Nuevo curso político municipal

Diálogo y colaboración para no paralizar la ciudad de Granada

Política - M.A. - Domingo, 28 de Agosto de 2016
Comienza un curso político marcado por las negociaciones para formar un nuevo Gobierno en España y la posibilidad de que, si Rajoy fracasa en ese intento, se celebren unas terceras elecciones. Son mensajes que también calan en la Plaza del Carmen, donde los retos son descomunales para recuperar la credibilidad institucional, debilitada por el caso Nazarí, y superar los graves problemas económicos que asfixian al Ayuntamiento, evitando que se resientan los servicios públicos básicos. Solo el diálogo del gobierno y la colaboración de los grupos pueden impedir que se paralice la ciudad.
Francisco Cuenca con los portavoces de todos los grupos municipales en la primera reunión tras acceder a la Alcaldía.
Miguel Rodríguez
Francisco Cuenca con los portavoces de todos los grupos municipales en la primera reunión tras acceder a la Alcaldía.

La tarea que asumió el gobierno socialista que preside Francisco Cuenca el pasado mayo no es fácil. Y si alguna vez algún integrante del equipo de gobierno llegó a pensar lo contrario, ya habrá comprobado que no es así.

Llevar las riendas de un Ayuntamiento estrangulado por las dificultades económicas derivadas de la anterior gestión con solo ocho concejales exige un plus de diálogo por parte de los socialistas, un complicado equilibrio fácil de romperse y que obliga al equipo de Cuenca a estar siempre un paso por delante. Como también es una exigencia un ejercicio de responsabilidad por parte de la oposición, un lugar elegido por los grupos que respaldaron a los socialistas; aunque en este punto es necesario recordar que hubo quien se autoexcluyó de formar parte del gobierno y quien exigió excluir a otros -o las dos- .

La cuerda está tensa en un momento muy difícil para Granada. Las cuentas están prorrogadas, la deuda crece y no hay liquidez. Un cóctel que hace pensar en el fantasma de la 'intervención' por parte de Hacienda y que obliga también a pensar en medidas de saneamiento.

Es momento, después de un periodo dedicado a 'poner en orden' la información y a 'buscar bajo alfombras' o en armarios cerrados 'bajo siete llaves' -algunas de las expresiones que se han venido utilizando por los concejales socialistas-, de la gestión. Esa que en cuestiones del día a día no se ha paralizado, como demuestran licitaciones o el pago de más de 2.000 facturas pendientes desde hace dos años a pequeños proveedores, pero que llega ahora a cuestiones fundamentales para que la ciudad no quede paralizada. 

Es momento de gestión y de política escrita 'con mayúsculas'

Es momento de gestión por tanto y también de política, de esa que se dice que se escribe 'con mayúsculas'. Y eso concierne al gobierno local y a la oposición. Una oposición que en el caso del PP está todavía acostumbrándose a una bancada que tenía olvidada por completo, y que ya piensa en abandonar ese sitio. Porque como el propio Juan Manuel Moreno, presidente del partido en Andalucía, se encargó de recordar en Órgiva, en el acto de inicio de curso político del PP, el objetivo es recuperar la capital y la Diputación; y en ello están. Con un grupo de Ciudadanos que sigue con Luis Salvador como portavoz, pendiente del escenario estatal, donde es diputado. Con Vamos Granada construyendo aún su papel. Y con una formación como IU cuyo concejal, Francisco Puentedura, quiere seguir siendo la voz más constante y firme de la oposición, aunque no sea la derecha la que tiene ahora enfrente. 

Repasamos los retos del gobierno de Francisco Cuenca y su equipo: 

Presupuesto para 2017, se aproximan curvas peligrosas



"Granada no puede permitirse una prórroga más". Son palabras que ha pronunciado el propio alcalde esta semana cuando fue preguntado por los periodistas por la marcha de los trabajos para elaborar las cuentas. El gobierno local ya ha puesto sobre la mesa en reiteradas ocasiones la herencia económica que ha recibido de los 13 años de gestión del PP, algo que escuece en las filas populares, que replican cada una de las comparecencias de Baldomero Oliver, portavoz del gobierno y responsable de Economía.

Ya se ha iniciado la primera ronda de contactos. Cuenca reclama a la oposición que vayan "todos a una" al considerar la elaboración de las cuentas para 2017, "una cuestión de Estado". La situación es "dramática", dice para insistir en que su objetivo es: un modelo viable y transparente.

