El capellán

Blog - De repente - Alejandro V. García - Martes, 19 de Mayo de 2015

Torres Hurtado debería proponer el nombramiento de un capellán como director del Patronato de la Alhambra. Un capellán de la orden de los Hermanos Repentinos con sus corte de monaguillos con sotana y roquete podría dirigir el monumento con más fe cristiana que un experto en arte árabe, por ejemplo. Los acólitos, además,  los podría elegir por el mismo sistema de selección que los inspectores de la LAC, con los que el otro día se retrató, como un arzobispo orondo, en las puertas del Carmen de los Mártires. La idea es mucho más original que la de sustituir a Mar Villafranca por un ejecutivo de ventas, como propuso la semana pasada. Un capellán fiero, insobornable, que hisopara a los forasteros con agua del Avellano, los aliviara de virus sevillanos y ya de camino les repartiera folletos de ese invento extravagante que ha denominado turismo de Cuaresma.

Qué raro es todo. El PP ya ha intentado en golpes sucesivos que constan el historial extravante de la ciudad poner un ascensor para subir turistas; un tranvía trepador y hasta un funicular. Con el inolvidable Andrés Ollero trato de reventar las competencias autonómicas y entregar la fortaleza al alcalde, y aunque gobernaba en Madrid Aznar el invento no superó la trilla de provincianismo del propio partido.

¡Cuantas invenciones, qué esfuerzo de imaginación! Ahora quiere un ejecutivo de ventas en la dirección del Patronato. Pero ¿por qué no un capellán con su coro de voces blancas de las Nuevas Generaciones?