo’, un canto basada en las coplas populares que se popularizaron tras la muerte del torero Salvador Sánchez Povedano ‘Frascuelo’ allá por finales del siglo XIX

La formación, que llegó a Íllora en formato quinteto junto a Francis García (bajo) y Sara González (percusiones y pandereta) puso en pie temas como ‘El Emperador de Roma, ‘Epitalamio de Robregordo’, ‘La Gandalla’, ‘Vísperas de San Isidro’, ‘Barrio de las Maravillas’ o ‘Frascuelo’, un canto basada en las coplas populares que se popularizaron tras la muerte del torero Salvador Sánchez Povedano ‘Frascuelo’ allá por finales del siglo XIX; incluidas en sus dos trabajos discográficos hasta la fecha, con los sugerentes y evocadores títulos de ‘Compendio para entidades alienígenas’ y ‘Sexo, churros y espiritismo’.

Fue la suya una fiesta larga en una noche en la que el Parapanda se hermanó con un festival que este año alcanza su mayoría de edad: el Planeta Folk de San Pedro de Gaíllos. El alcalde de Íllora, Antonio José Salazar, recibió a Arantza Rodrigo, responsable del centro de interpretación del folclore de la localidad segoviana, para simbolizar esa unión y ese lugar de encuentro que es la música cuando se sabe compartir lo que nos une y admirar lo que nos distingue.

La noche del viernes dio hasta bien largo de sí con el trasnoche de La Alpargata, el dúo en el que se han encontrado Alfredo Muñoz, músico que había realizado un profundo trabajo de investigación de los cantares de la Sierra de San Vicente, y Verónica Santamaría, otra profunda conocedora de la música tradicional y con una larga carrera especializada en los bailes folclóricos. Juntos han dado forma a este dúo que llegó a Íllora después de recorrer buena parte del territorio nacional con un repertorio muy cercano y didáctico con el público con el que pretenden dar a conocer nuestra rica tradición oral y contribuir así a mantener muy vivo su legado. A través de la guitarra y otros instrumentos de cuerda apoyados por utensilios de la vida cotidiana como las cucharas, el mortero o la tabla de lavar, demostraron el profundo amor a las raíces en un concierto en formato sainete con muchos momentos de humor y con un aire renovado a la tradición.
“De aquellos verdes Nortes”

Casa Palma y Korrontzi

Viernes 26

Auditorio Enrique Morente (22h) Entrada libre

KORRONTZI, el sonido del fuelle vasco...Korrontzi, banda de música tradicional (País Vasco) formada por Agus Barandiaran en 2004. Ofrece una fusión de sonidos tradicionales de música folklórica del País Vasco con un aspecto contemporáneo, siempre desde la perspectiva de una música basada en la trikitixa (acordeón diatónico vasco) y acompañada por instrumentos más modernos. Korrontzi tiene doce álbumes publicados a lo largo de sus veinte años de existencia, y ha viajado, con su cultura, idioma, danza y música, por todo el mundo, visitando países tan diferentes como Canadá, Eslovenia, Inglaterra, India, Marruecos, Alemania, Estados Unidos, Rumanía, Francia, Cabo Verde, Irlanda, Brasil, Finlandia, Malasia, Grecia, Bélgica, República Checa, Italia, Isla Reunión, Portugal... y convirtiéndose así, en el escaparate de la tradición vasca en festivales de música de todo el mundo, donde siempre han recibido una gran ovación y elogios. Han sido galardonados con numerosos premios y menciones, como su selección en “WOMEX official selection" en 2014 y 2019, los "World Music Charts" o "Mejor Banda Europea, Eurofolk" 2009 entre otros.Resumiendo, Korrontzi es un grupo de música vasca que no deja indiferente a nadie, con su fuerza y energía es capaz de transmitir desde sonidos antiguos a las nuevas tendencias del folk con una visión única y progresista.

FORMACIÓN:● Agus Barandiaran: trikitixas y voz principal.● Ander Hurtado de Saratxo: percusiones y batería.● Kike Mora: contrabajo, bajo eléctrico y coros.● Alberto Rodríguez: guitarra, mandolina, mandolina octavada y coros.● Bailarines.● César Ibarretxe: técnico de sonido.

Casapalma: De la canción montañesa se han imbuido Yoel Molina e Irene Atienza, o lo que es lo mismo: CasaPalma, que toma su nombre de la propia casa familiar de Irene en la localidad cántabra de Cabuérniga.