Auditorías en urbanismo y economía

La tardanza en poner en marcha la lupa sobre la gestión heredada ya ha cosechado las primeras críticas, las de Izquierda Unida. El gobierno socialista está obligado a activar estas auditorías. Fue un compromiso que adquirió cuando negociaba su investidura tras estallar la Operación Nazarí que acabó con la dimisión de José Torres Hurtado e Isabel Nieto. La investigación judicial sobre las presuntas irregularidades urbanísticas sigue su curso, con una nueva prórroga en el secreto de las actuaciones fijada hasta el 8 de septiembre. 

Liderazgo

Debe ejercerlo el alcalde ante otras administraciones. Y cuestiones por las que pelear no faltan.

El problema más grave: el aislamiento ferroviario de Granada por el retraso de las obras de la Alta Velocidad. En ese asunto camina de la mano de los grupos municipales, colectivos ciudadanos, agentes sociales y otras instituciones como la Diputación para exigir una solución a Fomento. 

Pero también está obligado a ejercerlo ante la Junta, que tiene una prueba de fuego con la puesta en funcionamiento del Metro, comprometido para el último cuatrimestre de este año. 

Obligado está también a obtener resultados con el Centro Lorca, después de haber tomado la iniciativa de retomar las relaciones con Laura García Lorca. La solución implica a varias instituciones y solucionar un asunto espinoso, la manera en la que la Fundación Lorca devuelve el dinero público cuyo gasto en la construcción del Centro Lorca no ha podido justificar.  

Y debe asumir ese liderazgo no únicamente para exigir proyectos pendientes, también para situar a Granada en el lugar que merece. Hay un foro en el que puede potenciar a Granada: el Eje de capitales andaluzas. 

Recuperar la confianza de la Policía Local

Ni en una potestad reconocida al alcalde tuvieron los socialistas serenidad. Anticipándose a la decisión finalmente adoptada, la de situar al frente de la Policía Local a José Antonio Moreno, un hombre de capacidad y trayectoria reconocidas por la mayoría de la plantilla -como destacan los sindicatos UGT y SIP*AN-, el PP dinamitó el nombramiento vinculando al entonces candidato con un supuesto insulto a su concejala María Francés. A esa corriente crítica se sumó Ciudadanos y tras unos días de alta tensión, el nuevo jefe de la Policía Local sigue con una tarea doblemente complicada: la de dirigir la labor diario del Cuerpo y la de recuperar su confianza, muy tocada en los últimos años y a lo que se añade cuestiones pendientes, como el impago de horas y servicios extraordinarios que se han acumulado en los últimos años. 

Botellón: un ocio alternativo, el verdadero reto

El cierre del botellódromo, una medida que ya venía consensuada, abre sin embargo el momento más difícil, porque será necesario acertar en las medidas para evitar que proliferen por la ciudad no solo botellones en espacios al aire libre, una práctica prohibida, sino nuevas modalidades como las fiestas en pisos de estudiantes. De momento esas medidas se están consensuando. Y aunque antes de que se celebraran las distintas comisiones convocadas para abordar este asunto el PP consideró que ya se iba tarde, el clima en el que se han comenzado a desarrollar fue positivo, con propuestas por parte de gobierno y grupos. 

El verdadero reto supone construir una oferta de ocio alternativo para los jóvenes. No corresponde únicamente al ámbito municipal, pero es el Ayuntamiento el que debe dedicar más esfuerzos porque han sido sus vecinos y vecinas los que han sufrido durante años la práctica del botellón.

Un nuevo modelo de transporte público lastrado por la LAC

A mediados de septiembre el Observatorio de la Movilidad se reunirá para abordar la reordenación del transporte público que, como ya alertó la concejala Raquel Ruz, necesita 21 millones de euros extra para funcionar hasta final de año. Para afrontar los cambios al menos se parte del consenso respecto a los efectos negativos que ha tenido la LAC -a excepción lógicamente del PP, que la impulsó-, cuestionada por haber supuesto una losa económica, por haber dejado desconectados a los barrios disparando los transbordos y provocando pérdida de usuarios, y por haber utilizado un sistema de revisores criticado hasta por el Defensor del Ciudadano. 

Pero por acordar quedan no solo las nuevas líneas directas que se implantarán sino algo más espinoso: si se sube o no el billete del autobús a 1,40 euros. Quedó aparcada la subida con la llegada del nuevo gobierno local; era una decisión demasiado difícil de asumir cuando se había estado criticando. Pero para darla por descartada, primero el equipo de gobierno quiere tener completado el estudio de abaratamiento de costes.

Fotos de Baldomero Oliver y Francisco Cuenca incluidas en esta información: Miguel Rodríguez