¡Sí, sí, sí...el AVE ya está aquí! Y ahora, ¿qué?
El pasado 25 de junio entraba en la estación de Andaluces el Ave inaugural preludio de la nueva época en la que entraba Granada después de casi 20 años de proyectos y cambios en lo proyectado, dimes y diretes, replanteamientos de obra, adaptaciones low-cost, bajas temerarias de constructoras, cortes totales de vía, afecciones irreparables sobre el patrimonio histórico ferroviario y 1541 días de infame Plan Alternativo de Transporte por carretera. Ya comenté anteriormente que este escándalo en cualquier país de nuestro entorno hubiera generado una cascada de ceses que se cobrarían la cabeza hasta del propio titular de la cartera de Fomento.
En el tren inaugural los periodistas pudieron chequear el trayecto y descubrir el jugoso pastel del Ave a Granada: a simple vista apetitoso con buena cobertura de nata. Pero...¡el bizcocho reseco y la nata de bote! Nada que no se supiera ya, se creerían que nos lo iban a hacer de piononos... Y ahora a indignarse por las redes sociales.
Al menos una porción del pastel le corresponde a todos los colectivos y ciudadanos que durante estos largos años no se han callado y han mantenido el nivel reivindicativo con aciertos y errores de estrategia, incluso con enfrentamientos dialécticos entre unos y otros, llegando al límite de la utilización partidista de las movilizaciones. A todos ellos: Marea Amarilla, Granada en Marcha, Ave sí pero no Así, Agraft, Ciudadanos por el Tren, Amigos del Ferrocarril de Baza y a ese ciudadano de a pie comprometido con el tren por encima de siglas y consignas, mil gracias. A quien le queden dientes, que lo pruebe. A la clase política, ni agua, que se lo coman entero.
De toda esa lucha dialéctica sumamente erosiva, que ha dejado muchos heridos y ningún muerto, se trató de impulsar la Plataforma Provincial Granada por el Tren a finales de la primavera de 2017, movimiento que no vio la luz hasta marzo de 2018 como integrante de la Coordinadora Estatal por un Tren Público, Social y Sostenible. Y ahí estamos con voluntad de proponer y de sumar.
Mención especial requieren las recientes reflexiones del exdiputado socialista Sr. Pezzi, de las que sólo y no es poco, destaca con la lucidez que otorga la distancia de la responsabilidad política, la importancia del Corredor Mediterráneo para nuestro futuro ferroviario. Lo demás pura demagogia y argumentario partidista.
Es hora de empezar a trabajar en el mapa ferroviario del futuro y eso pasa por la unidad de acción de todas las instituciones políticas y sociales de la provincia de Granada
El Ave ha llegado, y ahora, ¿qué? La sociedad granadina ya tiene sobrada y acumulada experiencia de que a Ministerio de Fomento, Renfe y Adif no se le ha conseguido arrancar ni una mínima contraprestación en cuanto al planeamiento diseñado en 2013 para que se hiciera efectivo este proyecto de Alta Velocidad venido a menos. Es hora de empezar a trabajar en el mapa ferroviario del futuro y eso pasa por la unidad de acción de todas las instituciones políticas y sociales de la provincia de Granada, en mutua interconexión con las provincias limítrofes, tejiendo consensos y elaborando las líneas maestras del Plan de Necesidades Ferroviarias que será de obligado cumplimiento gobierne quien gobierne. En todo este ingente trabajo se cuenta con una ventaja: la inclusión del eje Antequera-Granada-Almería en la planificación europea conocida como Corredor Mediterráneo. Si bien es cierto que la línea de Alta Velocidad Antequera-Granada es anterior al diseño de este eje, no hay documento de planificación por parte del Ministerio de Fomento a este respecto, que sí realizó en 2011 un documento similar de actuaciones entra Almería y la Frontera Francesa.
Trabajemos desde Granada en luchar por esa planificación, ya que el Corredor Mediterráneo es la percha a la que colgarle todas las actuaciones que se vienen reclamando históricamente y que no pueden seguir reivindicándose de manera aislada y en función de las prioridades establecidas por un determinado partido político o grupo de comunicación o de opinión. La culminación de la variante de Loja, la integración ferroviaria en la ciudad de Granada con lo que ello conlleva (estación de mercancías, variante exterior de conexión de las líneas de Antequera y Almería, traslado de talleres, solución definitiva de acceso y estación de viajeros), la creación de un eje de Altas Prestaciones en ancho europeo para todo tipo de tráficos (viajeros de corta, media y larga distancia y de mercancías) entre Antequera y Almería, y la inclusión de nuevos ejes complementarios a ese tronco común como son la Guadix-Baza-Lorca, el acceso ferroviario al puerto de Motril y la conexión directa con Jaén capital, son cuestiones que suman una cantidad milmillonaria de euros y que debe ser avalado por rigurosos y estrictos criterios técnicos, de eficiencia y de sostenibilidad económica y ambiental.
La concepción del transporte ferroviario orientada sólo a la Alta Velocidad ha terminado, y no cuadra con la filosofía del programa Conectar Europa ni con las prioridades de la Red Básica Transeuropea de Transportes
La concepción del transporte ferroviario orientada sólo a la Alta Velocidad ha terminado, y no cuadra con la filosofía del programa “Conectar Europa” ni con las prioridades de la Red Básica Transeuropea de Transportes (TEN-T). No tiene sentido que Europa siga financiando una red elitista y exclusiva de viajeros en Alta Velocidad que ningún país europeo posee y estrangule los recursos destinados a la red convencional y de cercanías. Informes del Tribunal de Cuentas Europeo avalan esta tesis. Todo lo que se haya proyectado hasta ahora para Alta Velocidad se debe replantear y construir bajo los parámetros de la Red Básica Europea. El objetivo de Europa para 2030 es que el 30% de las mercancías se transporten por ferrocarril. La necesidad de luchar contra el cambio climático y el calentamiento global, va a significar que por primera vez desde hace 25 años, se pueda hacer un debate sobre el ferrocarril que no signifique únicamente hablar de Alta Velocidad. El ferrocarril público, social y sostenible lo merece. Granada también.