En Santa fe, el actual equipo de gobierno del PP acaba de prohibir a los niños y niñas que jueguen con la pelota en la Plaza de España, donde está el ayuntamiento y la iglesia parroquial. La decisión ha provocado que las Redes Sociales locales se movilicen entre aquellos que se rechazan la restricción y  quienes consideran que es una alegría recuperar la calle para los vecinos y su convivencia.

El casco antiguo de Santa Fe se viene abajo. Gran parte de las viviendas están vacías. Casi cuatro años después del enjambre sísmico que sufrió la ciudad, aún se pueden ver casas a punto de caerse. Vivir en esa zona es difícil: no hay contenedores para reciclar residuos, no hay zonas verdes, no hay parques. Hay muy pocas parejas jóvenes -por no decir ninguna- que deseen iniciar su proyecto de vida dentro de los cuatro arcos. 

Las únicos menores que se ven jugar en la plaza con un balón -no de reglamento- son probablemente los hijos e hijas de los que tienen menos recursos, de quienes no van a las actividades extraescolares o de los que no pueden pagar las escuelas deportivas. Son las hijas y los hijos de quienes viven en el casco antiguo, casi todos de alquiler en casas que llevaban sin ser habitadas bastante tiempo. 

Este espacio es un lugar seguro para los pequeños pues allí no hay tráfico. Siempre se ha jugado en la calle y, tradicionalmente, también en esa plaza

La Plaza es el lugar más amplio de casco antiguo, sus padres y sus madres tienen unos horarios de trabajo extremo. Este espacio es un lugar seguro para los pequeños pues allí no hay tráfico. Siempre se ha jugado en la calle y, tradicionalmente, también en esa plaza. 

En los parques tampoco pueden jugar a la pelota.

Sin dar alternativas para estos menores, el ayuntamiento lo ha prohibido. Miembros del equipo de gobierno en las redes sociales argumentan que este uso lúdico y deportivo de la Plaza atenta contra el patrimonio. 

Algunos vecinos añaden que los niños y a las niñas carecen de educación. Otros consideran normal este déficit de educación puesto que los menores tienen menos de 10 años y que quienes no tienen educación son quienes no respetan su desarrollo psicosocial jugando al balón. A los niños y niñas es una alegría verlos.

Mientras los adultos llegan a un acuerdo sobre si es correcto que los niños y las niñas jueguen en esa plaza como toda la vida se hecho, los niños se preguntan:

¿Dónde juego, alcalde?